Los argentinos se fueron a dormir en la noche del martes con la sensación de haber vivido un día histórico, y con una serie de preguntas con respuesta abierta aún: ¿Qué pasará con Cristina Fernández de Kirchner? ¿Cuándo será detenida? ¿Irá a la cárcel o se le aceptará la prisión domiciliaria?
La condena definitiva por corrupción a la mujer que gobernó ocho años Argentina, y que fue otros cuatro años primera dama y cuatro vicepresidenta fue una sacudida para todos. Para el presidente Javier Milei, que desde Israel celebró el dato de que «la Justicia funciona», para el peronismo, descabezado y desorientado, y para la propia ex presidenta, que calificó de «monigote» a Milei y a los tres jueces de la Corte Suprema que sentenciaron su suerte.
Clarín, el principal diario del país, y objeto de todo tipo de ataques por parte de los Kirchner en sus 12 años y medio en el poder, celebró la condena: «La Corte Suprema de Justicia escribió este martes una página histórica en los libros del poder judicial y del presente institucional de la Argentina, al darle la puntada final a un expediente judicial que investigó, probó, juzgó y condenó un multimillonario fraude al Estado por parte de una banda criminal conducida por Cristina Kirchner».
Kirchner, de 72 años, fue condenada a seis años de prisión, y quedó además inhabilitada políticamente, por lo que no podrá ser candidata en las elecciones de medio término de este año.
Instantes después de que la Corte Suprema argentina confirmara que no aceptaba el recurso de queja de la ex presidenta, los dos fiscales del caso reclamaron su ingreso inmediato a prisión, en tanto que su abogado inició el trámite para la prisión domiciliaria. El juez le dio cinco días de plazo a Fernández de Kirchner y a los otros condenados para presentarse y «hacer efectivas sus detenciones».
El abogado de la ex presidenta, Carlos Beraldi, solicitó al juez que no se le coloque una tobillera electrónica y mantener al personal que actualmente la custodia.
Beraldi justificó la petición de detención domiciliaria en el hecho de que, como ex presidenta, Kirchner «tiene secretos de Estado», además de que «sufrió un intento de homicidio» el 1 de septiembre de 2022.
Los fiscales reclamaron también que se le decomise a Kirchner y otros condenados la cifra de 86.000 millones de pesos (unos 70 millones de euros), que es la cifra estimada del desfalco.
Mientras eso sucedía, la líder peronista hablaba desde la sede de su partido a unos pocos de miles de militantes congregados ante el edificio. Fernández de Kirchner, que dijo haber sido proscrita, aseguró que el gobierno de Milei terminará mal.
«Cuando este monigote se caiga, como ese monigote del norte, como Elon Musk, qué papelón… Cuando este monigote de presidente no le sirva más al poder económico, cuando se caiga, porque cuánto puede durar el endeudamiento serial, los salarios bajos, la destrucción de las capacidades argentinas, el desmantelamiento del [hospital pediátrico] Garrahan y de las universidades, cuando todo eso se caiga, el poder económico pretende que el campo popular no pueda organizarse».
Fernández de Kirchner fue condenada por la Cámara de Casación, que confirmó en noviembre de 2024 una sentencia del Tribunal Oral Federal 2 de diciembre de 2022. La intervención de la Corte se limitó a revisar que no haya habido ninguna violación de las garantías constitucionales.
«La Corte coronó el trabajo que desde 2008 había comenzado y desde 2016 acelerado el juez Julián Ercolini», destacó «Clarín».
Ese trabajo fue «revisado por tres camaristas federales, juzgado en audiencias orales y públicas por los tres integrantes del Tribunal Oral Federal 2 y confirmado por tres magistrados distintos en la Cámara Federal de Casación Penal: un total de diez jueces. A ellos hay que sumarles seis fiscales -incluyendo al Procurador General de la Nación, Eduardo Casal- que también intervinieron en el caso. Son dieciséis magistrados: todos ellos, sin excepción y con el grado de certeza de cada etapa procesal, encontraron culpable a la expresidenta».
La sentencia establece que la defraudación en perjuicio de la administración pública es un «delito federal de corrupción» y que la entonces presidenta se valió del Estado para «fines personales» y perjudicó sus intereses.
Los hechos por los que fue juzgada Fernández de Kirchner se refieren a 51 procesos de licitación pública para la construcción de obras viales sobre rutas nacionales y provinciales en Santa Cruz, una de las provincias más australes del país y verdadero feudo de los Kirchner por más de dos décadas.
Néstor Kirchner, presidente argentino entre 2003 y 2007, y del que Fernández de Kirchner enviudó en 2010, fue gobernador de esa provincia, que luego siguió controlando a través de sus sucesores, que le eran absolutamente fieles.
La dos veces presidenta se refirió a sí misma en los últimos días como «una fusilada que vive». La líder peronista argumentó que todo se trata de «una causa armada» durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) y que es víctima de «lawfare», el término en inglés que define la utilización de la justicia para una persecución política.
«Me quieren presa o muerta, pero no van a evitar que el pueblo vuelva», añadió la que fuera vicepresidente de Alberto Fernández entre 2019 y 2023. No hay claridad acerca de quién sucederá a Kirchner al frente del peronismo, a menos que la ex presidenta pretenda continuar haciéndolo desde su lugar de detención.
Ya avanzada la noche del martes, Fernández de Kirchner se asomo al balcón del piso de 200 metros cuadrados en el que reside para saludar a cientos de militantes del peronismo que la vivaban desde la calle. En simultáneo, una turba ingresó al edificio de TN, la señal televisiva del Grupo Clarín, y provocó importantes destrozos en las instalaciones y en el aparcamiento.
Partidarios de la ex presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner se reúnen frente a su casa en Buenos Aires
La ex presidenta, que se presenta como «proscrita», se mira en el espejo de Luiz Inacio Lula da Silva, el actual presidente de Brasil, que pasó 581 días en prisión antes de ser elegido por tercera vez como presidente del mayor país de la región.
Según pudo confirmar EL MUNDO, el equipo de Lula fue contactado desde el entorno de Fernández de Kirchner para que el líder brasileño se pronuncie públicamente a favor de la ex presidenta. Celso Amorim, el asesor especial de política exterior de Lula, no había podido sin embargo hasta este lunes tratar el asunto con el presidente, que regresaba de su visita de Estado a Francia.
El que sí se pronunció a favor de Fernández de Kirchner fue el Grupo de Puebla.
«El objetivo de expulsar a CFK de la política obedece al miedo de determinados sectores a que ella ratifique su liderazgo en las urnas y siga protagonizando la vida política argentina», dijo la organización de líderes de izquierdas, en un comunicado que lleva la firma de, entre otros, el ex presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el ex juez Baltasar Garzón y de Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Cataluña
«La sentencia, caso de pronunciarse en el sentido publicado -reza el comunicado difundido este lunes-, no es solo contra CFK sino contra el peronismo en Argentina, buscando el disciplinamiento de los y las militantes y funcionarios/as que promuevan una mejora de la calidad de vida de los argentinos».
Pese al pronunciamiento del Grupo de Puebla, que culpa también a Macri, Fernández de Kirchner se enfrenta a otros tres procesos penales: dos por corrupción y otro en el que se la acusa de haber encubierto a los presuntos autores iraníes del atentado de 1994 contra la mutual judía AMIA.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-06-11 05:08:00
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