Condiciones laborales en la industria de webcam
WASHINGTON — Sahory Balaguera, activista y trabajadora sexual trans colombiana, ha trabajado en el sector durante casi dos décadas. En una conferencia de prensa, Balaguera compartió su experiencia en la industria del webcam, resaltando las precarias condiciones laborales y la violencia diaria que enfrentan las trabajadoras.
La investigación de Human Rights Watch (HRW) revela la realidad detrás de los estudios de webcam en Colombia, donde muchas trabajadoras, como Carolina Calle, enfrentan problemas como el robo de dinero, pagos inconsistentes y la falta de cuidados sanitarios en los espacios donde operan.
Impacto de la pandemia en trabajadoras sexuales
Durante la pandemia, muchas trabajadoras sexuales se vieron obligadas a cambiar sus modelos de negocio, volviéndose dependientes del webcam como su principal fuente de ingresos. Sin embargo, a menudo deben acudir a estudios de grabación que proporcionan equipos, pero que también imponen condiciones laborales abusivas, incluyendo vigilancia constante y cobros por descansos.
Necesidad de regulaciones y derechos laborales
HRW enfatiza que las trabajadoras del webcam en Colombia merecen las mismas protecciones laborales que cualquier otro trabajador, y que las empresas tienen la responsabilidad de abordar las condiciones laborales explotadoras. Arvind Ganesan, de HRW, subrayó la necesidad de que las empresas respeten los derechos humanos y laborales en toda la cadena de suministro, y propuso que se implementen normas de salud y monitoreos regulares en los estudios.
A pesar de las dificultades, algunas trabajadoras destacaron que existen estudios que cumplen con regulaciones adecuadas, pero hacen un llamado para que otras compañías adopten medidas concretas para garantizar un ambiente de trabajo seguro y digno.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
Cats: Colombia