El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue operado de urgencia en la mañana de este martes para drenar un hematoma craneal. Según aseguró el Hospital Sirio-Libanés, el jefe de Estado se encuentra bien, consciente y bajo vigilancia en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Todo comenzó a desencadenarse al final de la tarde del lunes, cuando el presidente acudió al Sirio-Libanés, en Brasilia, quejándose de fuertes dolores de cabeza. Las pruebas revelaron una hemorragia, y el equipo médico decidió trasladarlo a São Paulo.
Lula se embarcó en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña hacia las 22.30 horas y fue ingresado en el hospital de São Paulo hacia la medianoche. La operación, una craneotomía para drenar un hematoma, comenzó hacia la 1.30 de la madrugada y fue un éxito, según el hospital.
«El presidente fue trasladado al Hospital Sirio-Libanés, unidad de São Paulo, donde se le practicó una craneotomía para drenar el hematoma. La operación se desarrolló sin incidentes. En este momento, el presidente se encuentra bien, bajo vigilancia en una cama de la UCI», señaló el hospital. Los médicos que atendieron al presidente darán una rueda de prensa en horas de la tarde.
El vicepresidente, Geraldo Alckmin, asumió la agenda de Lula y voló a Brasilia para celebrar reuniones con el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, de visita oficial en Brasil. Están previstos cinco actos, que incluyen una reunión bilateral, la firma de actas, una declaración a la prensa y un almuerzo.
Según ‘O Globo’, el presidente brasileño llevaba con dolores de cabeza desde hacía una semana, y fue un amigo, el empresario José Seripieri Filho, el que en el final de la tarde del lunes alertó a los médicos de que el presidente se estaba comportando de forma «extraña».
En esa tarde del lunes, Lula se quejó de dolor de cabeza y somnolencia con los ministros con los que habló. Su última cita había una reunión con los presidentes de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco. Estaba inicialmente previsto que se sometiera a pruebas en la mañana de este martes, pero el dolor adelantó su viaje al hospital. Su esposa, Rosângela da Silva, Janja, lo acompañó en todo momento.
En octubre, el presidente ya había sufrido una caída en el baño en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial. Fue atendido y recibió puntos de sutura. La hemorragia se produjo casi dos meses después, todo indica que como consecuencia de aquel accidente doméstico.
«Pensé que se me había partido el cerebro», dijo en aquel entonces el presidente brasileño. «Me caí donde nunca debería haberme caído. Verá, llegué a casa y me senté a cortarme las uñas. Me las corté, me las limé, sentado en un taburete en el que siempre me siento. Y detrás del taburete en el que estaba sentado había un espejo, cajones donde se guardan cosas y una gran bañera de hidromasaje, de 1,5 metros de altura. Estaba sentado», describió Lula.
Tras aquel accidente, el presidente brasileño se sometía a periódicas resonancias magnéticas y tomaba medicación preventiva. Este martes, el recuerdo de aquella caída regresó.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2024-12-10 08:49:00
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