Sentencia del Tribunal Supremo y la Crisis Electoral en Venezuela
Una reciente sentencia del máximo tribunal de justicia venezolano sobre la votación presidencial no será considerada “santa palabra” por la comunidad internacional, según expertos. La Sala Electoral de la corte suprema inició el análisis de las elecciones presidenciales del 28 de julio, donde Nicolás Maduro fue proclamado ganador, aunque la oposición reclama haber obtenido más del 80% de las actas de votación.
El presidente Maduro afirmó que el fallo de la corte debe ser respetado, pero los presidentes de Brasil, Colombia y México, que lideran una mediación entre el gobierno y la oposición, ya han señalado que esta no será una solución válida. En un comunicado, los mandatarios enfatizaron la importancia de que el Consejo Nacional Electoral publique los resultados detallados de las más de 30.000 mesas de votación y permita una verificación imparcial.
La situación complica la posibilidad de que una sentencia judicial cierre la crisis postelectoral, pues tanto Lula, Petro como López Obrador están utilizando sus diálogos con Maduro para dejarle claro que una resolución judicial no resolverá la contienda electoral. Estos líderes planean una conversación clave para “destrabar” la disputa electoral en Venezuela.
Desafíos en la Mediación Internacional
Los desafíos que enfrentan los tres presidentes para ayudar a resolver la crisis en Venezuela son significativos y requieren un fuerte apoyo regional. A medida que buscan evitar la violencia y prevenir una guerra civil, la falta de apoyo de más países genera pesimismo sobre el impacto de sus esfuerzos mediadores.
Milos Alcalay, diplomático venezolano, considera que la independencia del Tribunal Supremo está bajo cuestionamiento a nivel mundial, lo que hace difícil que su dictamen resuelva la crisis postelectoral. Asegura que el estado de derecho en Venezuela está fracturado y el poder judicial es utilizado para legitimar el descontento del poder electoral.
Preocupación por el Tiempo y la Reacción Internacional
Las preocupaciones sobre el tiempo para alcanzar una solución se intensifican, ya que el gobierno actual continúa con una represión evidente, con cientos de disidentes detenidos. La comunidad internacional, incluyendo Brasil, Colombia y la Unión Europea, espera reacciones más firmes a medida que avanzan las mediaciones diplomáticas.
El presidente electo en Venezuela debe asumir su cargo el 10 de enero del próximo año, mientras que Estados Unidos elegirá nuevo presidente en noviembre, seguido por la asunción de Claudia Sheinbaum en México en octubre. Es fundamental que los gobiernos continúen apoyando el derecho de los venezolanos a elegir su futuro.
Con el paso del tiempo, se anticipan muestras de mayor “desequilibrio” y posible represión masiva por parte del régimen venezolano si no se encuentra una solución clara a la crisis política.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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