Menú Cerrar

¿Quién es Robert Kennedy? Activista antivacunas y de mensaje polémico que puede gestionar la sanidad de EEUU | elmundo.es

¿Quién es Robert Kennedy? Activista antivacunas y de mensaje polémico que puede gestionar la sanidad de EEUU

La última vez que apareció un partido nuevo que rompió el duopolio de la política estadounidense fue hace 190 años, cuando nació el Partido Whig (una palabra que no significa nada), una formación conservadora que agrupaba más o menos a la naciente clase media y burguesía industrial y cuya implosión tras dos décadas en las que llevó a cuatro de sus miembros a la Presidencia acabó generando el Partido Republicano.

Desde entonces, la idea de un partido que rompa el duopolio demócrata-republicano ha sido una constante. Y también un fracaso. No sólo un fracaso para los partidos independientes sino, también, para los que presentan una ideología más similar a ellos. George Bush padre perdió frente a Bill Clinton en 1992 por la irrupción de un protoTrump, el millonario Ross Perot. Con un mensaje populista y aislacionista y una retórica de hombre hecho a sí mismo, Perot se llevó el 19,9% de los votos, dañando más a un republicanismo que siempre ha tenido tendencias más aislacionistas que los demócratas. Fue la cifra más alta lograda por lo que en EEUU se denomina derogatoriamente un tercer partido desde que en 1912 Theodore Roosevelt alcanzó con el Partido Progresista, que él había creado, el 27,4%.

Ese es el destino de los terceros partidos en Estados Unidos: fastidiar a los demás. Cuando en el año 2000, en medio de la amarga disputa en el Supremo sobre quién se había impuesto en los comicios, George W. Bush o Al Gore, el candidato del Partido Verde Ralph Nader dijo, «la verdad es que creo que soy yo el que ha ganado las elecciones», muchos demócratas quisieron estrangularlo. Gore había sacado más votos que Bush. Pero hubiera sido el vencedor indisputable de las elecciones de no haber sido por el 2,7% de sufragios que se llevó Nader. La experiencia de 2000 fue para los demócratas lo mismo que la de 1992 para los republicanos.

Por eso, los candidatos que no son demócratas ni republicanos tienden a ser calificados como spoilers, una palabra de difícil traducción que viene a significar algo así como «el que echa a perder alguna cosa». En otras palabras: ellos no ganan, pero hacen que otros pierdan, porque dividen el voto. Seguro que muchos simpatizantes del PP y del PSOE también consideran a Vox, Ciudadanos y Unidas Podemos spoilers, aunque el castellano no tenga una palabra tan precisa.

Y en este 2024, esos terceros partidos volvieron a aparecer pero pronto se disiparon. Las elecciones del 5-N han sido históricas. El más importante de esos terceros con posibilidades fue uno de nombre ilustre: Robert F. Kennedy. Es el hijo del fiscal general y candidato a la Presidencia del mismo nombre, asesinado en 1968 en plena campaña, y sobrino del presidente John F. Kennedy. Su popularidad oscilaba, antes de suspender su campaña a la Presidencia y apoyar a Trump, entre el 9% y el 15%, según las encuestas, lo que era más que reseñable dado que su programa era un peligro público. RFK Junior, como se le conoce, es un activista antivacunas que ha dicho que la Alemania nazi era un sistema mejor que el actual porque los judíos, al menos, podían esconderse en un ático, como Ana Frank, mientras que hoy no hay forma de escapar de las vacunas contra el Covid-19. También ha declarado que la pandemia «está dirigida a atacar a los caucásicos [los blancos] y a los negros. La gente más inmune son los judíos askenazis [sobre todo del centro y el este de Europa y mayoritarios en Israel] y los chinos». Asimismo, ha sugerido que compuestos químicos en el agua potable están haciendo homosexuales a los estadounidenses.

Al margen de esas barbaridades, las propuestas políticas del sobrino del presidente Kennedy se sitúan en la izquierda. Su programa es una versión diluida del de Bernie Sanders, el candidato socialista que disputó las primarias demócratas a Hillary Clinton en 2016. RFK junior ve la inmigración ilegal como un problema humanitario, está a favor de la reforma de la policía -pese a que ésa es competencia de las ciudades, no del Estado-, defiende el endurecimiento de las regulaciones medioambientales, la reducción moderada del gasto en defensa y un sistema impositivo más progresivo. Kennedy es un político hábil, como demostró cuando, tras comprobar que no iba a tener ninguna posibilidad en las primarias del Partido Demócrata, decidió presentarse como independiente. La misma habilidad que le ha llevado a ponerse del lado de Trump y que podría conducirle a tener un papel relacionado con sanidad o regulación de los medicamentos y alimentos del país.

El agradecimiento de Trump

«Si el presidente Trump es elegido y honra su palabra, la enorme carga de enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y llevan al país a la bancarrota desaparecerá», apuntó en agosto, dando a entender que el republicano le ha prometido algún cargo relacionado con la salud pública.

«Si me dan la oportunidad de solucionar la crisis de las enfermedades crónicas y reformar nuestra producción de alimentos, prometo que dentro de dos años, veremos cómo la carga de las enfermedades crónicas se reduce drásticamente. Haremos que los estadounidenses vuelvan a estar sanos», afirmó.

Ya entonces la alianza parecía clara pues minutos después del anuncio de Robert Kennedy, Trump le agradeció su apoyo: «Quiero dar las gracias a Bobby. Es algo muy bonito lo que hizo y realmente importante. Es un gran tipo, respetado por todos».

El fanatismo antivacunas de Robert Kennedy contrasta con su pragmatismo en otras áreas, como cuando apoyó la ofensiva de Israel en Gaza tras los atentados de Hamas.

Con esa ideología, Kennedy tiene el apoyo de una parte de la izquierda estadounidense. Pero su nombre y su oposición a las vacunas le hicieron muy popular en dos bastiones demócratas: Hollywood y Silicon Valley. No en balde está casado con la actriz Cheryl Hines, una de las estrellas de la serie de televisión de culto Curb Your Enthusiasm. De hecho, quien les presentó fue Larry David, uno de los creadores de Seinfield, que lleva siendo emitida por HBO desde nada menos que el año 2000.

RFK Junior combina el populismo de Trump con el rechazo a las vacunas -que es transversal en ambos partidos- y una propuesta en general de izquierdas.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2024-11-07 07:37:00
En la sección: Internacional // elmundo

Publicado en Clasificadas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp