¿Cómo vamos a defender el partido de nuestras futbolistas?

El debacle de la selección española abre un periodo de reflexión en torno a un equipo que en el último año lo había ganado todo, pero que vuelve a tener a la seleccionadora en el disparadero. Montse Tomé no ofreció ni una sola respuesta desde el banquillo, pero las jugadores se empeñaron en no pelear por el oro desde el primer minuto de partido con una de las peores actuaciones que se recuerdan.

¿Solo es culpa de Montse Tomé?

Antes de nada, porque como conozco esto, voy a decir que yo a Montsé Tomé no le debo nada. Lo digo porque probablemente este artículo estará lleno de críticas diciendo que nos ponemos del lado del entrenador o la entrenadora y que no la criticamos. En absoluto, el banquillo de España no ofreció ni una sola solución a las jugadoras. Pero dicho lo cual, no creo que la derrota ante Brasil sea solo una cuestión de Montse Tomé.

Jugadoras agotadas

Empezando y, por ponerlo en contexto, la realidad es que España llega fundida a la cita olímpica. Pero fundida. No hay ni un solo ápice de batería en sus mochilas. Es evidente. Y esto ha condicionado mucho. Entre otras cosas, el que LaLiga F haya terminado tan tarde ha privado a este grupo de poder llegar en plenitud. Esto explica gran parte de lo que pasó contra Brasil.

Futbolistas señaladas

No hace falta defender lo indefendible… ¿Es necesario defender el partido de este grupo? Es que yo sinceramente pienso que eso es contraproducente. ¿Cómo vamos a defender el partido de nuestras futbolistas? Es imposible. Para mí la derrota ante Brasil es una derrota de futbolistas. En un porcentaje más alto que desde el banquillo. Pasando por alto el mal partido de Cata, con la cual yo me iría a la guerra, la desconexión fue absoluta. Solo Alexia se salvó de la debacle generalizada.

El recuerdo fácil

Y luego hay otra frase que se repitió mucho: esto con Vilda no pasaba. Pues tampoco. Oye mira, con Vilda nos metió cuatro Japón. Como tampoco es justo meter a Montse Tomé en el disparadero, tampoco es necesario abrir un cajón que hay que cerrar cuanto antes. El ventajismo ilustrado, eso sí, siempre estará ahí