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Un socio ultranacionalista advierte a Netanyahu con dejar el Gobierno si aprueba la tregua | elmundo.es

Un socio ultranacionalista advierte a Netanyahu con dejar el Gobierno si aprueba la tregua

Actualizado

Una vez resueltas las discrepancias de última hora con Hamas, Israel tiene previsto aprobar este viernes el acuerdo de tregua para la vuelta de los secuestrados tras una dramática jornada en la que estuvo en juego no solo el alto el fuego en Gaza sino también la estabilidad del Gobierno de Benjamin Netanyahu. Itamar Ben Gvir, ministro y líder de un partido ultranacionalista, advirtió esta noche que abandonará la coalición si aprueba el acuerdo y volverá solo si reanuda la ofensiva para acabar con el grupo islamista.

El comunicado de Netanyahu por la mañana acusando a Hamas de crear una «crisis de última hora que evita el acuerdo» elevó una pregunta inquietante que recorrió la región hasta llegar a la Casa Blanca: ¿Inesperada crisis que retrasa e incluso puede evitar la tregua anunciada solemnemente por Joe Biden y Donald Trump o es un esperado forcejeo negociador que simplemente aplaza unas horas la reunión del gabinete israelí para aprobarlo? La respuesta llegó por la tarde cuando las partes confirmaron que solventaron en Doha los últimos obstáculos en el camino para poner fin a más de 15 meses de guerra que este jueves registró otra fecha con ataques y muertos.

De esta forma, el Gabinete de seguridad tiene previsto reunirse este viernes para aprobar el pacto alcanzado con la mediación estadounidense-egipcia-catarí, consciente que el alto el fuego iría acompañado de altibajos pero no que sucedería antes de empezar, como está previsto, este domingo. Israel había acusado a Hamas de haber dado marcha atrás sobre «partes del acuerdo alcanzado con los mediadores e Israel en un intento de extorsión para lograr concesiones en el último minuto«. «Israel convocará la reunión del Gabinete y el Gobierno cuando los mediadores notifiquen a Israel que Hamas ha aceptado todos los elementos del acuerdo», avisó el comunicado de la oficina del primer ministro en una decisión que encendió las alarmas y preocupaciones en Gaza y entre las familias de los 98 rehenes vivos y muertos en cautiverio. Entre ellos, 94 de los 251 secuestrados en el ataque terrorista en el sur de Israel que desató una ofensiva sin precedentes en el enclave palestino sacudiendo la región desde Líbano al Yemen.

Hamas rechazó las acusaciones recalcando, en palabras de uno de sus altos funcionarios, Izzat el Reshiq, que «está comprometido con el alto el fuego anunciado por los mediadores». El dirigente islamista Sami Abu Zuhri, por su parte, denunció que las afirmaciones de Netanyahu «no tienen fundamento». En una entrevista a Al Arabi, añadió que «la Administración Trump está comprometida a obligar a Israel a cumplir el acuerdo». Medios afines a Hamas acusaron a Netanyahu de crear una crisis por motivos políticos internos.

A cambio de la vuelta de los rehenes, de los cuales 33 en la primera fase de tregua extendida en seis semanas, Israel se comprometió a liberar a más de 1.000 presos palestinos y retirarse de las zonas en la Franja de Gaza que ocupa desde la operación a gran escala lanzada en respuesta al ataque armado del 7-O. La discrepancia de última hora que volvió activar la cooperación entre los emisarios de Biden y Trump en la zona , Brett McGurk y Steve Witkoff respectivamente giraba en torno a la identidad de algunos presos palestinos, tal y como como se deslizaba en el comunicado en plena madrugada de Netanyahu tras hablar con su equipo negociador en Doha: «Contrariamente a una cláusula expresa que otorga a Israel el derecho de veto sobre la liberación de asesinos en masa que son símbolos del terrorismo, Hamas exige determinar la identidad de estos terroristas».

Pero el anuncio público de Biden y Trump, la conversación telefónica de éste último con Netanyahu y el éxito de la negociación proclamada por los mediadores en Doha hacían prácticamente imposible que el acuerdo se desplomara una vez más.

Netanyahu intenta evitar también el desplome de su Gobierno manteniendo a los dos partidos ultranacionalistas de la coalición (de un total de cinco partidos), contrarios a la tregua. La gran mayoría en Israel y en el Gabinete apoya el acuerdo para la vuelta de los secuestrados tras 468 días en cautiverio que sin embargo es criticado en el núcleo de la derecha ya que permite a Hamas continuar aunque muy golpeada como fuerza armada y quizá de gobierno en Gaza. «El acuerdo incluye la liberación de cientos de presos asesinos, la vuelta de palestinos al norte de Gaza incluyendo terroristas, la retirada del Eje de Filadelfia y llevará al fin de la guerra sin que Hamas haya sido completamente derrotado ni se garantice que vuelvan todos los secuestrados», anunció Ben Gvir conocido por su extremismo y provocaciones mediáticas. En cualquier caso, aclaró que no votará con la oposición para tumbar el Gobierno que sin él aún tiene mayoría pero ajustada.

En los últimos días, el líder del otro partido ultranacionalista, Bezalel Smotrich, se reunió seis veces con Netanyahu para exigirle el compromiso de que retomará la ofensiva inmediatamente después de la primera fase del alto el fuego y mantenga la presencia militar en el Eje de Filadelfia, situado ante la frontera egipcia en el sur de la Franja de Gaza. Dos exigencias, sin embargo, que contradicen la letra y espíritu del acuerdo así como el mensaje del gran aliado de Israel. Y nadie en la región, incluido Netanyahu, no quiere empezar con mal pie la relación con Trump.

Entre las exigencias de Smotrich y Ben Gvir por un lado y la presión de EE.UU y la gran mayoría de las familias de los secuestrados a favor del acuerdo por otro, Netanyahu busca la fórmula que le permita aprobarlo sin perder la mayoría en la Knésset. La oposición liderada por Yair Lapid, que le critica por no haber aceptado en junio la propuesta de alto el fuego y vuelta de rehenes por «motivos de supervivencia política», mantiene su oferta de una red de seguridad para que pueda firmar el pacto.

A la espera de la tregua, continúa la intensa ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Mientras el Ministerio de Sanidad bajo control de Hamas indicaba que al menos 80 palestinos murieron y casi 200 resultaron heridos en los bombardeos desde el miércoles por la noche, el ejército anunció que atacó «aproximadamente 50 objetivos terroristas, incluidos terroristas de Hamas y Yihad Islámica».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2025-01-16 16:50:00
En la sección: Internacional // elmundo

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