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Ana Tijoux trajo su rap con mensajes políticos al Teatro Colsubsidio

Ana Tijoux trajo su rap con mensajes políticos al Teatro Colsubsidio

A las 7:30 p.m., quien abrió el concierto de Ana Tijoux en el Teatro Colsubsidio, el pasado 8 de agosto, no fue un artista invitado sino dos banderas, la palestina y la mapuche, que colgaban frente al escenario vacío. Esa fue la primera de las declaraciones que la rapera entregaría durante la noche.

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Antes de comenzar, el director del teatro, Paulo Sánchez, introdujo la primera edición del Festival Internacional de Hip Hop del Teatro Colsubsidio y luego a la franco-chilena como una artista “comprometida, tan coherente e importante para Latinoamérica y el mundo”. La compositora, rapera y cantante Ana Tijoux, de 47 años, fue la encargada de darle inicio a este encuentro y presentó su álbum ‘Vida’.

Con las luces apagadas y mientras el público seguía ingresando, aparecieron los tres músicos que acompañaron a la cantante en batería, bajo y piano. Y justo cuando el rojo del Colsubsidio se tiñó de violeta, una Ana Tijoux melancólica y coral apareció en el escenario entonando su canción ‘Caudal’: 

“Oye, mi niña / se escucha en la selva / un aguacero rebalsa en el caudal”

Justo después, el público comenzó a corear una canción que está conectada: ‘Niñx’, en un eco que, junto con la batería, equilibró el pulso de los asistentes.

Algunas asistentes no tardaron en levantarse de sus asientos desde que la banda pisó el escenario. 

Ana Castro y Paola Rodríguez, quienes asistieron juntas, danzaron durante todo el concierto: «‘Niñx’ es una canción muy áspera para empezar, muy bailable, la energía de este nuevo álbum es bailar la vida”, dijeron a la salida del evento. Era la primera vez que veían a Tijoux en vivo y les pareció “preciosa e increíble”.

Bogotá, Colombia. Agosto 8 de 2024. La cantante, rapera y compositora de nacionalidad chilena y francesa, Ana Tijoux se presentó en el Teatro Colsubsidio.

Bogotá, Colombia. Agosto 8 de 2024. La cantante, rapera y compositora de nacionalidad chilena y francesa, Ana Tijoux se presentó en el Teatro Colsubsidio.

Foto:Andrea Moreno. EL TIEMPO

Con ‘Millonaria’, apareció una Ana que recorría el escenario bajo luces verdes dinámicas entre el humo violeta. “Iluminan más que todo diamante”, dice la canción. La ganadora del Grammy Latino (2014) se acercó al público con un “Eh, Ok, Bogotá”, suficiente para que quienes siguieran sentados se levantaran de sus asientos, llegó la euforia, los celulares en alto y la segunda reverencia de la artista.

Ana Tijoux, hija de chilenos exiliados por la dictadura de Augusto Pinochet, es conocida no solo como artista, sino también como activista social y política. El año pasado, la revista ‘Rolling Stone’ la nombró como una de las raperas más importantes del rap en español. Sus canciones son una declaración a favor de los derechos humanos, la igualdad de género y la lucha de los pueblos oprimidos.

Entre los asistentes estaba María Delgado, desplazada del departamento de Caldas, quien comentó que “a través de la música de Ana nos encontramos muchas personas que compartimos el sentimiento y el pensamiento de resistencia”.

Era la primera vez que la veía en el escenario. “De la noche me quedo con su entrega y su pasión, se notaba que era una mujer feliz, haciendo lo que le gusta”, dijo.

Sonidos colombianos y chilenos se encontraron

Con un vestido negro, un collar rojo, un pañuelo colgando de su pierna y unos lentes oscuros, Tijoux comenzó la canción ‘Vengo’. El movimiento de sus manos generaba imitación, no por jerarquía, sino por conexión: nadie transmitía más emoción en el concierto que ella misma. 

Luego hizo otro llamado: “Colombia, a ver Colombia”. La batería y las palmas latían como tambora del Pacífico, compartiendo ritmos entre nuestro país y Chile. “Estoy muy agradecida, pucha, de verdad… De estar acá, presentes y vivos y vivas”. Y continuó con el siguiente dúo de canciones: ‘Antipatriarca’, con un solo vibrante de Raúl Moya en el bajo, y ‘Óyeme’, que finalizó con una pausa para tomar agua, tras las reverencias.

“Gracias por estar acá, por acompañarnos, gracias por bailar con nosotros, es bonito cuando la gente se levanta del teatro…”, dijo la cantante y presentó a la banda: Moya en el bajo, Nicolás Castillo en la batería y Federico Rocha en el piano. Comentó que “podría decir muchas cosas, pero la música manda”, y ‘Cora’ tomó el escenario, mientras los corazones de los oyentes empezaron a estallar.

A las 8:15 p.m., todos estaban ‘Bailando sola aquí’, y en esos momentos instrumentales, la artista celebraba con un baile de las entrañas que contagiaba. Mientras tanto, las sillas rojas seguían esperando por alguien que quisiera sentarse, pero no sucedió.

Frente al entusiasmo del público, Tijoux comentó entre risas que siempre están “no preparados, impreparados, amateurs for ever”. Luego, habló de su nuevo álbum: tras una década sin publicar un nuevo trabajo discográfico apareció ‘Vida’, con el que este 18 de agosto llenará por primera vez el Movistar Arena, su segundo concierto en Bogotá en esta temporada. 

El álbum debe su nombre a la mejor venganza contra la muerte: la vida. “Uno nunca está preparado, pero llegan los impuestos, llega la muerte. No hay futuro, no hay salida… Sonará muy ‘hippie’, pero quiéranse de verdad”, dijo, mientras una pareja en primera fila se besaba espontáneamente. “¡Eso, dense besos con lengua!” añadió, como una declaración de amor a la vida.

Con la solemnidad de la canción que da nombre al álbum, el público permaneció de pie, pero sin moverse. Algunos aprovecharon para sentarse y recuperar energía, ya iban 9 canciones y dos intervenciones. Ana Tijoux solo paraba para tomar agua o secarse el sudor de la frente con una toalla.

A las 8:24 p.m., con ‘A veces’, su ‘flow’ se hizo más intenso en el escenario. El ‘scratch’ de vinilo se integraba en su propia letra, acompañada de una gestualidad teatral que hacía mover la cabeza y generaba besos y abrazos entre el público. Otro solo de Raúl Moya permitió que la artista caminara y se envolviera con su danza en el humo, que ahora se había teñido de rojo.

Recordó el rap como “una música que le cambió la vida a muchas personas, al menos a mí me cambió la vida”, y mencionó su colaboración con Talib Kweli & Plug.

“Yo no hablo nada de inglés, bueno, muy mal, pero da lo mismo, porque el hip hop también atraviesa culturas e idiomas”. Y entonó ‘Tu Sae’ con un inglés que sonaba pregrabado, pero se disfrutaba en vivo. Todos coreaban “Amamo’ esta cultura que llevamos…”, levantando la mano con los cinco dedos extendidos, uno por cada década del hip hop en la región.

La sed y el sudor volvieron, y Ana Tijoux regresó sin gafas, soltando un contundente: “Nací un día de junio del año ’77, planeta Mercurio y el año de la serpiente”. Sobre un fondo azul que hacía resaltar el tatuaje de serpiente que le recorre el muslo, siguió cantando y limpiándose la frente con su toalla blanca. ‘1977’ y los coros terminaron mientras el escenario cambiaba de color.

A las 8:42 p.m. “la hora sonó, la hora sonó” con ‘Shock’. Luego, la canción ‘Tania’ puso el escenario violeta. Tijoux preguntó “¿cómo está Bogotá?” y advirtió que la siguiente letra abordaba temas complejos, lo que detonó un coro espontáneo que fue iniciativa del público: “¡Israel Asesino: del pueblo palestino!”. Fue el momento de las banderas, pero esta vez del público, que ondeaban en varios lugares del teatro.

Iván, un joven asistente que decidió alzar su voz, llevaba una kufiya (pañuelo tradicional de Oriente Medio). Este es el tercer concierto de Ana Tijoux al que asiste, uno de ellos en 2017. De este evento esperaba de la banda que “que siguieran siendo lo que son”, y así fue.

La rapera pidió prudencia: quería hablar del fin del mundo (que también le da título a una canción suya) y recordar que la siguiente era una ironía (tres veces). Aprovechó para contar una anécdota: en una ocasión llamó a su padre y le dijo “Papá, el mundo está en crisis” – “Huevona, nacimos en crisis y aprenderemos a vivir con eso”. Entonces, hizo su tercera declaración: “Al fin del mundo le responderemos con humor”. Y comenzaron a sonar las aves que lo anunciaban.

La próxima sería la última canción, a lo que respondió con humor a un público embelesado que quería más de las 15 canciones que había interpretado hasta el momento: “Soy una persona de la tercera edad que necesita descanso”, dijo riendo.

Antes de la última canción, las banderas que fueron el telón del inicio se hicieron más presentes, tanto en el escenario como entre el público. Una, en el sintetizador de la banda, era azul con el lucero del amanecer blanco: la mapuche. La otra, formada por tres bandas horizontales negra, blanca y verde, con un triángulo rojo en uno de sus bordes: la palestina.

Bogotá, Colombia. Agosto 8 de 2024. La cantante, rapera y compositora de nacionalidad chilena y francesa, Ana Tijoux se presentó en el Teatro Colsubsidio.

Foto:Andrea Moreno. EL TIEMPO

«Dos banderas de territorios ocupados… dos banderas prohibidas».

—»¡Palestina!», gritó alguien del público. —»Gracias, compita,» respondió Tijoux, aludiendo a este «genocidio en tiempo real», un tema recurrente en sus presentaciones. Hace solo dos meses, en su actuación en el Tiny Desk de NPR Music, lució una kufiya como símbolo de su apoyo a Palestina.

Muchos asistentes llevaban esta prenda. María Delgado, seguidora de la artista, explicó que «Ana ha dado voz, a través de su arte, a personas víctimas de desaparición y genocidio. La kufiya se ha convertido en un símbolo de esa resistencia. Al igual que yo, muchas personas la trajeron hoy como un homenaje.» También se notó la presencia de pañuelos verdes.

Las luces se triplicaron en tonos azules, verdes y rojos cuando comenzó a sonar ‘Sacar la voz’, la última declaración de Ana Tijoux en el Teatro Colsubsidio. Su sombra se proyectaba junto a una salida de emergencia, como una luz de rap verde esperanza. Terminó con un puño levantado antes de hacer una reverencia y despedirse. O eso parecía.

Luego de dos minutos de agradecimientos, peticiones y aplausos, Ana Tijoux y sus músicos reaparecieron bajo un rojo rockero para volver al remate del concierto, comenzando con ‘Dime qué’ y ‘Somos Sur’, canción que canta junto a la artista árabe Shadia Mansour. Los asistentes volvieron a ulular y a danzar. “Nos dejó arriba”, dijeron Paula y Ana sobre las dos últimas canciones y las declaraciones de Tijoux en el teatro Colsubsidio, cuyas 994 sillas rojas no habían estado tan vacías, con tanta gente.

LEIDY RESTREPO MESA

Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-08-09 12:02:10
En la sección: EL TIEMPO.COM -Cultura

Publicado en Cultura

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