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San Antonio María en una ocasión indicó que las personas se benefician espiritualmente cuando tienen enemigos y él mismo explicó el cómo debe ser el trato hacia ellos.
El santo nació en Cremona, Italia, en 1502, su padre murió cuando era pequeño y su madre de 18 años se dedicó a educarlo y a darle la mejor educación. Estudió en la Universidad de Padua y se graduó como médico, pero no sintió vocación por esta carrera y lo dejó todo para ser sacerdote, así lo relata la página ‘Aciprensa’.
Siendo un cura puso su servicio a los más pobres y fundó comunidades religiosas en honor a San Pablo y siempre les hablaba de su amor a Dios y de cómo debían amar a sus enemigos, así como lo dice la escritura. Murió en brazos de su madre a los 37 años, pero dejó un legado a todos sus seguidores.
El sitio web ‘Corazones.org’ recoge uno de los más populares sermones de San Antonio María, en el que le habla a sus hermanos de la comunidad, iluminados por las enseñanzas del apóstol Pablo, y el santo indica que tener enemigos “trae beneficios espirituales”.
“Nuestros enemigos se hacen mal a sí mismos y nos prestan a nosotros un servicio, ya que nos ayudan a conseguir la corona de la gloria eterna, mientras que provocan sobre ellos la ira de Dios, y, por esto, debemos compadecernos y amarlos en vez de odiarlos y aborrecerlos”, indica el santo.
En su homilía explica la importancia de orar por estas personas y no dejarse llevar por la ira y por la venganza, sino por mostrar un corazón bondadoso, así como en muchas ocasiones lo enseñaban San Pablo.
“Más aún, debemos orar por ellos y no dejarnos vencer del mal, sino vencer el mal con el bien, y amontonar las muestras de bondad sobre sus cabezas, según nos aconseja nuestro Apóstol, como carbones encendidos de ardiente caridad; así ellos viendo nuestra paciencia y mansedumbre, se convertirán y se inflamarán en amor de Dios”, dice San Antonio María Zaccaría.
Agregó lo siguiente: “A nosotros, aunque indignos, Dios nos ha elegido del mundo, por su misericordia, para que, dedicados a su servicio, vayamos progresando constantemente en virtud y, por nuestra constancia, demos fruto abundante de caridad, jubilosos por la esperanza de poseer la gloria que nos corresponde por ser hijos de Dios, y glorificándonos incluso en medio de nuestras tribulaciones”.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-07-06 01:00:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Cultura