GINEBRA – Los trabajadores migrantes en el servicio doméstico son objeto de la trata de personas, y de violencia física, acoso y violencia sexuales por parte de sus empleadores y de los familiares de éstos, en muchos lugares del mundo, según la relatora de las Naciones Unidas sobre el tráfico de personas.
“La trata de personas en el sector del trabajo doméstico sigue siendo un fenómeno muy extendido, que afecta especialmente a las mujeres”, expuso la relatora especial, la jurista irlandesa Shiobán Mullally, en su informe anual al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en esta ciudad suiza.
Sostuvo que la prevalencia de la trata, y de otras vulneraciones de los derechos humanos, se explica por el hecho de que sigue sin regularse el sector del trabajo doméstico y no se garantizan condiciones de trabajo justas y equitativas.
Asimismo, “el racismo y la desigualdad de género crean un clima de impunidad donde se violan sistemáticamente los derechos de las trabajadoras domésticas migrantes”, afirmó Mullally.
Esas mujeres suelen ser reclutadas con falsas promesas laborales por intermediarios sin escrúpulos. Al llegar al país de destino, las condiciones laborales no se corresponden con el contrato inicialmente ofrecido, explicó la relatora.
El último
El último Informe mundial sobre la trata de personas señala que, en 2022, 61 % de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo eran mujeres y niñas, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual.
Sin embargo, también hay un gran número de mujeres y niñas víctimas de la trata con fines de trabajo forzoso, principalmente trabajo doméstico.
Un resultado, señaló Mullally, es que los trabajadores domésticos migrantes son objeto de violencia física, acoso sexual y violencia sexual, incluida la violación, por parte de sus empleadores y de los familiares de éstos.
El informe identifica varios factores estructurales que aumentan el riesgo de trata: la aplicación deficiente de las leyes laborales, la falta de acceso a migración regular y segura, los visados ligados al empleador (que impiden cambiar de trabajo) y la ausencia de acceso a justicia, reparación efectiva y compensación.
Mullally observó que, al igual que en otros sectores, la trata facilitada por la tecnología va en aumento, y se utiliza principalmente para captar y reclutar a mujeres jóvenes y a niñas a través de medios sociales y de aplicaciones que difunden falsas oportunidades de empleo o becas.
“El creciente uso de las tecnologías digitales, incluida la inteligencia artificial, en la contratación requiere una atención urgente”, afirmó Mullally.
Sin embargo, esas tecnologías también pueden utilizarse de manera positiva contra la trata de personas, en particular mediante el uso de la inteligencia artificial para detectar indicadores y mejorar de la labor de prevención e investigación.
El informe también señala que el trabajo doméstico está sumamente racializado y a menudo es realizado por mujeres pertenecientes a minorías raciales, mujeres indígenas y mujeres migrantes, refugiadas y apátridas.
El Convenio 189, adoptado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2011, sobre el trabajo doméstico decente, reconoce derechos de esos trabajadores como horas de descanso, información adecuada sobre condiciones de empleo, y derecho a sindicación y negociación colectiva.
Hasta la fecha 39 países han ratificado esa convención (varios de América Latina y de Europa, cuatro de África y Filipinas) que debería proteger a unos 76 millones de trabajadores domésticos que hay en el mundo, 76 % mujeres.
Mullally dijo que “a pesar de reformas legislativas, la aplicación práctica de los derechos laborales es limitada o inexistente” en muchos lugares del mundo.
La aplicación efectiva de los derechos laborales, los derechos de residencia y las vías de acceso a la ciudadanía son esenciales para prevenir la explotación, dijo Mullally.
Asimismo, los acuerdos bilaterales de migración laboral pueden reforzar y proteger los derechos de los trabajadores cuando se basan en las normas internacionales de derechos humanos y laborales.
Se deben supervisar eficazmente los procesos de contratación y garantizar la rendición de cuentas cuando se violan los derechos humanos y las normas laborales.
La relatora indicó, finalmente, que debe reforzarse la cooperación internacional para garantizar la rendición de cuentas por la trata de seres humanos en el contexto de la migración y el trabajo doméstico, con el fin de salvaguardar los derechos de las víctimas.
A-E/HM
Fuente de TenemosNoticias.com: ipsnoticias.net
Publicado el: 2025-06-24 14:43:00
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