La agencia rusa Interfax confirmó ayer que Nicolás Maduro se reunirá hoy con Vladimir Putin, antes de los fastos del viernes por el 80 Aniversario de la Victoria contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El presidente de facto de Venezuela presentó el lunes su programa de televisión Con Maduro+ y horas más tarde despegó desde el aeropuerto de Maiquetía, con una escala africana prevista.
Desde el continente americano también está previsto el vuelo de Lula da Silva, presidente de Brasil, quien se encontrará un día después del desfile con Putin para seguir con su visita oficial a China, pese a que el presidente Xi Jinping es otro de los invitados estrella en el desfile militar de la Plaza Roja.
«Será nuestro principal invitado», saludó Putin a Xi, ese «querido amigo», quien permanecerá en Rusia en visita oficial hasta el próximo sábado.
Los tres mandatarios conforman la primera línea de invitados especiales en un aniversario marcado, y de qué forma, por la invasión rusa de Ucrania. Drones ucranianos han atacado Moscú durante dos noches seguidas, en vísperas de las conmemoración. Al menos 19 fueron derribados, según aseguró el propio alcalde, Sergei Sobyanin. Cuatro aeropuertos de la capital se vieron obligados a suspender vuelos.
«Nuestra postura es muy clara respecto a todos aquellos que viajen a Rusia el 9 de mayo: no podemos hacernos responsables de lo que ocurra», sentenció el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski.
Tanto Xi como Lula han despuntado en algún momento como posibles mediadores en el conflicto.
«Todos estos invitados no rompen el bloqueo europeo a Moscú, pero ponen en evidencia el escenario geopolítico actual, donde hay una multipolaridad y alianzas bilaterales más influenciadas por los gobiernos de turno que por una visión de Estado o de largo plazo», concluyó para EL MUNDO el internacionalista Mariano de Alba.
El regreso de Maduro a Moscú adelanta «conversaciones bilaterales en formatos estrechos y ampliados», aseguró Yuri Ushakov, asesor de Putin. Rusia es el aliado internacional clave para el chavismo, no sólo por haber reconocido a Maduro como presidente pese al fraude electoral masivo del año pasado. Ya en 2019, cuando la oposición democrática y buena parte de la comunidad internacional lanzaron un órdago con el reconocimiento de la presidencia encargada de Juan Guaidó, Moscú ayudó a evadir las sanciones y a distribuir tanto el petróleo como el oro extraído del Arco Minero venezolano.
Maduro fue uno de los invitados internacionales de más pedigrí en la misma celebración, pero hace una década. Para medir la importancia que Putin tiene en la arquitectura de poder de la revolución bolivariana basta medir los viajes de Hugo Chávez y del propio Maduro a Moscú. El comandante supremo visitó la capital rusa en nueve ocasiones y Maduro debutó dos meses antes de la muerte de Chávez en 2013. Incluso hace una década realizó una parada urgente en Rusia para discutir cara a cara con Putin la caída de los precios del petróleo.
Maduro se unirá en Moscú a su aliado cubano, Miguel Díaz Canel, que viajó por adelantado a Rusia y ha permanecido de visita oficial en San Petersburgo. «La capital de Rusia luce radiante, desbordando símbolos alusivos al 80 aniversario de la victoria sobre el fascismo», recitó en sus redes sociales el sucesor de Raúl Castro.
La ambigüedad de Lula con respecto a la invasión rusa de Ucrania ha provocado críticas, tanto en su país como en otros países occidentales. En su última gira americana, el canciller ruso Serguei Lavrov le recompensó al visitar Brasilia tras pasar por La Habana, Caracas y La Habana.
«Europa sí se resiente de los vínculos entre Lula y Putin, porque en alguna medida ponen de lado el proceder belicoso e ilegal de Putin para darle prioridad a unos vínculos económicos que no son de altísima importancia, pero confirman que la visión de Lula y del gobierno de un país tan importante como Brasil es tratar de relacionarse con todas las potencias a pesar de que las diferencias. Con quien tiene mayores coincidencias Lula es con Europa, pero aún así no han logrado profundizar la cooperación a los niveles necesarios para impulsar la industrialización de Brasil», añadió De Alba.
Al que no se espera en Moscú es al tercer dictador de las Américas, el nicaragüenseDaniel Ortega, quien ha decidido enviar como representante a su hijo Laureano, el gran favorito para sucederle en el trono revolucionario. «Vamos a estar también en la Plaza de la Revolución (de Managua), con compañeros nuestros, conmemorando el día 8 junto al embajador Mikhail, el triunfo sobre el fascismo», arengó la copresidenta Rosario Murillo.
Además de los mandatarios latinoamericanos y del presidente chino, las autoridades rusas también esperan al presidente eslovacoRobert Fico, quien no estará acompañado en esta ocasión de su homólogo húngaro, Viktor Orban.
Otros mandatarios invitados llegarán desde Serbia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tajikistán, Mongolia y Vietnam, entre otros.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-05-06 14:44:00
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