Lapatilla
Soy venezolano y visité Colombia por primera vez a comienzos de este 2025. No estaba seguro de qué me encontraría. Me habían dicho muchas veces que éramos dos pueblos muy diferentes.
Por BBC Mundo
Que si los bogotanos son en general más conservadores, formales y desconfiados.
O que los caraqueños solemos ser más progresistas, frívolos y confianzudos.
Nací y crecí en Caracas escuchando que las capitales de ambos países eran un mundo aparte.
Por eso mi sorpresa al salir del aeropuerto de Bogotá.
Desde las interacciones con la señora sonriente que me vendió café y el taxista que me hablaba de la economía del país, hasta las montañas que rodean la ciudad y la salsa que sonaba en el taxi, todo me hizo sentir como en casa.
Sentado en un céntrico café, me pregunto cuán similares o diferentes somos realmente.
Mucho nos une: la lengua, la religión, los Andes, el Caribe, los Llanos, la Guajira o la gastronomía, aunque para algunos esto último sea también asunto de disputa.
Prueba a sacar el tema del origen de la arepa con un colombiano y un venezolano en la misma habitación. Tendrás asegurada una conversación efervescente.
Comparar a ambos países no es asunto sencillo. Entre otras cosas, porque las idiosincrasias internas de Colombia son muy diversas.
«Colombia es un país de regiones y sus diferencias culturales son mucho más marcadas que en Venezuela», me dice Tulio Hernández, sociólogo e historiador venezolano radicado en Bogotá.
Esto contrasta con la historia de Venezuela, un país «más homogéneo, con menos accidentes geográficos, donde hubo una unificación nacional a través de un sistema de redes de transporte», compara Hernández.


A pesar de ello, el también escritor afirma que «no existen dos países tan parecidos ni tan interconectados, dos naciones con tantas similitudes y una historia siempre entrelazada desde el nacimiento de ambas repúblicas independientes».
Los permanentes intercambios migratorios, económicos y culturales han incrementado dicha interconexión durante décadas.
No obstante, los sociólogos con los que hablé para esta reflexión concuerdan en que muchos colombianos y venezolanos se empeñan con frecuencia en resaltar más sus diferencias que sus similitudes.
El Caribe y los Andes
Similitudes hay muchas.
Luz Marina Rivas, profesora de Literatura e investigadora del Instituto Caro y Cuervo, afirma que las más marcadas se dan en el Caribe.
«Los caribeños en ambos países son muy abiertos. Es normal que un venezolano y un colombiano caribeño te cuenten su vida mientras hacen una fila, aunque no te digan su nombre», afirma la profesora colombo-venezolana, quien ha vivido décadas en ambas naciones.
«Si vas a Barranquilla casi que te sientes en Venezuela», añade.
Rivas asegura que, en contraste, el colombiano andino suele ser más reservado y menos confiado de entrada, aunque «es algo que cambia una vez que lo conoces mejor».
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Fuente de TenemosNoticias.com: lapatilla.com
Publicado el: 2025-03-27 08:38:00
En la sección: Cultura – LaPatilla.com