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así será el último baile del crudo y la economía

así será el último baile del crudo y la economía

Cada año se publican decenas de previsiones que ponen fecha al principio del fin del petróleo. La poderosa irrupción del coche eléctrico, las mejoras en la eficiencia de los motores de combustión o el menor uso de los hidrocarburos en las industrias de los países desarrollados han llevado a que la se hable de esta década como la última en la que aumentará algo la demanda de petróleo mundial. Sin embargo, son tantos los factores que pueden influir en el consumo de crudo en un periodo de años, que las ‘apuestas’ son variadas y todas parecen tener lógica y fundamento. Una de las últimas ha sido la de Goldman Sachs que, frente al consenso marcado por la Agencia Internacional de la Energía, cree que la demanda de crudo seguirá creciendo unos cuantos años más. Así será el último baile entre el petróleo y la economía.

Más allá de los movimientos coyunturales del petróleo provocados por alteraciones temporales de la demanda (que se mueve al son de la economía) y de la oferta (según los recortes de la OPEP y la producción en América), el precio del crudo también puede analizarse en el largo plazo. El escenario de largo plazo que se presenta como más probable para los inversores y los organismos internacionales habla de una demanda de petróleo a nivel mundial que empieza a caer a finales de esta década. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) se atreve a establecer un ejercicio concreto para marcar el principio del fin de la demanda de crudo: el 2030 es ese año ‘mágico’. En su escenario base, al AIE supone que todos los gobiernos cumplen sus compromisos energéticos y climáticos en su totalidad, pronosticando que la demanda mundial de petróleo alcanzará un máximo en 2030. De ahí en adelante todo serán descensos para el consumo global de crudo.

Goldman Sachs y el último baile del petróleo

Sin embargo, los economistas de Goldman Sanchs creen que se está obviando un factor clave. Todo el mundo pone el foco en el coche eléctrico, en la eficiencia energética… pero pocos miran a lo que está sucediendo en la economía global. Una buena parte de la población mundial está cerca de entrar en una fase de desarrollo económico genera una especie de ‘sweet spot‘ o punto dulce para el consumo de crudo. Este punto es el momento en el que se supera el nivel de renta que permite a los consumidores empezar a viajar, coger aviones, comprar un coche y realizar otras actividades de ocio que se alimentan con los derivados del petróleo crudo. Un buen ejemplo es el de la India, unos 1.500 millones de habitantes que llegarán a los próximos años al ‘sweet spot‘.

«Aunque el impacto de los coches eléctricos en la demanda de gasolina ha recibido mucha atención, se ha prestado menos atención al hecho de que el PIB per cápita promedio mundial se está acercando a un sweet spot o punto óptimo en los próximos años, cada dólar que aumenten los ingresos probablemente generará una cantidad cada vez mayor de demanda de gasolina», aseguran los economistas de Goldman Sachs.

Cuando se ve desde una perspectiva de largo plazo, el crecimiento de la demanda de petróleo muestra una relación no lineal con el crecimiento de la renta per cápita. Es decir, una mayor renta per cápita (riqueza o desarrollo) no siempre genera un consumo mayor proporcional de combustible. Por ejemplo, cada euro que aumenta la renta en un país muy desarrollado no incrementa el consumo de petróleo apenas, a veces incluso lo reduce. Sin embargo, en los países en desarrollo, cada euro extra de ingresos sí incrementa con intensidad la demanda de combustible.

Por ello, los economistas de Goldman Sachs aseguran que el consumo de petróleo tiene una relación con la renta que se puede representar a través de una ‘curva en forma de S’. Esta curva presenta un patrón de crecimiento en el que la demanda de petróleo aumenta lentamente en economías con rentas per cápita muy bajas (África, por ejemplo), para entrar más tarde en una fase de aceleración positiva, que aumenta rápidamente, acercándose a una tasa de crecimiento exponencial, como sucede en la curva en forma de ‘J’; pero que luego disminuye en una fase de aceleración negativa hasta que la demanda se estabiliza con una tasa de crecimiento cero y termina incluso descendiendo (el pico final de la ‘S’).

De una forma más gráfica y con ejemplos. El comienzo de la ‘S’ se puede explicar de la siguiente forma: en un país muy pobre, por ejemplo, Sudan del Sur, el crecimiento económico se puede traducir en una mejora de la alimentación, ropa, vivienda… Este crecimiento genera un incremento muy bajo de la demanda de hidrocarburos. Sin embargo, la demanda de crudo se acelera a medida que los ingresos aumentan y alcanzan un nivel medio-bajo, como por ejemplo sucedió en China a finales de los 90 y en los 2000, o como está ocurriendo ahora en la India. Durante este incremento se produce el despegue de la ‘S’ hacia arriba, antes de desacelerarse hacia un punto saturación, que es el final de la ‘S’, que se alcanza cuando la economía alcanza ya un punto elevado de desarrollo, explica el informe de Goldman Sachs.

«El crecimiento económico mundial está elevando poco a poco a la población mundial en la escala del gasto de consumo: los patrones de consumo evolucionan a medida que los individuos pasan de niveles de ingresos más bajos a niveles más altos, impulsando así una creciente demanda de petróleo hasta cierto punto… Si analizamos las regiones, es probable que los mercados emergentes de Asia impulsen la mayor parte del crecimiento de la demanda mundial de petróleo en nuestro pronóstico», comentan desde Goldman Sachs.

La India y China devoran petróleo

«Anticipamos que China contribuirá positivamente a la demanda mundial de petróleo hasta que alcance su máximo a finales de la década de 2020. En el caso de la India, aunque nuestro equipo de especializado en motor espera una rápida electrificación de los vehículos de dos ruedas de la India (que representan más del 50% del consumo de gasolina de la India), así como de los automóviles, la sólida expansión de la flota de vehículos de pasajeros de la India compensará el impacto, lo que llevaría a un crecimiento continuo en la demanda de combustible para el transporte de la India en todo el pronóstico», explican estos expertos.

Con todos estos datos, los economistas de Goldman sacan la gran conclusión: aún falta una década entera para que se llegue al pico de la demanda de petróleo. Elevamos nuestra previsión de demanda para 20230 hasta los 108,5 millones de barriles diarios. Creemos que el pico de la demanda o peak demand oil no llegará hasta 2034. No solo llegará más tarde, además la demanda se estancará en máximos (110 millones de barriles diarios) hasta 2040, momento en el que comenzará a caer poco a poco.

Nuestra visión para el petróleo es más optimista que la de la AIE, que prevé que la demanda de petróleo alcanzará su punto máximo antes de 2030. Si además «incluimos un escenario de lenta adopción de vehículos eléctricos, dado el reciente estancamiento de las ventas de vehículos eléctricos, esto implicaría que la demanda de petróleo seguiría aumentando hasta aproximadamente hasta 2040, tocando techo en los 113 millones de barriles diarios.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-06-10 23:37:32
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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