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Nanette Burstein habla sobre el documantal The Lost Tapes

Nanette Burstein habla sobre el documantal The Lost Tapes

En 1999 el American Film Institute clasificó a Elizabeth Taylor en el séptimo lugar de la lista de leyendas femeninas del cine.

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 Liz Taylor, la diva de los ojos violeta, comenzó su carrera como actriz infantil en la década de 1940, se convirtió en una de las estrellas más reconocidas y populares de Hollywood, así como en la actriz de cine mejor pagada del mundo. Siguió siendo una figura pública reconocida hasta su muerte en Los Ángeles en 2011. 

Ganadora de dos premios Óscar como mejor actriz y habiendo participado en decenas de películas, la vida personal de Taylor fue objeto de constante y compulsiva atención de los medios de comunicación, que casi siempre pusieron en segundo lugar sus logros profesionales. 

Nanette Burstein, directora de cine.

Nanette Burstein, directora de cine.

Foto:FOTO: CORTESÍA HBO

Se casó ocho veces, con siete hombres, sufrió varias enfermedades graves y llevó un estilo de vida glamoroso que incluyó ser la dueña de una de las colecciones privadas de joyas más costosas del mundo.

Taylor fue una de las últimas estrellas del cine clásico de Hollywood y una de las primeras ‘víctimas’ de la cultura mediática. Para muchos, fue más famosa por sus escándalos que por sus películas debido, según estudiosos, al machismo y la misoginia de la época.

El 16 de mayo, en el Festival de Cine de Cannes, Nanette Burstein presentó mundialmente Elizabeth Taylor: The Lost Tapes, documental que explora la vida y carrera de la actriz, contada a través de sus archivos y audios recientemente encontrados. 

Burstein, directora de cine y televisión, ha producido, dirigido y codirigido varios documentales, entre ellos On the Ropes, nominado al Óscar y ganador del premio especial del jurado de Sundance. EL TIEMPO habló con la directora:

Nunca había caído en cuenta de lo compleja que era ella. Nunca me había percatado de lo insegura que era. Jamás había pensado en el escrutinio público con el que le tocaba lidiar cada día.

¿Hacer este documental cambió la forma en que veía a Elizabeth Taylor?

¡Sí! ¡Definitivamente cambió la forma en que la veía!

¿De qué manera?

Por ejemplo, nunca había caído en cuenta de lo compleja que era ella. Nunca me había percatado de lo insegura que era. Jamás había pensado en el escrutinio público con el que le tocaba lidiar cada día. Otra cosa es que no entendía su dolor, lo que había significado para ella la muerte de Mike Todd o la cantidad de tragedias que experimentó durante su vida. 

¿Y eso qué significó para usted?

Creo que llegué a conocer a una mujer más compleja de lo que esperaba. Y creo que entendí que ella también tuvo problemas con la forma en que sus decisiones personales afectaron a sus hijos; por ejemplo, la cantidad de veces que se había casado se convirtió en tema de discusión de todo el mundo.

¿Y qué la sorprendió gratamente?

Lo que me pareció genial, y en lo que no había pensado hasta que hice la película, es en lo importante que fue su filantropía, para ella, más adelante en su vida, en los años 80. En esa época la fama se había convertido en la pesadilla de su existencia. Y se dio cuenta de que esa fama, que tanto la lastimaba, también podía ser su superpoder y que, además, podía usarlo para recaudar millones de dólares para la crisis del sida. Recordemos que en ese momento nadie estaba haciendo nada al respecto. Y todos sus mejores amigos en Hollywood eran chicos queer encubiertos. Elizabeth sintió que no podía permitir que esto sucediera. Y así lo hizo. Fue de las pocas personas que decidieron hacer algo al respecto.

Temía que la vieran como un símbolo sexual o una cara bonita, porque lo que realmente anhelaba era que le dieran crédito por sus dotes interpretativas más que por cualquier otra cosa.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención en esta investigación?

Hay algunas cosas que me sorprendieron y que descubrí. Ella fue la primera celebridad moderna, la primera celebridad en ser famosa a esos niveles. Y es increíble lo insegura que era, no obstante lo mucho que la gente la veneraba. A ella le preocupaba muchísimo que no la respetaran como actriz. Temía que la vieran como un símbolo sexual o una cara bonita, porque lo que realmente anhelaba era que le dieran crédito por sus dotes interpretativas más que por cualquier otra cosa. También me sorprendió lo mucho que la avergonzaron públicamente por sus decisiones personales.

Además, fue una de las primeras celebridades en ser perseguidas por los ‘paparazzi’…

¡Si! El nivel de ferocidad de los paparazzi en ese momento y cómo ella fue la primera en lidiar con eso es realmente espeluznante. Esto era del nivel que, ya vimos, por ejemplo, con la princesa Diana. La forma en la que Liz tuvo que lidiar con eso, cómo lo manejó, cuánto la carcomió. Pero es interesante que, aun así, nada le impidió tomar las decisiones personales que tomó. Ella decía: ‘Aun así, me casaré con este tipo y seré considerada una rompehogares, porque lo amo y eso es lo que quiero hacer en mi vida’. Ella hizo las cosas a pesar de todo lo que decían, pero definitivamente sufrió las consecuencias de eso.

Como mujer, ¿qué sintió usted que era clave mostrar en este documental?

Como mujer, lo que quería mostrar era el sexismo inherente de esa época. Porque a pesar del hecho de que ella era fenomenalmente famosa y talentosa y poderosa, Liz estaba siendo constantemente juzgada de una manera en que los hombres no eran juzgados en ese momento.

Esa es la manera que encontré de mostrar cómo cambió Liz desde esas entrevistas en la década del 60 y cómo lidió con su fama de una manera positiva. Cómo fue a rehabilitación, cómo aprendió a estar soltera por primera vez.

¿Y como cineasta, cuál fue el mayor desafío?

Como cineasta el mayor desafío fue un tema de narrativa. Estas grabaciones con las que trabajamos se hicieron en la década de 1960. Entonces, me preocupaba cómo completar la historia. Sabía que no quería terminar la película ahí, pero no sabía cómo hacerlo. Afortunadamente, encontramos una entrevista que hizo en la década de 1980 con Dominick Dunne y con la que realmente podría mostrar una especie de ampliación de cinco minutos de la película. Esa es la manera que encontré de mostrar cómo cambió Liz desde esas entrevistas en la década del 60 y cómo lidió con su fama de una manera positiva. Cómo fue a rehabilitación, cómo aprendió a estar soltera por primera vez. Y gracias a eso terminamos la película, con ese optimismo que tenía sobre la vida. Tuvo unos altibajos increíbles, pero el final es revelador, como si se hubiera descubierto a sí misma más adelante en la vida.

AUTOR: ÚRSULA LEVY 

Para EL TIEMPO 

@Uschilevy

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-08-11 01:00:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Cultura

Publicado en Cultura

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