“Café” Martínez: La historia se extiende

La magia del deporte radica en sus ayeres, el fanático de verdad se construye a base de recuerdos, anéctotas e idolos inolvidables. Es así cómo hay nombres que perduran en el tiempo y trascienden generaciones. Estar vinculado a esas memorias puede ser el reto más difícil para quien apenas comienza a recorrer su propio camino.

La historia de José Alberto Martínez, a quien comenzaron llamando “Cafecito” y ya hay quienes le dicen “Café”, es prueba fidedigna de ello. Durante toda su carrera en el beisbol venezolano ha tenido muy presente el recuerdo de su padre Carlos “Café” Martínez, quizás más de lo que le hubiese gustado.

Y es que el Carlos Martínez vive en la memoria de la afición por dos razones. Algunos lo recuerdan como un pelotero cuyo talento estaba por encima del promedio, figura insigne de los Tiburones en la época de la famosa “La Guerrilla”. Otros solo pueden resaltar su mal temperamento. Y ya a partir de ahí nace una disyuntiva que se convirtió en un reto inmenso para José Altberto.

los detractores seguramente sería igual a su padre, para los fanáticos jamás llenaría esos estándares. Fueron muy difíciles los comienzos, aún tiene vivo en su memoria el recuerdo de los abucheos en el estadio las primeras veces que lo anunciaron como el hijo del “Café” Martínez. Ahí entendió aquello de que el apellido pesa.

Pero José Alberto fue más fuerte que las críticas. Aprendió a ignorar a la afición hasta que ésta comenzó a ver su talento y los abucheos se convirtieron en aplausos. Porque así es el fanático, pasa del odio al amor o viceversa en un abrir y cerrar de ojos. Pronto “Cafecito” se convirtió en una figura, bateador de .300 o más en 10 de sus 12 campañas.

Y recientemente, el dos de noviembre de este año, disputando su tercera contienda con los Tigres, consiguió superar a su padre en un departamento en el que ni él esperaba ser mejor: los jonrones. Era un duelo de pitcheo el que tenían Aragua y Magallanes aquella noche en Maracay. Llegó el octavo inning con la pizarra 1-0, en la lomita estaba el ex grandeliga Felipe Vázquez, y dos compañeros ya estaban en base, cuando “Cafecito” se paró en el home. Al segundo lanzamiento extendió los brazos y lo supo de inmediato.

José Alberto recorrió las bases gritando y al llegar a home, antes de celebrar con sus compañeros, señaló al cielo y dijo unas cuantas cosas. Horas después compartió en redes sociales una gran reflexión: “Desde que comenzó mi carrera… me propuse seguir los pasos de mi papá, pero jamás imaginé superarlo… Nunca dejen de trabajar por sus sueños y sobre todo jamás dejen que nadie se interponga”.

Lo logró. Apagó las críticas, superó las comparaciones odiosas y le está escribiendo un idílico segundo capítulo a la historia del “Café” Martínez.