Los ejemplos de IBM y Klarna muestran que 2025 marca el punto de inflexión donde la inteligencia artificial deja de ser solo una herramienta de productividad para convertirse en un reemplazo directo de funciones empresariales completas. Los empresarios que no comprendan esta transición corren el riesgo de quedar obsoletos en menos de tres años. La diferencia entre una empresa que usa ChatGPT para redactar emails más rápido y otra que ha reemplazado el 38% de su plantilla con agentes de IA no es sólo cuantitativa: es una transformación fundamental en la naturaleza del trabajo empresarial. IBM ha automatizado completamente su departamento de recursos humanos, eliminando 200 posiciones y ahorrando 3,500 millones de dólares en dos años. Klarna fue más allá: su chatbot realiza el trabajo de 700 operarios de servicio al cliente, reduciendo el tiempo de resolución de 11 a 2 minutos. Meta planea automatizar completamente su sistema publicitario para 2026, donde bastará subir una imagen y un presupuesto para que la IA genere y optimice de forma autónoma campañas completas. Esta es la segunda ola de la IA: la era de la sustitución.
La primera ola de IA empresarial comenzó hace menos de dos años con el lanzamiento de ChatGPT. Las empresas adoptaron herramientas generativas para aumentar la productividad: GitHub Copilot ayudando a programadores a escribir código 55% más rápido, asistentes de IA redactando informes, o sistemas de análisis procesando datos. Era la fase de «aumentación», donde la IA amplificaba las capacidades humanas sin reemplazarlas.
La segunda ola, que está emergiendo ahora, es radicalmente diferente. OpenAI lanzó Operator en enero de 2025, un agente capaz de navegar la web, llenar formularios y realizar compras de forma autónoma. Anthropic presentó Claude Computer Use, que puede controlar computadoras completas. Google recientemente ha anunciado Agentspace, un espacio donde crear tus agentes paso a paso. No son herramientas que requieran supervisión humana constante, son agentes que ejecutan tareas completas de principio a fin.
Cuando el ‘agente’ se convierte en ‘buzzword’
La industria tecnológica está pervirtiendo el concepto de agente de IA. Plataformas empresariales usan el término para referirse a chatbots glorificados que buscan información o generan informes bajo supervisión humana constante. La verdadera agencia se entiende como el conocimiento y la habilidad para acometer empresas y proyectos completos de forma autónoma. No es un asistente que responde preguntas; es un sistema que identifica oportunidades, formula estrategias, ejecuta planes y adapta su comportamiento según los resultados. Cuando IBM automatiza su departamento de recursos humanos o Klarna elimina 700 puestos de atención al cliente, no están usando «herramientas de búsqueda inteligente» -están desplegando agentes genuinos que reemplazan funciones empresariales completas-. Esta distinción no es semántica: determina si su empresa está jugando con juguetes tecnológicos o preparándose para la revolución que ya comenzó.
Esta transición sigue patrones que Ray Kurzweil predijo con su Ley de Rendimientos Acelerados. Como explicó en una entrevista reciente: «Los humanos piensan linealmente porque evolucionamos en un ambiente donde el cambio era gradual. Pero la tecnología evoluciona exponencialmente. No experimentaremos 100 años de progreso en el siglo XXI, será más como 20,000 años al ritmo actual». La adopción de ChatGPT (100 millones de usuarios en dos meses) fue 37 veces más rápida que la del iPhone. Los agentes autónomos se adoptarán aún más rápido, y es urgente que pongamos todo nuestro esfuerzo en prepararnos para este salto cuántico.
La automatización ya está aquí
Los datos de 2024-2025 confirman que estamos en un punto de inflexión. Según McKinsey, el 78% de las organizaciones usan IA en al menos una función empresarial, un salto desde el 55% en 2023. Más revelador aún: el 65% ya usan IA generativa regularmente, duplicando el porcentaje del año anterior. La inversión global en IA superó los 100 mil millones de dólares en 2024, con el 46% de todo el capital riesgo en Estados Unidos dirigido a empresas de IA. Ha empezado: las empresas están avanzando en la automatización y eso ya está generando valor. Pero no perdamos de vista lo esencial: esto es solo la primera ola. La verdadera transformación viene con la segunda, y será mucho más profunda.
El dato más contundente es el desplazamiento laboral. Microsoft despidió 6,000 empleados en mayo de 2024 mientras su CEO Satya Nadella anunciaba que el 30% del código de la empresa ahora lo escribe IA. Google eliminó cientos de puestos en equipos de ventas publicitarias para «renovar el enfoque en la IA». British Telecom planea reducir 10,000 empleados de su plantilla en siete años mediante automatización. El 41% de los empleadores anticipan reducciones de plantilla entre 2025-2030 donde la IA pueda automatizar tareas, según el Foro Económico Mundial.
El retorno de inversión ya es medible. IBM reporta un ROI del 13% en sus implementaciones de IA avanzada. Las empresas líderes esperan el doble de retorno que sus competidores. Klarna pasó de pérdidas de 456 millones a utilidades de 66 millones, con un aumento del 73% en ingresos por empleado. La ecuación es clara: menos empleados, más productividad, mayores márgenes. Y obviamente tiene su contrapartida.
El valor del trabajo humano
Tened en cuenta que la transición actual difiere fundamentalmente de revoluciones tecnológicas anteriores. Durante la Revolución Industrial, los trabajadores agrícolas migraron a fábricas. En la digitalización de los 90s, los cajeros bancarios se convirtieron en asesores financieros. Pero cuando un agente de IA puede analizar datos, escribir código, diseñar estrategias y ejecutar decisiones, ¿hacia dónde migran los trabajadores del conocimiento?
Yuval Noah Harari advertía en «Homo Deus» sobre la emergencia de una «clase inútil»: personas no solo desempleadas, sino inempleables. Una sentencia controvertida, pero no por ello desestimable. «El riesgo no es la superinteligencia», explicó en una entrevista reciente al FMI, «sino perder la capacidad de entender las decisiones que se toman sobre nosotros». A pesar de esta radicalidad, Harari no ve la IA como una amenaza para la humanidad. En su opinión, la IA es una herramienta que puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida de los humanos, pero también puede ser utilizada para dañarlos si no se controla correctamente.
Y es que es la primera vez en la historia que nadie sabe cómo será el mercado laboral en 30 años. Estamos a las puertas de una transición que considero, cuanto menos, inquietante. Pero como suele decirse, la noche es más oscura justo antes del amanecer. Es por eso que debe emerger una conciencia y un movimiento global, no para intentar parar este tren, sino para controlar su dirección y su uso.
El futuro inmediato: 2025-2026 como punto de no retorno
Las predicciones convergen en un consenso inusual entre líderes tecnológicos. Sam Altman de OpenAI afirma que «2025 será el año donde agentes autónomos se unan a la fuerza laboral». Satya Nadella predice que 95% del nuevo código será generado por IA en cinco años. Dario Amodei de Anthropic sugiere que la Inteligencia General Artificial llegará en 2026.
Los sectores más vulnerables ya están identificados. Fintech lidera con el 49% de empresas consideradas líderes en IA, seguido por software (46%) y banca tradicional (35%). Otros sectores clave también están comenzando a transformarse rápidamente, especialmente aquellos ligados a la creación de contenidos como voz, imagen, vídeo y programación. La disrupción seguirá un patrón predecible: primero los servicios financieros, después healthcare, retail y contenidos digitales, y finalmente manufactura y sectores tradicionales.
Para 2026, Gartner proyecta que 80% de las empresas usarán modelos de IA generativa, comparado con menos del 5% en 2023. El 20% de las organizaciones usarán IA para eliminar más de la mitad de las posiciones de mandos medios. No es especulación; es una extrapolación de tendencias actuales.
Estrategias para la supervivencia empresarial
La pregunta no es si adoptar agentes de IA, sino qué tan rápido y profundo hacerlo. Las opciones estratégicas se reducen a tres escenarios, cada uno requiriendo acciones específicas:
Escenario optimista: Si la adopción es fluida y los beneficios claros, las empresas deben invertir agresivamente ahora. Esperar puede parecer seguro, pero el costo de no actuar pronto crecerá mucho más rápido de lo que parece. Es el momento de pensar con visión, y no dejar que la inercia del mercado decida por nosotros. Contratar talento nativo en IA, transformación cultural, establecer partnerships con líderes tecnológicos y reimaginar procesos completos, no solo optimizarlos.
Escenario realista: Si la transición enfrenta fricciones -resistencia cultural, problemas de integración, incertidumbre regulatoria- la estrategia debe ser gradual pero decidida. Identificar casos de uso de alto impacto, invertir masivamente en gestión del cambio y mantener flexibilidad financiera para una transición extendida.
Escenario pesimista: Si la disrupción es caótica -desempleo masivo, regulación restrictiva, concentración monopolística- las empresas deben adoptar una postura defensiva. Enfocarse en capacidades humanas únicas, diversificar proveedores de IA y construir una narrativa sólida de responsabilidad social.
¿Y de qué depende el escenario que finalmente encontraremos? No tenemos certezas absolutas -no somos gurús- pero sí tenemos algo muy valioso: claridad sobre lo que no sabemos, y sensibilidad para identificar los factores clave que marcarán la diferencia. Entre ellos: el contexto geopolítico, la agilidad con la que las instituciones regulen y apoyen la transición (especialmente para las PYMEs), y la capacidad de las empresas para adoptar una mentalidad abierta y estratégica.
Y aunque el entorno pueda cambiar, hay una constante: la actitud. Sea cual sea el escenario, lo fundamental es estar en la partida. No sabemos con certeza cómo será el futuro, pero sí sabemos lo meritorio que es levantar una empresa en este país. Sabemos que las personas que lo han hecho posible no van a rendirse. Y sabemos también que merecen todo el apoyo y la ayuda que se les pueda ofrecer.
La ventana de oportunidad se cierra
Expliquemos el fenómeno con una metáfora potente: «30 pasos lineales te llevan a 30 metros. 30 pasos exponenciales te llevan a mil millones de metros». Las empresas que piensan linealmente ven la IA como una mejora incremental. Las que comprenden el crecimiento exponencial entienden que estamos a pocos «pasos» de una transformación total.
La transición de la primera a la segunda ola de IA no es gradual, es un salto cuántico. No se trata de hacer las mismas cosas más rápido, sino de reimaginar qué hace una empresa y cómo lo hace. IBM no mejoró su departamento de recursos humanos; lo reemplazó con sistemas autónomos. Klarna no optimizó su servicio al cliente; lo automatizó completamente. Meta no está refinando su sistema publicitario; está reinventando todo el sector de la publicidad con un enfoque completamente automatizado.
Para el empresario español, las implicaciones son claras y urgentes. La ventaja competitiva sostenible no residirá en la eficiencia operativa o la calidad del producto -ambas podrían convertirse en commodities conforme los agentes de IA sean capaces de replicarlas con eficacia-. En esta fase, la eficiencia operativa basada en equipos IA&Human seguirá siendo clave, pero no debemos perder de vista donde va a estar el diferencial real. La ventaja estará en la velocidad de adopción y la profundidad de transformación.
La historia juzgará a los líderes empresariales de 2025 no por lo que preservaron, sino por lo que tuvieron el coraje de transformar. Estamos creando la primera tecnología en la historia que puede actuar con inteligencia de forma autónoma. La pregunta para cada empresario es simple pero existencial: ¿serás quien tome las decisiones sobre cómo usar estos agentes, o será tu competencia?
El momento de actuar no es cuando la transformación sea evidente. Es ahora, cuando todavía parece opcional. Para las PYMEs, esta es una oportunidad histórica. Toca arremangarse y usar la IA agéntica para acortar distancias con los grandes, aprovechando tu mayor agilidad. El partido sigue abierto.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2025-06-18 13:20:00
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