Luego del primer consejo de ministros, realizado el pasado 4 de febrero, Juan David Correa anunció su salida como jefe de la cartera cultural. “No me quedaba fácil defender un cambio cultural, teniendo como jefe a un maltratador de mujeres, denunciado, además, porque no es una invención”, contó el exministro a EL TIEMPO, refiriéndose a Armando Benedetti, para ese entonces nombrado jefe de gabinete.
Por ello, en un inicio el presidente Gustavo Petro nombró como encargada a Yannai Kadamani Fonrodona, profesional en artes escénicas y magíster en formación dancística, que ocupó por casi cinco meses el cargo de viceministra de las Artes y la Economía Cultural y Creativa.
En febrero de este año, Kadamani fue nombrada oficialmente como jefa del MinCultura. En su primera entrevista como jefa de esta cartera, explicó a EL TIEMPO nuevos detalles sobre el hundimiento del galeón San José, se refirió también al Hospital San Juan de Dios y habló sobre los proyectos a los que el Gobierno les estaba poniendo especial atención.
Tras una reunión en Casa de Nariño sobre el proyecto Hacia el corazón del galeón San José, se reafirmó que la embarcación no habría sufrido una explosión masiva, como se ha afirmado históricamente. Entonces, ¿cuál es la nueva hipótesis? ¿Por qué se hundió?
Lo expuesto en la reunión con el presidente forma parte de los avances de la investigación del grupo de historia del proyecto. Este equipo ha analizado más de 250 expedientes provenientes de archivos y fuentes documentales de diferentes partes del mundo, incluyendo Londres, Sevilla y Colombia.
Han recuperado información valiosa de testimonios de personas que participaron en la Batalla de Barú, algunos recogidos poco después del hundimiento y otros recopilados meses más tarde, durante el proceso jurídico que buscaba esclarecer lo sucedido.
Originalmente, se asumió que el galeón San José explotó. Sin embargo, la revisión detallada de los archivos y testimonios no confirma esta versión. Un testimonio clave es el del diario a bordo de Pedro García de Azarta, capitán de mar y guerra del San Joaquín (nave gemela del San José), quien afirmó que el galeón se hundió por una falla estructural en el casco, identificada previamente en Cartagena.
¿Qué otras evidencias hay?
Lo novedoso es que esta hipótesis histórica ahora puede contrastarse con evidencia arqueológica. El patrón de dispersión de los restos en el lecho marino indica que no hubo una explosión. Si hubiera ocurrido, los restos estarían mucho más dispersos y habría señales de incendio o daño por calor. Este contraste, entre las hipótesis históricas y arqueológicas fortalece la versión de que el galeón se hundió por una falla estructural. La ausencia de fragmentos quemados o rotos respalda esta conclusión y ofrece una nueva perspectiva sobre las causas del naufragio.
Recientemente mencionó que, entre los hallazgos del galeón, había otro tipo de monedas, no identificadas previamente. ¿Esto es una realidad o apenas hablamos de indicios?
Sí, se determinó con imágenes y fotogrametría de algunas macuquinas (monedas de oro) visibles en la superficie. Estas revelaron información importante sobre su procedencia. Se trata de monedas de ocho escudos acuñadas en 1707, el año anterior al hundimiento, y llevan símbolos característicos de la época, como los emblemas de los Reinos de Castilla y León y la letra H, que identifica al oficial encargado de la acuñación, Hurtado.
Estas monedas formaban parte de la recolección de impuestos y metales preciosos destinada a financiar el reinado del primer rey Borbón, Carlos V, tras una compleja guerra con el mundo Habsburgo.
¿Qué implicaciones podrían tener estos hallazgos para futuros reclamos legales o de patrimonio, considerando la historia colonial detrás del galeón San José?
Frente a posibles reclamos, la postura de Colombia ha sido clara: estamos defendiendo un patrimonio que, en primera instancia, es colombiano por estar en aguas territoriales colombianas y que, por lo tanto, está protegido constitucionalmente como propiedad del Estado colombiano. No obstante, el patrimonio también tiene una dimensión simbólica. El galeón San José refleja una historia compartida con otras naciones y pueblos indígenas, y es importante reconocer esta diversidad de voces desde una perspectiva simbólica, no en términos de propiedad o reparto material del patrimonio.
Ya cumplió un mes como ministra de las Culturas, en reemplazo de Juan David Correa, quien dejó avanzada, pero sin finalizar, la recuperación del San Juan de Dios. ¿Cuál ha sido su directriz al respecto?
Para el presidente Gustavo Petro es un tema vital. Debemos dejar de pensar que cada cambio de ministro implica alterarlo todo. El sector cultural construye sentidos comunes y, siguiendo los objetivos de nuestro Plan de Desarrollo, impulsa la recuperación del Hospital Universitario San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil (IMI).
Ya hay 13 obras adjudicadas para rehabilitación y restauración; el IMI está en obra y se entregó el edificio de mantenimiento, superando las metas previstas. Sin embargo, el corazón del proyecto es el edificio central: tras los estudios de prefactibilidad concluidos el año pasado, este mes se firmó un convenio tripartito con el MinSalud y la ANIM para estudios, diseños y urbanización. El San Juan de Dios vive.
La danza y las artes escénicas han sido su mayor enfoque profesional. ¿Cómo estarán presentes en su gestión?
Aquí se reivindican las artes escénicas —teatro, danza, música y circo— no solo como experiencias sensibles, sino como campos de conocimiento. El cuerpo guarda la historia y el peso del pasado; en un país de cuerpos violentados y desaparecidos, la expresión corporal debe prevalecer.
Las manifestaciones artísticas colectivas siempre han buscado una sociedad mejor. El trabajo comunitario que exige el arte escénico refuerza la idea de construir un mundo en común. La apertura de programas como Espacios vivos y los Cetros de Danza y Movimiento, entre otras iniciativas, muestra el compromiso de las organizaciones de base regional para contrarrestar la fragmentación de un país marcado por la violencia, la desigualdad y el despojo.
¿Cómo se preparó para asumir esta responsabilidad en el Minculturas?
Me preparo diariamente para asumir estos desafíos con determinación. Mi trayectoria como actriz, danzante y gestora cultural en procesos comunitarios, así como en organizaciones indígenas y artísticas, me ha dotado de la convicción y el conocimiento necesarios para generar un verdadero cambio. Estoy lista para repensar y transformar las políticas culturales de este país, asumiendo el compromiso de que cada acción tenga un impacto real en la vida de las comunidades y en la visión cultural que queremos construir.
¿Cuáles son las prioridades inmediatas de su gestión para garantizar resultados concretos y equitativos?
Siguen el Plan Nacional de Desarrollo, la visión de la exministra Patricia Ariza y las “juntanzas por la paz”, además del trabajo del exministro Juan David, quien consolidó las seis estrategias del Ministerio de Cultura y la actualización del Plan Decenal de Cultura.
En la agenda legislativa, la reforma laboral incluyó en el Artículo 43 el contrato para trabajadores del arte y la cultura, atendiendo la urgencia de sus derechos laborales. Este año radicaremos la reforma a la Ley General de Cultura y se actualizarán los planes nacionales de Danza, Teatro y Música, junto con el primer Plan Nacional de Circo.
Impulsar la educación artística y cultural como derecho fundamental en todos los colegios es vital para el cambio generacional. Más de 1.500 instituciones y 3.000 artistas formadores ya atienden a 200.000 niños y jóvenes. El siguiente paso es formalizar este programa con el Ministerio de Educación.
A pesar de los esfuerzos de este Gobierno por aumentar el presupuesto para la cultura, el sector sigue enfrentando limitaciones históricas y dificultades para ejecutar proyectos de manera amplia y equitativa. ¿Cuál será su estrategia para liderar un sector con tantos desafíos y asegurar que los recursos lleguen efectivamente a todas las regiones y comunidades?
Así es, el presupuesto del sector cultural continúa entre los más bajos. Sin embargo, el año pasado alcanzó la mayor asignación de la historia y este año, pese a recortes, sigue siendo el segundo más alto. Aun así, se requieren cambios en la política pública para mejorar las condiciones de la cultura, como ampliar los mecanismos de recaudo parafiscal, mantener exenciones tributarias a las empresas que apoyen el sector artístico y fomentar la modalidad de obras por impuestos.
Por otro lado, la descentralización de recursos es una prioridad. Nuestra estrategia de regionalización se centra en los territorios excluidos y en alianzas con organizaciones culturales regionales de amplia experiencia para beneficiar a municipios y zonas rurales dispersas donde el ministerio aún no logra llegar.
El Programa Nacional de Estímulos, clave para el desarrollo cultural y artístico del país, ha recibido críticas por supuestos incumplimientos y favoritismos. ¿En qué aspectos considera que se está fallando y qué acciones concretas propone para corregir esas deficiencias?
El programa lleva 27 años reconociendo el trabajo de creadores, artistas, sabedores y gestores culturales en el país. Las críticas apuntan a los retos de un modelo de gestión que, ante el aumento de la participación del sector y un presupuesto limitado, requiere enfoques más innovadores. En respuesta, desde este gobierno avanzamos en el Sistema Nacional de Convocatorias Públicas Artísticas y Culturales, con lineamientos claros para las necesidades del sector, mayor claridad en la calendarización y una nueva línea de “proyectos habilitados”, para que propuestas con buena puntuación pero sin financiamiento anual sean consideradas en el primer trimestre del año siguiente, acorde a la disponibilidad presupuestal.
Estamos convencidos que entregaremos un sistema de convocatorias con lineamientos y ajustes claros para restablecer la imagen del programa, recuperar la confianza y tener una oferta pertinente para todo el territorio nacional.
La reforma de la Ley de Cultura, que camina en el Congreso en la actual legislatura, es una de las grandes apuestas del ministerio. ¿Por qué es tan importante para el país que se apruebe?
La propuesta busca reequilibrar los distintos sectores culturales sin perder los beneficios ya alcanzados, incorporando conceptos de inclusión, reparación histórica y prevención de cualquier forma de exclusión. Se trata de extender los incentivos a todas las poblaciones diferenciadas, mejorar las condiciones de trabajo en el sector, afinar la gobernanza cultural, consolidar los instrumentos económicos y asegurar el pleno acceso de la ciudadanía a la oferta cultural del país.
Redacción Cultura
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2025-03-17 00:29:00
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