El indicador favorito de inflación de la Reserva Federal de EEUU, el deflactor del consumo personal (PCE) subyacente (excluyendo energía y alimentos) avanzó un 0,1% intermensual en mayo, tal y como se esperaba, tras el 0,3% de abril (revisado desde el 0,2%). El dato publicado este viernes por la Oficina de Análisis Económico (BEA) es, sin redondeo (0,08%), el más bajo desde noviembre de 2020. También sin redondeo, el dato de abril pasa en realidad del 0,249% al 0,259%. En tasa interanual, el PCE subyacente cae del 2,7% al 2,6%, la menor desde comienzos de 2021 y también en línea con lo previsto. El PCE general fue del 0% intermensual (0,3% el mes anterior) y del 2,6% interanual (una décima de caída). La moderación en el indicador subyacente era la que economistas y diferentes analistas esperaban como síntoma de que la desinflación vuelve a ganar tracción en EEUU. Este dato, junto a un IPC de mayo que ya fue de alguna décima menos de lo esperado, refuerza la idea de que la Fed tendrá menos dificultades de lo previsto para recortar los tipos de interés antes de fin de año. La ventana se amplía para que el banco central decrete el primer recorte en septiembre.
Estas expectativas se han reflejado en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU. El rendimiento del bono a dos años, el más vinculado a la trayectoria inmediata de los tipos de interés cae al 4,67% cuando ayer llegaba a superar el 4,76%. Por su parte, el bono a 10 años, el de referencia, cae al 4,26% cuando ayer superaba el 4,34%. Los rendimientos ya cayeron este jueves con una revisión del PIB del primer trimestre que limaba el consumo y con datos más débiles en las peticiones de subsidio por desempleo y en los pedidos a las fábricas de equipos para empresas.
Tras el dato de PCE, los mercados de swaps continúan proyectando alrededor de 45 puntos básicos de recorte de tipos de la Fed para 2024, una cifra muy similar a la de antes del informe, que no llega a las dos bajadas de 25 puntos básicos. Los operadores dan un 70% de posibilidades al primer recorte en septiembre.
Adentrándose en el desglose de la BEA con las categorías dentro del PCE, el panorama es alentador. A pesar de un enorme aumento del 1,3% intermensual en los precios de los hospitales, los descensos del 2% en los precios de la gestión de carteras y del transporte aéreo significan que los precios de los servicios básicos (excluida la vivienda), también conocidos como supercore, sólo aumentaron un 0,09%.
«Es muy probable que el PCE subyacente descienda al 2,5% interanual en junio, aunque los efectos base desfavorables hacen improbable un nuevo descenso en el segundo semestre de este año. Aun así, la proyección mediana de la Fed (en sus proyecciones trimestrales de junio) de que el PCE subyacente será del 2,8% en el cuarto trimestre se antoja ahora demasiado pesimista», valora Paul Ashworth, de Capital Economics.
«Los funcionarios querrán ver algunos informes de inflación más alentadores antes de comenzar a recortar los tipos de interés, pero no esperarán hasta que la inflación caiga a su objetivo del 2%. Los nuevos indicios de debilidad del mercado laboral muestran que los funcionarios también deben estar atentos a los riesgos para la vertiente de pleno empleo de su mandato. Seguimos esperando que la Fed empiece a recortar los tipos en septiembre, y una vez por trimestre a partir de entonces«, escribe Michael Pearce, analista de Oxford Economics, en una nota para clientes. Cabe recordar que en sus proyecciones trimestrales de junio, los funcionarios bajaron su pronóstico de tres bajadas de tipos para 2024 en marzo a una sola (en la mediana del dot plot o diagrama de puntos).
En el informe de la BEA también se recoge que el consumo real aumentó un 0,3% intermensual en mayo, aunque la debilidad del gasto discrecional en servicios es preocupante, ponen de relieve desde Capital Economics. Por otra parte, las importantes revisiones a la baja de los meses anteriores significan que, tras un decepcionante aumento del 1,5% anualizado en el primer trimestre (revisión conocida este jueves), el crecimiento del consumo en el segundo trimestre es ahora de sólo el 1,6%.
ING: «La Fed no quiere provocar una recesión si no es necesario y si los datos le permiten empezar a hacer la política monetaria ligeramente menos restrictiva, creemos aprovechará esa oportunidad, potencialmente ya en septiembre»
«Nuestra estimación de crecimiento del PIB en el segundo trimestre se reduce ahora al 1,8%, lo que coronaría un primer semestre débil. Al igual que Biden, los consumidores parecen vacilar en el momento más inoportuno, capitulando finalmente bajo la presión de unos tipos más altos», apunta Ashworth. «En conjunto, la vuelta a la tendencia desinflacionista anterior y la nueva debilidad de la actividad real son compatibles con un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre«, sentencia el economista.
«La deflación de los precios de los bienes y la debilidad que estamos empezando a ver al menos nos abren un camino hacia un posible recorte en septiembre», coincide la economista jefe de KPMG, Diane Swonk. «La Fed considera que la política monetaria es restrictiva en el 5,25-5,50% en un entorno en el que considera que el tipo de interés neutral se sitúa en torno al 2,8%. La Fed no quiere provocar una recesión si no es necesario y si los datos le permiten empezar a hacer la política monetaria ligeramente menos restrictiva, creemos que la Fed aprovechará esa oportunidad, potencialmente ya en septiembre», se suma James Knightley, economista jefe en ING.
Nada más conocerse el dato de la BEA, ha llegado la primera reacción desde la Fed. La presidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, ha dicho que las cifras publicadas este viernes indican que la política monetaria está funcionando, si bien ha matizado que es demasiado pronto para saber cuándo será apropiado bajar los costes de los préstamos.
«Es realmente difícil mirar a cualquier lado y no ver que la política monetaria está funcionando», ha afirmado Daly a la CNBC. «Tenemos una ralentización del crecimiento, una ralentización del gasto, una ralentización del mercado laboral, una bajada de la inflación: así es como funciona la política». Pese a ello, ha insistido en que la Fed seguirá dependiendo de los datos, y ha hecho hincapié en los diversos escenarios que podrían desarrollarse en los próximos meses. Por ejemplo, si la inflación baja más lentamente de lo esperado, ha enfatizado, el banco central tendría que mantener los tipos altos durante más tiempo. «Si, por el contrario, la inflación desciende como a finales del año pasado y el mercado laboral se mantiene intacto o flaquea, podemos ajustar la política para responder a ello», ha añadido. «Realmente es demasiado pronto para saberlo», ha zanjado Daly.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-06-28 09:09:54
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