Por concentración bursátil se entiende el porcentaje de la capitalización total del mercado bursátil que está representando por un número pequeño de acciones. En el caso de Estados Unidos, diez valores, apenas un 2% de las compañías que forman el índice S&P 500, representan un porcentaje cercano al 30% a finales de 2023, casi el doble que hace diez años, alcanzando el 37% a finales de junio 2024. Ello se debe a la positiva evolución de las llamadas Siete Magníficas (Alphabet, Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia and Tesla), responsables en gran medida de la bonanza bursátil de los últimos años.
Esta situación se da igualmente en Europa, donde un pequeño grupo de compañías, las llamadas GRANOLAS, (GlaxoSmithKline, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L’Oreal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi) representa casi una cuarta parte del valor de las 600 empresas más grandes de Europa. La diferencia respecto a Estados Unidos, donde la concentración se debe a empresas del sector tecnológico, es que en Europa estas empresas están más diversificadas por sectores, con representación en tecnología, farmacia, lujo y productos básicos de consumo.
A nivel de países, una concentración del 30% en diez valores, es relativamente baja, comparada con Francia (56%), Alemania (57%), Suiza (72%) o España (72%).
El aumento de la concentración bursátil en todos los mercados ha provocado el aumento del peso de la bolsa americana a nivel mundial, cercana al 50%, del sector tecnológico y la importancia de las compañías de mayor valor bursátil en detrimento de las medianas y pequeñas en la composición de las carteras.
Podría pensarse que todo obedece a una burbuja, sin embargo, con datos de cierre de 2023, el 69% de los beneficios de las compañías del S&P 500 se lograban por esas diez primeras compañías. Si se compara sus datos con los de la burbuja de internet de finales de los años 90, las compañías tecnológicas actuales, son más rentables, tienen balances más saneados y cotizan a menores múltiplos.
Hablar de concentración bursátil puede resultar lejano para un pequeño ahorrador. Sin embargo, es muy importante para decidir cómo invertir sus ahorros y la posible rentabilidad a obtener.
Un inversor minorista, sin tiempo ni formación especializada acudirá a su asesor financiero, normalmente un banco, buscando alternativas de inversión. Estos le ofrecerán productos o fondos y le cobrarán una comisión. Si su patrimonio se lo permite, a partir de 300.000 euros, le pasaran al departamento de banca privada, un trato personalizado a cambio de un 2% anual de comisión, suba o baje la bolsa. Estamos hablando de gestión activa. Es decir, un gestor dedica su tiempo a elegir las mejores compañías y ajusta la selección de valores al perfil de riesgo que quiera asumir el cliente. Su objetivo es que la rentabilidad de su cartera bata al índice de referencia y que su cliente gane dinero, después de descontar la mencionada comisión. Este objetivo difícilmente se logra. Si analizamos la evolución de los últimos diez años hasta el cierre de 2023 y suponiendo que el gestor hubiera logrado igualar la rentabilidad del IBEX, un ahorrador que invirtiese 100.000 euros hubiera logrado apenas 15.000 de incremento de su capital, principalmente gracias al cobro de dividendos, tras pagar unos 18.000 euros en comisiones de gestión.
Otra posibilidad, que no le ofrecerán, será invertir en fondos que replican automáticamente la composición de un índice. El coste puede oscilar entre un 0,3% a un 0,7% anual, menos de un tercio que el caso anterior. Estamos hablando de gestión pasiva. Usted ganará o perderá en función de lo que haga el índice, sin intervención de ningún gestor. Contratar fondos de gestión pasiva también requiere algunas decisiones «activas». Hay que decidir cual el índice de referencia en el que se quiere invertir (Ibex, bolsa americana, mercados emergentes). También hay que verificar las comisiones que cobran los asesores tradicionales o los operadores independientes a través de los que se contratan, También se pueden contratar directamente a través de plataformas de fondos.
El aumento de la concentración bursátil ha complicado enormemente el trabajo y el futuro de los analistas de gestión activa. Estos gestores tienen normalmente carteras de inversión más diversificadas y con numerosas compañías cuya capitalización es muy inferior a las que lideran los índices. Si las grandes compañías, con gran peso en los índices, lo hacen mejor que las medianas, lo que ha ocurrido en los diez últimos años, la rentabilidad de la gestión activa antes y después de comisiones será inferior a la de la gestión pasiva. Algo más de la mitad del 25% de revalorización del S&P en 2023 se logró gracias al 101% de subida conjunta de las Siete Magníficas. Si la rentabilidad del índice se mira no en base a la capitalización de las empresas, sino a la simple media de todas las compañías, el retorno hubiera sido solo del 11,9%.
La plataforma de inversión AJ Bell`s acaba de publicar su informe «Manager versus Machine». Solo un 35% de fondos de gestión activa superan la rentabilidad de los fondos pasivos en los últimos diez años. Según el mismo informe, desde 2022 los inversores minoristas has retirado 79 billones de libras de los fondos de gestión activa y han invertido 38 billones de libras en fondos de gestión pasiva.
El corazón y el dinero se mueve hacia donde está concentrada la rentabilidad.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-08-12 12:23:36
En la sección: elEconomista Mercados