Con los últimos datos ya sobre la mesa, la Fed se prepara para su reunión clave este miércoles. El consenso es prácticamente unánime, la institución no tocará nada para que un largo verano sin cambios les dé una imagen más amplia de la situación macroeconómica. Sin embargo, lejos de ser un encuentro intrascendente, la de julio puede ser una de las reuniones más importantes para los mercados, ya que Powell puede aprovechar esta ocasión para introducir el primer recorte de tipos, en septiembre, que dará comienzo a una cascada de bajadas en el precio del dinero en los próximos trimestres. Una sucesión de datos ha ido golpeando uno detrás de otro las perspectivas de los inversores; mercado laboral, inflación, PCE, PIB… todos han ido apuntando en una misma dirección: toca recortar tipos y hacerlo más rápido de lo esperado.
Hasta hace no tanto la resistencia de la economía y una inflación ingobernable parecían condenar a la Fed a una postura mucho más restrictiva. De hecho, el debate que se había adueñado de los mercados era totalmente distinto y la duda era si realizaría un solo recorte de tipos este año. Ahora el giro se ha consumado y, de hecho, el recorte de 25 puntos básicos es prácticamente seguro para el mercado de swaps (OIS), que ya da por hecho tres recortes en total desde septiembre hasta diciembre de 2024 es decir, uno por reunión. Sin embargo, esta cascada de recortes no termina aquí pues solo en el primer semestre de 2025 esperan otros tres movimientos iguales que lleven el ‘precio del dinero’ a un rango de entre el 3,75% y 4% (frente al 5,25%-5,5% actual).
Es por ese motivo por el que, a pesar de que se espera que no ocurra nada a simple vista, la reunión de julio se torna totalmente clave para los mercados. La presión ahora mismo es máxima y ya se anticipa un giro mucho más sensible en lo que ha sido uno de los mayores ciclos de endurecimiento monetario de la historia. En ese sentido, cualquier comentario o pista que pueda dar tanto la Reserva Federal en su comunicado como Jerome Powell en su discurso se torna esencial para discernir si realmente se van a cumplir las expectativas de los inversores o si la Fed realmente tiene otros planes.
Lo único que parece claro en esta ocasión es que la Fed evitará tocar los tipos en este encuentro, y más teniendo en cuenta la paciencia de la que han hecho gala los políticos monetarios en Estados Unidos en los últimos meses, evitando a toda costa bajar los tipos antes de estar completamente seguros de que la economía y la inflación se están enfriando. Si lo han evitado durante meses, sería poco prudente aventurarse a bajar tipos en julio, justo antes de la pausa vacacional de agosto, un mes peligroso para los mercados financieros por el impacto que puede tener en la volatilidad la caída de la negociación que se produce en este momento del año de forma habitual.
Los datos empujan a un giro
El cambio de expectativas que se ha producido en los mercados la semana pasada, y que ya apunta a tres recortes de tipos en Estados Unidos antes de 2025, se ha consolidado en una semana en la que se ha publicado una oleada de datos macro que confirman el frenazo en la actividad económica en Estados Unidos y apuntan a que la inflación va a continuar moderando su crecimiento en los próximos trimestres.
El indicador de actividad manufacturera de la Fed de Richmond, en primer lugar, junto a los datos de debilidad en la venta de nuevas viviendas y de solicitudes de hipotecas, además de otros como el mal dato de PMI industrial, avisaban al principio de la semana de la debilidad que está confirmando la economía en las últimas semanas. La confirmación final fue el dato PCE de inflación durante el mes de junio, que avaló cómo los precios se mantuvieron estables durante el sexto mes del ejercicio.
Todos estos datos llegan tres semanas después de que se publicase un dato de creación de empleo que dio la primera voz de alarma al consenso de los analistas. Fue a principios de julio y reflejaba un claro enfriamiento. Este fue simplemente un primer aviso que se convirtió en algo más con la publicación del dato del IPC, que ya empezaba a cargar de argumentos a Powell al mostrar una clara desaceleración de tres décimas hasta el 3%, por encima de lo esperado.
Con estos dos grandes indicios de que una ralentización que beneficiase a la Fed, ni siquiera los datos del PIB mejores de lo esperado lograron alejar a los mercados de esta idea. Otros datos siguieron sumando peso a esa idea de que la Fed se está cargando de argumentos para pulsar el botón como unas cifras de paro semanal en máximos desde 2021 y una confianza del consumidor en su punto más bajo en 8 meses.
Con esta oleada de datos sobre la mesa, muchos expertos consideran inevitable que la Fed dé comienzo al proceso de recortes de tipos después del verano, en el encuentro de septiembre, por lo que existe la posibilidad de que Jerome Powell y la Fed decidan aprovechar el encuentro de banqueros centrales en Jackson Hole del 22 de agosto para anticipar futuros movimientos de tipos de interés en el país.
George Goncalves, responsable de macroestrategia de EEUU en MUFG, explica que todos los datos macroeconómicos que se han publicado suponen sólo ‘indicios’ de un debilitamiento económico. En ese sentido espera que sea en septiembre cuando haya más datos sobre la mesa y la Fed opte por un recorte claro. En el último informe de JP Morgan coinciden, pero creen que jugará este miércoles una partida de póker con los mercados, intentando transmitir lo menos posible por lo que «no indicará nada».
Erik Weisman, economista jefe de MFS Investment Management, no coincide y explica que en el comunicado y posterior rueda de prensa de jugará una partida muy diferente. «Será una preparación para un primer recorte en septiembre». En ese sentido señala que sólo podría posponerse si «el mercado laboral o la inflación del consumidor repuntan en agosto». Desde Allianz ven a una Fed sin tocar tipos pero «abriendo la puerta a una bajada a finales de verano». Por su parte, Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM explica que espera que «las conclusiones de esta reunión reflejen» un «camino allanado para septiembre».
Javier Molina, analista senior de mercados para eToro defiende que la comunicación de Powell «será clave» y estima que ya «necesitará indicar la posibilidad de un recorte en septiembre sin comprometerse demasiado, destacando la importancia de esperar a más datos sobre la inflación». Coincide por completo Carlos Lasure, analista de Ibercaja, alegando que «muy probablemente ofrecerá nuevas pistas sobre la senda futura de los tipos de interés. No esperamos una confirmación categórica sobre lo que vayan a hacer con los tipos de interés«, pero sí que «señalicen que con los últimos datos publicados las bajadas de tipos de interés se encuentran más próximas».
¿Por qué no recortar en julio?
Sin embargo, a pesar de que hay un consenso casi total sobre la pausa de julio, este no es total y hay muchos analistas que no coinciden en el sentido que puede tener no empezar a moverse ya hacia los recortes. Un ejemplo de esto es el economista en jefe de Goldman Sach, Jan Hatzius. En su último informe el experto se preguntaba que «si hay una necesidad de recorte clara ¿por qué esperar otras siete semanas antes de ponerlo en marcha?».
Hatzius proseguía diciendo que » la inflación mensual es volátil y siempre existe el riesgo de una nueva aceleración temporal, lo que podría hacer que un recorte en septiembre sea difícil de explicar. Comenzar en julio evitaría ese riesgo». En cualquier caso, esta opción tiene un respaldo muy minoritario en los mercados, con apenas un 4,1% de probabilidades de que sea este mismo mes de junio cuando se dispare el primer recorte.
Exaltos cargos de la institución se han sumado a esta teoría. El ex presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley explicó que, ahora mismo, la Fed estaba a las puertas que pasarse de restrictivo dados los síntomas de su economía. Por consiguiente, Dudley pidió abiertamente un recorte esta misma semana en un artículo de opinión publicado en Bloomberg.
«No veo ninguna razón en los datos económicos para que no se deba posponer esta reunión», dijo Luke Tilley, economista de Wilmington Trust. «De hecho, creo que es difícil encontrar una razón para que se mantengan los tipos de interés donde están». Aunque reconoce que la Fed no hará esto porque supondría asustar a los mercados y cree que, a pesar de las necesidades macroeconómicas, la Fed está preparándose para seguir una ruta más trazada y anunciada, más segura y que no produzca sobresaltos innecesarios.
Otras voces de peso, como la de Mohamed el-Erian, jefe asesor económico del grupo Allianz, también consideran que la Reserva Federal debería tener cuidado con la reticencia que está mostrando a la hora de bajar tipos, por las consecuencias que esto podría tener en la economía en el futuro. A su juicio, la Fed estaría cometiendo un «error de política monetaria» si mantiene los tipos de interés «demasiado altos durante demasiado tiempo».
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-07-29 12:29:06
En la sección: elEconomista Mercados