Es latino, emigró a Estados Unidos y tiene cuatro trabajos para mantener a su familia: ‘Hay que pelearla’

Juan Carlos Ríos, un músico y productor uruguayo, tomó la decisión de emigrar a Estados Unidos hace casi cuatro años en busca de nuevas oportunidades para su carrera y su familia. No fue la primera vez que dejó su tierra natal, ya que anteriormente había vivido en Guatemala durante 13 años junto a su familia y su banda de música.

«Todos los miembros de la banda y nuestras familias nos mudamos allí porque estábamos con muchas giras en Centroamérica, Norteamérica y Europa. Siempre pensamos que, por vivir tan al sur, las frecuencias de los aviones no eran tantas como en otros lados del mundo», comenta Juan Carlos sobre la razón detrás de su mudanza a Guatemala.

La oportunidad de trabajar con la productora estadounidense Vida Productions lo llevó a mudarse nuevamente, esta vez a Carolina del Norte, donde ahora reside con su esposa y sus dos hijos, Emiliano y Salvador.

 La transición a Estados Unidos no fue fácil. “Emigrar es siempre un desafío. Implicó adaptarnos a un idioma diferente, un nuevo sistema educativo y social”, confiesa Ríos, recordando los primeros tiempos en su nuevo país. 

La complejidad del proceso migratorio fue significativa, y aunque tuvo que enfrentarse a múltiples desafíos, desde aprender el idioma hasta conseguir las visas correspondientes, hoy en día, después de casi cuatro años, él y su familia han encontrado su hogar.

El reto de establecerse en un nuevo país también se reflejó en su carrera. Ser músico en Estados Unidos lo obligó a diversificar sus actividades profesionales para mantener a su familia. 

«Diversificar las fuentes de ingreso es fundamental para mantener la estabilidad en un mercado que es muy complejo», afirma Ríos, quien ha continuado su labor como profesor de música, impartiendo clases tanto grupales como individuales en diferentes localidades. “Comencé dando clases en Uruguay y seguí en Guatemala. Ya establecidos aquí, en Estados Unidos, estoy dando clases grupales e individuales en Ocean Isle Beach y Calabash”, explica.

Pero sus clases de música no son su único trabajo. Ríos también colabora con dos estudios de grabación, gracias a las herramientas digitales que le permiten realizar gran parte del trabajo de producción de manera remota. “Esto reduce la necesidad de viajar entre los estudios con tanta frecuencia”, menciona, lo que le facilita coordinar sus múltiples responsabilidades. 

La organización de su tiempo es crucial, por lo que planea su agenda con cinco meses de anticipación para poder cumplir con todos sus compromisos laborales, incluyendo las giras con su banda.

A pesar de los retos, Ríos valora las oportunidades que Estados Unidos le ha brindado. “Aquí tengo el privilegio de acceder a una amplia variedad de equipos de grabación de última generación”, comenta, destacando cómo esto ha mejorado la calidad de sus producciones. Además, la diversidad cultural del país ha enriquecido su trabajo. “La increíble diversidad de instrumentos de percusión provenientes de distintos países que puedo encontrar aquí es impresionante”, añade.

Sin embargo, la vida lejos de su tierra también trae consigo la nostalgia. “Extraño muchas cosas de Uruguay, como la cercanía de la familia y amigos, el mate compartido y las parrilladas”, confiesa Ríos, quien a pesar de la distancia, se esfuerza por mantener vivas estas costumbres en su hogar en Carolina del Norte.

 «Mi herencia uruguaya mejora mi trabajo. Creo que el lugar de donde provengo es algo que se refleja mucho en mi música y producción”, asegura, subrayando la importancia de sus raíces en su arte.

La historia de Juan Carlos Ríos es un claro ejemplo de lo que implica emigrar y luchar por mantener a una familia en un país extranjero. «Acá hay que pelearla», afirma, resumiendo con esta frase su experiencia de vida en Estados Unidos, donde ha sabido adaptarse, diversificar sus fuentes de ingreso y seguir adelante, siempre fiel a su pasión por la música y sus raíces uruguayas.

Franco Della Vecchia /  LA NACIÓN (GDA)

Más noticias

*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial basada en información de La Nación (GDA) y contó con la revisión de una periodista y un editor.