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el camino de la Fed y el BCE será muy diferente en 2025

el camino de la Fed y el BCE será muy diferente en 2025

Con el año 2024 a punto de finalizar, es el momento de repasar la evolución de los tipos de interés, y cómo las perspectivas han cambiado durante el último año, y también de revisar hacia dónde parece que se moverá el precio del dinero en Estados Unidos y la zona euro el año que viene. Las bajadas de tipos de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo se han concentrado en la segunda mitad de este año, y de cara a 2025, todo apunta a que los caminos se van a separar para estos dos bancos centrales. La Fed tiene por delante un ejercicio más convulso, con una economía que no permitirá bajadas de tipos agresivas, lo cual plantea un escenario más incierto que el que tiene por delante el BCE, un banco central para el que se esperan bajadas de tipos continuas durante la primera mitad del año.

La hoja de ruta que esperan los mercados para los dos bancos centrales está clara, al menos, hasta que las previsiones macroeconómicas no den un giro y fuercen a la Fed o al BCE a cambiar de marcha en el proceso de recortes de tipos. Los inversores compran en este momento que el BCE continuará con el ritmo constante de bajadas, con cuatro recortes en el precio del dinero consecutivos, desde enero, hasta el encuentro de junio y otro más en septiembre, dejando el recorte total en 125 puntos para el año que viene. Sin embargo, para la Fed ya sólo se pone en precio una bajada de tipos en todo 2025, un movimiento previsto para el mes de mayo.

El escenario que esperan los inversores para el BCE encaja a la perfección con el que están esperando los analistas. El consenso de mercado que recoge Bloomberg coincide con las expectativas de bajadas de tipos que esperan los inversores, algo que, sin embargo, no ocurre así para la Reserva Federal: en su caso, los inversores siguen esperando tres recortes de tipos de 25 puntos básicos, dos más de los que han comprado los mercados.

La Fed se ha visto forzada a revisar sus previsiones de bajadas de tipos en 2025, a medida que certificaba que la economía no está frenando tanto como se esperaba. La actividad está aguantando bien en la primera economía del mundo, y el desempleo no se ha deteriorado tanto como para acometer un proceso agresivo de recortes en el precio del dinero. Si a eso se le suma que Donald Trump, ganador de las elecciones presidenciales de noviembre, trae consigo propuestas políticas que amenazan con volver a incrementar la inflación, el cóctel es perfecto para que la Fed tenga que tener mucha calma antes de empezar a bajar los tipos de forma agresiva.

«Si bien la Fed no incorpora de forma explícita los posibles cambios de políticas bajo la nueva administración, la proyección de la Fed de que habrá más inflación el año que viene sugiere que están incorporando un escenario de inflación más incierta», explica Mahmood Pradhan, responsable de macroeconomía global en Amundi Investment Institute. «La confirmación que hizo de que los tipos serán más altos durante más tiempo llevó a una reacción significativa del mercado, a un dólar mucho más fuerte y a un incremento en las rentabilidades de los bonos del Tesoro», destaca Pradhan.

La inflación, como no podía ser de otra manera, es la pieza clave en el puzle macroeconómico que vigilan los bancos centrales, y el temor a un nuevo repunte ha generado la reacción de la Fed. «Los mercados se han visto sorprendidos por las revisiones al alza de las previsiones de inflación. Ahora se prevé que se mueva en gran medida lateralmente el próximo año, y que se mantenga por encima del 2% hasta 2027, un año más tarde de lo previsto anteriormente, con importantes implicaciones para la trayectoria de los tipos de interés», destaca Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

Las perspectivas para el BCE no podían ser más distintas. La economía de la zona euro no muestra el vigor que presenta la estadounidense, y por ello el camino de los tipos de interés será muy diferente, con recortes continuos hasta alcanzar el tipo de interés neutral, que, para muchos analistas, se mantiene en el entorno del 2%. «Seguimos creyendo que el BCE reducirá los tipos de interés en 25 puntos básicos en cada reunión, hasta alcanzar el 2%», explican Hugo Le Damany y François Cabau, economistas en Axa Investment Managers. «Esperamos que las perspectivas de inflación se sitúen por debajo del objetivo del BCE, lo que le llevará a recortar la tasa de depósito hasta el 1,5%, a más tardar a finales de año», explican los dos expertos.

¿Se repetirá el retraso del año 2024?

Aunque el mercado parece tener claro que habrá 125 puntos básicos de bajadas de tipos en 2025 en la zona euro, no se puede descartar que, lo que ha ocurrido en la primera mitad de 2024, un retraso importante en el inicio de la bajada de tipos, se pueda repetir el año que viene. Entonces, a principios de este año, el mercado tenía en mente una senda de bajadas de tipos desde los primeros compases del ejercicio, algo que, finalmente, no se pudo llevar a cabo, por la fortaleza que mostraron los datos económicos.

Aunque el BCE está en una situación muy diferente a la de la Fed, y Philip Lane, el economista jefe del BCE, tiene claro que ha llegado el momento de bajar los tipos y dejar atrás la política monetaria restrictiva, el gran peligro de cara a 2025 es el mismo: en Estados Unidos ya ha quedado claro que el peligro inflacionista prácticamente ha borrado del mapa la posibilidad de ver varios recortes de tipos el año que viene, pero en Europa, igual que ocurrió en 2024, existe la posibilidad de que una inflación más fuerte de lo esperado tire por tierra el escenario de varios recortes de tipos consecutivos que están descontando ahora los mercados.

«El débil crecimiento y la inflación persistente nos hacen ser más cautelosos con el BCE», señala el equipo de analistas de Schroders. «Mientras los mercados anticipan que los tipos pueden caer hasta el 2% para finales del próximo año, creemos que esta perspectiva es demasiado agresiva, y prevemos que la tasa terminal será del 2,5%», señalan.

Lo que parece claro es que, si bien la Fed va a tener un camino complicado para recortar los tipos de forma agresiva, el BCE va a tener un año más complejo, en el que hay riesgos al alza y a la baja para la inflación, y también existe la posibilidad de que haya un frenazo en el crecimiento económico, y esto, sumado a la continuidad de una inflación moderándose, puede llevar al banco central a tener que cambiar su hoja de ruta de bajadas de tipos, tanto al alza, como a la baja. De hecho, dejar abierta la puerta a esta posibilidad es lo que pretende el BCE cuando asegura que mantendrá sus decisiones reunión a reunión, y que los datos económicos que se publiquen decidirán la velocidad y la escala de los cambios de tipos en los próximos meses.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el:
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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