Cierre de la planta de General Motors en Quito
QUITO — El ecuatoriano Antonio Oramas, de 43 años, se encuentra visiblemente afectado al despedirse de la planta de General Motors en Quito, donde trabajó durante 20 años. Esta instalación, que ha sido un pilar para su familia, cerrará definitivamente el viernes 6 de septiembre. Oramas expresó su tristeza, indicando que la empresa ha sido una “gran escuela” para él y su familia. Con el cierre, él y otros 260 empleados enfrentan un futuro incierto.
Impacto en la economía local
El cierre afecta no solo a los empleados de la planta, sino también a productores de componentes y a otros servicios relacionados. Juan Landázuri, director de manufactura y calidad en la planta, destacó que la fábrica representa el 51% de la producción de automóviles en Ecuador. La problemática del desempleo es evidente en el país, donde la tasa alcanzó un 4,1% en el primer trimestre de 2023. Oramas mencionó que la difícil situación económica ha llevado a muchos compatriotas a emigrar.
Aumento de la competencia en el mercado automotriz
El cierre de la planta de Quito coincide con un incremento en la venta de automóviles chinos en el país, con al menos 34.756 unidades vendidas en la primera mitad de 2024. Esta competencia ha hecho que la industria automotriz ecuatoriana se vuelva más desafiadora. Según Landázuri, la capacidad industrial de la planta ha estado operando al 15%, lo que llevó a la decisión de incorporar nuevos modelos para adaptarse al mercado cambiante.
Programa de orientación para empleados
Para mitigar el impacto del cierre, General Motors ha implementado un programa de orientación para ayudar a sus trabajadores a encontrar nuevas oportunidades laborales. Este proyecto, diseñado en colaboración con un proveedor internacional, busca ofrecer asesoría a los empleados que quedan sin trabajo. Oramas concluyó que, aunque cierra un capítulo de su vida, está decidido a seguir adelante y luchar por su futuro.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
Cats: Ecuador,Negocios y Economía