Menú Cerrar

Lali Riascos: ‘Tengo mil razones para no ser optimista y, sin embargo, sonrío’ – Gente – Cultura

Lali Fernando Riascos

Cuando a Lali le tocó desplazarse de Nariño al Cauca no había cumplido todavía 7 años. Su mamá vendía pescado con su abuela y su papá se dedicaba a trabajar el plátano y la madera en la zona rural de El Charco. Fue el frente 19 de las Farc el que los sacó corriendo rumbo al municipio de Guapi en medio de un conflicto que aún no cesa y que sigue separando familias como la de él. Tiene siete hermanos. Los mayores se quedaron con el padre. Lali se terminó de criar al lado de su mamá y otros de sus hermanos, guerreándosela como la inmensa mayoría de jóvenes que viven en el Pacífico colombiano, sin plata y sin oportunidades.

(También puede leer: Los 40 de menos de 40: Paola Neira, la fuerza de la juventud emprendedora

Hoy, con 23 años, el escenario en el que se mueve es otro. Tiene miles de seguidores en redes sociales. Les habla desde allí a jóvenes como él sobre temas sociales que están lejos de lo que comunica la mayoría de influenciadores. Tiene éxito e impresiona por la fuerza con la que habla, la madurez con la que se expresa, pero, sobre todo, por la autenticidad con la que hace lo que le gusta. A Lali, seguro, le esperan días mejores, porque se lo merece, porque este país se lo debe, pero, sobre todo, porque su suerte no está marcada por un destino trágico e inevitable, sino por uno que él mismo se está forjando, sin rencores ni lamentos.

¿Qué tan cerca viviste el reclutamiento forzado? ¿Se llevaron gente de tu entorno?

Sí. De hecho, yo tuve dos tíos que eran menores de edad cuando se fueron para las Farc. Yo diría que tristemente no fue un reclutamiento forzado. ¿Qué tan amenazado tienes que estar para hacer algo cuando tu entorno apunta todo a que lo hagas?

Les pasa a muchos jóvenes en este país que no tienen más opción. Es cierto.

Un lugar donde la educación máxima a la que puedes llegar es una escuelita hasta quinto de primaria y luego sales de ahí y no hay nada más que hacer. Raspas coca o siembras plátano o llega la guerrilla que tú miras como las autoridades del territorio y te ofrecen portar un arma, que es como tener poder, y te pagan un millón de pesos. Esa necesidad hace que un joven se vaya a esos grupos.

(Siga con: Michael Jackson, Elvis Presley y otros famosos que facturan millones después de muertos)

¿Qué pasó con tus tíos?

De mí tío nos llegó la noticia de que había muerto, pero sin encontrar su cuerpo, tocó hacerle los actos fúnebres sin él, y de la otra nunca supimos nada. De hecho, hasta ahora la gente dice que está viva y que por ahí anda.

El aprendizaje cuando es voluntario es mucho mejor porque es para conseguir las cosas que tú quieres no porque te lo esté diciendo una institución

Desplazaron a tu familia. ¿Cómo fue la vida cuando llegaron a Guapi, en el Cauca?

Duro. Cuando tú vives en el campo lo tienes todo, pero ya en el pueblo tienes que pagar arriendo y esa vaina. Pero a los 14 años dije: “No puedo quedarme quejando”. Creamos un colectivo de comunicaciones y un grupo juvenil. Un montón de peladitos que empezamos a ver que las redes eran la principal herramienta para comunicar sobre las diferentes problemáticas que había en el territorio. Con 15 años ya sabíamos editar, presentar y dábamos talleres. El aprendizaje cuando es voluntario es mucho mejor porque es para conseguir las cosas que tú quieres no porque te lo esté diciendo una institución.

Pasaron los años y en medio de trabajos y dificultades, ahora eres algo así como un influenciador con impacto social en las redes. ¿Me equivoco?

No te equivocas. Ahorita imagínate que estoy en Cali en esto de la creación de contenidos. Me vine aquí con la intención de estudiar cine. De hecho, estuve a punto de ingresar ahorita. En mi familia nadie nunca ha estudiado y estoy ayudando también a mi hermana. Le dije: “Ponete a hacer curso de enfermería” y ahí estamos en una cosa y otra.

(Continúe con: ¿Cómo se ven hoy los actores que manejaban a los amados personajes del ‘Club 10’?)

Pero, concretamente, ¿qué es lo que haces?, ¿por qué tu labor es diferente a la de un montón de youtubers que andan por ahí?

Yo creo que socialmente se ha premiado el no tener conciencia social. Los influenciadores, por no meterse en problemas o no perder patrocinadores, deciden no hablar y no mostrar una postura frente a diferentes problemáticas que hay en el mundo. Yo tengo convicciones, sé que hay desigualdades en este país y dije: “Voy a construir contenidos que permitan superar esos problemas”. Yo crecí en un entorno problemático. ¡Cómo no hablar de eso si gran parte de esas cosas constituyen lo que es mi personalidad!

Del Pacífico colombiano se pueden decir muchas cosas: que tiene unos paisajes incomparables, una gastronomía increíble y una gente amable, pero también que tiene mucha pobreza, violencia y exclusión. ¿Cómo ves tú a esta zona del país en la que naciste y creciste?

¡Ay!, problemático. Todo eso que mencionaste es cierto. Históricamente se ha hablado más de lo último. El Pacífico colombiano probablemente no se va a mejorar con un gobierno. Ni siquiera con dos gobiernos que decidan invertirle va a cambiar la cosa con un problema estructural gigantesco y una cuestión de conciencia tanto para la gente del territorio como para la que no es de aquí, que es la gente que suele gobernar este país. Mi contenido nace desde ahí: con esa necesidad de visibilizar lo que pasa aquí y con las ganas de querer aportar para que las cosas cambien. Hay que mirar al Pacífico con ventajas y fortalezas en medio de las complicaciones.

 Los influenciadores, por no meterse en problemas o no perder patrocinadores, deciden no hablar y no mostrar una postura frente a diferentes problemáticas que hay en el mundo

De hecho, en uno de tus videos más virales dices que “una familia pobre necesita 11 generaciones para salir de la pobreza”. Con afirmaciones como esas, que son tristemente ciertas, ¿se puede ser optimista?

¡Claro que sí! Pero el optimismo sin datos no sirve de nada. Esas cosas hay que decirlas. Yo creo que tengo mil razones para no ser optimista, pero aun así lo soy porque cuando somos optimistas buscamos soluciones. Yo, en mi contenido, hablo de los problemas, de las cosas negativas, pero siempre lo digo con una sonrisa. No sé si has notado. Yo sé que esto está mal, pero al menos somos conscientes y ya sabemos qué hacer para no replicarlo. Que los datos no nos hagan creer que perdimos la batalla. Conociéndolos podemos mejorarlos.

(Además: El nuevo triunfo de Tracy Chapman con su icónica ‘Fast Car’)

¡Y sí! No he visto una sola aparición en las redes en que no sonrías…

La gente me comenta mucho que les encanta mi personalidad y esa vaina, pero es que es parte del éxito de la comunicación. Si lo dices llorando, no sirve de nada. Hay que ponerle optimismo a la cosa en medio de las dificultades.

Hemos hablado de violencia y de pobreza en el territorio. ¿Has sido víctima de racismo? ¿Crees que ese problema se ha superado en las nuevas generaciones?

Uich. Yo tampoco viví hace veinte años pa’ saber cómo era la gente antes, ja, ja, pero yo creo que el racismo sí tiende a reducirse sistemáticamente porque la gente va cogiendo conciencia y los jóvenes humanizamos más a las personas diferentes a uno. Ahora, no hay una persona del Pacífico colombiano que pueda decir que en algún momento no ha sentido un acto de racismo. Gestos, o que te perfilen dentro de un centro comercial, que el guarda te siga solamente a ti, o que alguien se cambie de calle, y está ese racismo dentro de las mismas instituciones y perpetuado, por inercia, dentro del mismo Estado.

¿Qué piensas de personas afro que están hoy en responsabilidades importantes? La Vicepresidenta de la República, el presidente de la Corte Suprema…

Realmente admiración total. Cualquier persona negra que logre llegar a un espacio así se merece mi admiración, independientemente de su partido político. De hecho, también respeto mucho a otras figuras como el embajador Murillo. Ahorita también está la gobernadora del Chocó, que es una mujer muy tesa. Eso es lo que debería seguir ocurriendo. Gran parte de lo que puede solucionar la problemática es que más gente del Pacífico logre gobernar y ojalá a ellos no se les olvide eso. El dolor duele más cuando es uno mismo el que lo siente.

Si a ti te pidieran una idea, y solo una, para tratar que regiones como el Pacífico colombiano salgan de donde están, ¿qué se te ocurre?

Uno podría caer en lo de la educación, que construir universidades, pero ya como que uno supera la etapa del ‘educacionismo’, sin que eso deje de ser importante, pero toca ser más pragmático: hay que conectar el Pacífico colombiano completo, ponerle carreteras. Que uno salga de Guapi a Timbiquí, López de Micay y conecte con Popayán y así con Pasto y El Chocó y darle posibilidades a la gente de que deje de sembrar coca y empiece a cultivar productos distintos y transportarlos y comercializarlos, yo creo que eso consigue un sustento fuertemente para el territorio.

(Lea también: Rafa Pérez ganó el Congo de Oro y cantó la canción del carnaval: ‘Dele que dele’)

Hoy eres un influenciador con impacto social, ya lo hemos dicho, pero en un futuro próximo, ¿qué meta quisieras alcanzar? ¿Dónde te ves?

No me gusta mucho hablar de mi futuro, pero yo soy un contador de historias; por algo quiero estudiar cine y dedicarme a eso. Quiero hacerlo por toda Colombia. Hablar de esos lugares a donde nadie va. Hay demasiado por contar; cosas interesantes y bonitas.

¿Y qué nos hace falta para empezar ya a estudiar cine y volverte el mejor contador de historias?

No, ¡pues plata! (risas) porque toda la actitud hay.

Si hay actitud, y estoy seguro de que la tienes, lo otro aparece. Vas a ver. ¿Cuál es tu mayor orgullo?

¡Uy! Yo esas preguntas no me las hago muy seguido, hombre… Mmm, pues sonará egocéntrico, pero haber construido todo esto y ver toda la repercusión que ha tenido mi persona por haber empezado a alzar la voz y decir lo que pensaba y lo que yo creía que era necesario decir. El poder haber sido consciente de la realidad del país y haber dicho eso.

¿Y a quién admiras?

Pues mira que yo admiro a pura gente de mi pueblo, que creció conmigo y que me sirvió como para yo absorber información de ellos y ser la persona que soy ahora. Te voy a decir los nombres, pero ¿los puedes poner en el artículo?

¡Obvio que sí! De una.

Una de ellas es Liliana Yasiri Mosquera, una trabajadora social que nos metió empuje y nos dijo: “Muchachos, ustedes nacieron para hacer cosas grandes y vamos a capacitarnos para hacer cosas chéveres”. Jhon Kennedy Segura Grueso, un compañero de lucha que era el camarógrafo por excelencia cuando comenzamos, y, el otro, Roberto Carlos Cuero, con quien también empezamos cuando éramos niños y ahí seguimos construyendo sueños.

La última: si alguien pregunta quién es Lali Fernando Riascos, ¿qué te gustaría que dijeran de ti?

Una frase cortitica: un joven comunicador del Pacífico colombiano. Eso sería. No necesito más nada.

Para más contenido de José Manuel Acevedo, haga clic aquí.

JOSÉ MANUEL ACEVEDO
Especial para EL TIEMPO
X: @JoseMAcevedo



Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-02-17 00:55:00
En la sección: EL TIEMPO.COM – Cultura

Publicado en Cultura

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp