‘La raíz de mis músicas es brasileña’

Bossa nova, samba y jazz: la fusión de estos géneros fue el sello característico de la música de Sergio Mendes. Tenía 83 años y había sido un sobreviviente del covid que, sin embargo, le dejó secuelas respiratorias con las que batalló durante meses y que finalmente se lo llevaron en su casa en Los Ángeles. “Murió en paz, rodeado de su esposa y sus hijos. En los últimos meses, su salud se había visto afectada por los efectos del covid prolongado”, señaló un comunicado.

Mendes, virtuoso pianista de jazz, fue responsable de llevar a latitudes insospechadas los ritmos más populares de su Brasil natal. Dos versiones suyas convirtieron en himnos las canciones Magalenha, compuestas por Carlinhos Brown, y Mas que nada, de por Jorge Ben –esta última que también recobró brilló en la década del 2000 gracias a una colaboración con los Black Eyed Peas–.

Mendes nació en 1941, en Niterói, cerca de Río de Janeiro donde empezó a estudiar piano en el conservatorio. Mientras se formaba, entró en contacto con la bossa nova de Tom Jobim y João Gilberto, quienes dejarían una huella permanente en su música.

Sus talentos como pianista y compositor de arreglos despertaron el interés de Antonio Carlos Jobim. Su dominio del jazz impresionó al saxofonista norteamericano Cannonball Adderley que escogió su formación, Sexteto Rio, para grabar el disco Cannonball’s Bossa Nova, en 1963. En 1966, Mendes alcanzó el éxito internacional con el disco Sergio Mendes & Brasil 66 y el desde entonces famoso Mas que nada.

Grabó más de 35 álbumes, ganó tres premios Grammy, fue nominado a otros seis, así como a un premio Óscar por la canción original para la película animada Rio. Fue incluido en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos y salió de gira con grandes artistas estadounidenses como Frank Sinatra. En Estados Unidos, a donde se mudó en 1964, tras el golpe militar en su país, se convirtió en un importante embajador de la música brasileña.

A lo largo de su carrera, Mendes no dejó de explotar la inagotable veta de una música cautivante, en la que mezclaba hábilmente la cadencia de la samba, el groove del jazz, las sutiles armonías vocales de la bossa nova y el refinamiento del pop californiano. Sin embargo, detrás del músico famoso y del aspecto comercial de sus temas, encasilladas por algunos críticos en el easy listening, había un artista espontaneo.

“Soy muy curioso, me gusta aprender, es por eso que hablo francés de oído”, aseguró Sergio Mendes en una entrevista con la AFP en París, en 2014. “La raíz de mis músicas es brasileña. En Brasil tenemos una bella diversidad cultural y musical, entre la música de Bahía, de Rio de Janeiro, la música clásica, los ritmos llegados de África”, destacó entonces.

Estaba casado con la cantante brasileña Gracinha Leporace, con quien también tuvo colaboraciones musicales. Su última gira concluyó en noviembre de 2023 y agotó las entradas en ciudades como París, Londres y Barcelona.

“Descansa en paz, querido genio”, dijo Milton Nascimento, ícono de la música popular brasileña.”Fueron muchos años de amistad, colaboraciones y música”, agregó.

Con información de Efe y AFP