Rafa Revilla, portero de los ‘Red Sticks’: «Es un deporte en el que hay que convivir con el error»

Hasta que cumplió 14 años, Rafa Revilla compaginaba el fútbol con el hockey hierba. En aquel momento, Real Madrid o Atlético llamaron a su puerta a la vez que la selección nacional de hockey y el portero se decantó por el deporte que ahora le lleva a sus primeros Juegos Olímpicos «con muchísima ilusión».

Un buen portero es uno que tiene buenos reflejos, tiene buena colocación, tiene experiencia en altas velocidades… Y, sobre todo, que no tenga miedo

Rafa Revilla, portero de los Red Sticks

Es lunes y Rafa tiene entrenamiento específico por la mañana. «Una semana normal serían tres días de entrenamiento con la selección, por la tarde cuatro entrenamientos con el club, dos sesiones específicas y cuatro de gimnasio. Esta semana tocaba hacer trabajo de velocidad de reacción. Hemos empezado con un calentamiento de mucha velocidad de pies y luego nos hemos metido con la máquina de bolas para entrenar lanzamientos a altas velocidades», relata el portero.

Preparación para París

La selección masculina de hockey hierba tiene tres platas en su palmarés (Moscú 1980, Atlanta 1996 y Pekín 2008). Aunque nunca hayamos logrado el oro, es un deporte con mucha tradición olímpica. «Yo de la única que soy consciente es de la de 2008, que era una generación increíble», recuerda Rafa. Sobre las medallas asegura que «nosotros no nos ponemos ninguna presión en ese sentido, pero sabemos que podemos aspirar a todo». Además, «el grupo está muy motivado, todos hacemos entrenamientos por nuestra cuenta y sabemos lo que tenemos por delante».

Para llegar en las mejores condiciones a la cita olímpica, Rafa se prepara en todos los aspectos. «Yo creo que un buen portero es uno que tiene buenos reflejos, está colocado, tiene experiencia en altas velocidades… Y, sobre todo, que no tenga miedo». Y es que el miedo está muy presente en cuando pelotas de esa dureza se dirigen a la portería a casi 100 km/h. «Lo más importante es ir subiendo velocidad desde pequeño, pero sí que es verdad que, cuando llegas a un primer equipo, los primeros años de sénior hay mucho cambio y tienes que acostumbrarte. No te voy a decir a base de pelotazos, porque nunca son agradables, pero sí que es verdad que, cuando te dan unos cuantos seguidos, ya te ocuparás tú de que no te den otro«. 

Trabajo mental

Para poder competir bien hay que trabajar sobre el césped y fuera de él. Revilla indica que «es importe imaginarte situaciones que se pueden dar en el partido y normalizar el hecho de encajar goles». Es lo habitual. En un deporte donde se marcan mucho goles, la fortaleza mental del portero es clave. «Hay que convivir con el error y no siempre puedes hacer partidos perfectos. Es un deporte de goles, así que tienes que reponerte rápido y parar la siguiente bola», explica.

Para los Juegos, Rafa sólo tiene una meta. «Estaría satisfecho si he disfrutado todos los días de preparación, si he dado todo lo que tenía dentro y si llegamos muy bien preparados y hacemos todo lo que está en nuestra mano».