El grupo financiero francés, BPCE, ha ganado la contienda para hacerse con Novo Banco y ha acordado adquirir a la entidad portuguesa por 6.400 millones de euros, sellando una de las operaciones transfronterizas más relevantes del sector bancario europeo de los últimos años. BPCE acabó por imponerse a CaixaBank: aunque no había declaraciones oficiales, varios medios apuntaron a que la entidad catalana había contratado a Morgan Stanley y a Deloitte para realizar las correspondientes valoraciones y decidir, llegado el caso, si pujar por la entidad lusa. Preguntado sobre la venta a BPCE, el banco presidido por Tomás Muniesa declinó hacer comentarios al respecto.
El interés de CaixaBank se tropezó con el Gobierno luso ante el temor a una excesiva concentración del mercado en bancos de un solo país. CaixaBank tiene una gran franquicia en el país vecino desde que en 2017 compró BPI y con la integración del cuarto banco del país habría casi duplicado su dimensión, alcanzando una red de sucursales unificada próxima a las 600 oficinas y con un 20% de cuota de mercado.
El banco luso Caixa Geral de Depósitos también había mostrado su interés por comprar a Novo Banco, aunque su primer ejecutivo, Paulo Macedo, reconoció que veía poco factible una compra del 100% de la entidad, ya que alcanzaría una cuota de depósitos del 40%.
Finalmente, BPCE salió ganador. El segundo banco más grande de Francia ha firmado un memorando de entendimiento —un acuerdo que establece unos compromisos entres las partes de cara a un proyecto— para la adquisición del 75% del capital de Novo Banco a la firma de capital privado Lone Star, primer accionista de la entidad lusa. Además, BPCE está en conversaciones con el Gobierno portugués y el Fondo de Resolución Bancaria Portugués para adquirir sus participaciones en el banco (un 11,5% y un 13,5%, respectivamente), en idénticas condiciones.
El plan inicial de Lone Star era la salida a bolsa de la entidad, que ya tenía los trabajos para dar el salto al parqué prácticamente completados y la intención era acometer su estreno en junio como pronto, protagonizando así la primera gran salía a bolsa en Portugal en cuatro años. Sin embargo, el fondo prefirió optar por una venta.
El banco luso pasaría a formar parte del grupo francés en 2026, según ha informado el mismo en un comunicado a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal (CMVM). «La decisión del accionista mayoritario de buscar una venta directa a BPCE representa una clara oportunidad estratégica, que posiciona a Novo Banco para unirse a uno de los grupos financieros más sólidos de Europa», ha agregado la entidad portuguesa.
Apuesta por la diversificación
El grupo francés ha destacado que la adquisición brinda una doble diversificación: geográfica, al acceder a una economía dinámica, y también en términos de balance, al aumentar la proporción de préstamos a tipo de interés variable, lo que mejoraría su perfil de ingresos. Asimismo, ha señalado que la compra impulsará el crecimiento de todo el grupo y es «perfectamente coherente» con su estrategia «Visión 2030», lo que demuestra su determinación de expandirse en «Francia, Europa y en el resto del mundo mediante inversiones estratégicas». Tras la transacción, el galo espera que el ratio de capital CET1 del grupo se mantendría por encima del 15%.
«Siendo un actor importante en la banca minorista en Francia gracias a las Banques Populaires y las Caisses d’Epargne, el grupo se convertiría, con la adquisición de Novo Banco, en un actor clave en la banca minorista en Europa y participaría activamente en la financiación de la economía portuguesa», ha afirmado Nicolas Namias, presidente del consejo de administración de BPCE.
Novo Banco es el cuarto banco más grande de Portugal y posee una cuota de mercado de alrededor del 9% en particulares y del 14% en empresas. Cuenta con 1,7 millones de clientes particulares y gestiona una cartera de préstamos a empresas de 17.000 millones de euros. La entidad nació en 2014 tras la quiebra del Banco Espirito Santo (BES), que en su día fue el mayor banco de Portugal por capitalización bursátil y recibió un rescate de 5.000 millones por la exigencia del supervisor de que aumentase su capital tras la revelación de posibles pérdidas en préstamos vinculados a empresas del Grupo Espíritu Santo, de propiedad familiar.
Mark Bourke, consejero delegado de Novo Banco, ha anotado que el acuerdo marca un momento decisivo en la trayectoria del grupo y constituye «un poderoso respaldo a la transformación lograda». «Al pasar a formar parte de BPCE, Novo Banco puede acceder ahora a la fuerza y profundidad de una de las potencias financieras europeas», ha añadido.
Momento efervescente en Europa
La adquisición de Novo Banco por parte de BPCE, cuyas unidades incluyen Banque Populaire y Natixis, se produce en un momento en que varios actores del sector financiero —altos ejecutivos, autoridades regulatorias y patronales— están insistiendo sobre la necesidad de impulsar la consolidación bancaria en Europa para ganar competitividad ante los gigantes americanos y asiáticos, a raíz de los informes Draghi y Letta.
Los últimos meses han sido particularmente efervescentes en el tablero bancario del Viejo Continente, con varios proyectos de consolidación sobre la mesa. En España, el Gobierno está poniendo bajo la lupa la opa lanzada por BBVA a Banco Sabadell y tiene hasta el 27 de junio para pronunciarse al respecto. Italia está protagonizando un baile de adquisiciones: además de haber elevado su cuota en el alemán Commerzbank, UniCredit está dialogando con el Ejecutivo de Giorgia Meloni para intentar suavizar las condiciones para adquirir a Banco BPM, entre otras operaciones.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
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