Simeone no tiene rival | Marca

Diego Pablo Simeone, justo después de sellar la presencia del Atlético en los cuartos de Copa y de proclamarse campeón de invierno, recogió este jueves el trofeo de LaLiga que le acredita como el mejor entrenador de diciembre. Un mes que comenzó con el triunfo frente al Cacereño (1-3) en el torneo del KO y que coronó venciendo por primera vez en su feudo al hasta entonces líder Barcelona (1-2). Por el camino, la a espectacular remontada frente al Sevilla (4-3), la victoria en Champions contra el Slovan de Bratislava (3-1) y la del campeonato doméstico frente al Getafe (1-0).

Victorias de todo tipo que no hacen más que poner de manifiesto que El Cholo, desde el pasado 31 de octubre en que inició en Vic la racha de 15 consecutivas (en noviembre ya fue nominado al galardón que entrega LaLiga), no tiene rival. También su intervencionismo para sacar adelante cada partido en función de las necesidades.

No obstante, sin tiempo para detenerse saboreando el éxito, Simeone ha arrancado el presente año con la misma manera de conducirse: con un minucioso estudio de cada rival y con humildad para tener en cuenta sus virtudes, lo que ha derivado en un Atlético camaleónico y sin complejos para seguir el plan de partido más conveniente en cada ocasión.

Variedad de sistemas y de puestas en escena

En este sentido, el partido del pasado miércoles frente al Elche resultó el mejor ejemplo. Primero, renunciando al 4-4-2 con el que ha forjado la actual racha de victorias para salir con un 5-4-1 que pasaría a ser un 5-3-2 ya en la segunda parte con la entrada de Julián Alvarez. Al mismo tiempo, El Cholo no tendría ningún reparo en ceder la iniciativa al rival, por más que se tratara de Segunda, consciente de que replegarse y salir en velocidad era la mejor estrategia para minimizar el punto fuerte ilicitano. Del mismo modo que tampoco le había importado el ‘qué dirán’ para apostar por el planteamiento con el que tumbaría al Barcelona, aguantando sus embestidas mientras maduraba el partido para matarlo sobre la bocina con una contra letal.