Los malos augurios que apuntan a un nuevo repunte inflacionista están encontrando apoyo en algunos indicadores de mercado. Los principales bancos centrales del planeta, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, continúan con el proceso de recortes de tipos, pero en las últimas semanas han tenido que moderar su entusiasmo en este sentido, y poco a poco reconocen, con cada vez más claridad, que hay que tener cuidado con el incremento de los precios. Ahora, uno de los indicadores de inflación que más vigilan los bancos centrales para valorar las perspectivas de IPC de largo plazo, los swaps de inflación 5y5y, está resistiéndose a caer hasta el objetivo de la Fed y el BCE. Es una mala noticia, y más si a ello se le suman los temores inflacionistas por la política de Donald Trump, los últimos datos de inflación en Europa y las encuestas que maneja el BCE para el medio plazo, o las dudas recientes de la Fed sobre el regreso de la inflación al nivel del 2%.
El indicador de expectativas de inflación de largo plazo que vigila el BCE ha dado una alegría al banco central en los últimos meses, pero la satisfacción no ha durado demasiado. El swap de inflación 5y5y en la zona euro, que mide las expectativas de inflación que mantienen los mercados para el lustro que empieza dentro de cinco años, apenas ha durado un mes en el entorno del 2%, el objetivo que mantiene el banco central. En diciembre, el swap cayó por debajo del 2% por primera vez en más de 2 años, pero el inicio de 2025 ha cambiado la fotografía rápidamente.
El swap de inflación de la zona euro ha pasado del entorno del 1,9%, hasta el 2,12% en pocas semanas. El incremento ha llegado en un momento en el que hay una creciente preocupación por el impacto inflacionista de las políticas que puede adoptar Donald Trump, a partir de su nombramiento el próximo 20 de enero, tanto en Estados Unidos, como fuera de sus fronteras.
En Europa, en la primera semana del año se ha borrado un recorte de tipos previsto para este ejercicio por parte de los mercados, y la última encuesta a consumidores que ha llevado a cabo el BCE ha confirmado un aumento inesperado de la inflación esperada por parte de los encuestados en los próximos meses. El último dato de IPC tampoco ha ayudado, con un nuevo aumento en diciembre. Aunque el incremento del dato de inflación ya se esperaba, el aumento en economías como Alemania y España sí fue mayor de lo que se había previsto.
En Estados Unidos la situación es similar, y algo más preocupante. El swap de inflación de largo plazo se mantenía muy por encima de los niveles que se veían en Europa, en un momento en el que la economía estadounidense mostraba más vigor que la de la zona euro. El swap de inflación se movía a cierre del año pasado en el entorno del 2,4%, y en enero ha dado un salto que lo ha llevado a rozar el 2,6%, seis décimas por encima del objetivo de la Reserva Federal estadounidense.
Los niveles en los que se mueven estos indicadores de expectativas de inflación de largo plazo en Estados Unidos confirman los temores de aquellos analistas que están avisando de que la inflación va a ser estructuralmente más alta en este ciclo económico, frente a lo que se ha visto en los años previos a 2021, cuando empezó el último gran repunte inflacionista. Si esto se confirma, como apuntan los swaps de expectativas de inflación de largo plazo, el suelo de los tipos de interés será más alto de lo que se había previsto.
Las actas de la última reunión de la Reserva Federal han confirmado la creciente preocupación del Comité Federal del Mercado Abierto por la inflación, una realidad que encaja con el repunte de las expectativas que se ha producido en las últimas semanas. El documento confirma que varios miembros tuvieron reticencias a recortar los tipos en esta reunión, y que existe una creciente preocupación por el posible impacto inflacionista de las políticas prometidas por Donald Trump.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
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