El suelo ha empezado a resquebrajarse bajo los pies del tradicionalmente reputado dólar canadiense. Los riesgos de una guerra comercial entre EEUU y Canadá, los importantes recortes de los tipos de interés por parte del Banco de Canadá (BoC), las débiles perspectivas de los precios del petróleo y, ahora, la agitación política han mermado seriamente el estatus del loonie como la opción más segura en el espacio de divisas de materias primas de beta alta, es decir, con un mayor riesgo.
En el cruce con el dólar estadounidense, el dólar canadiense se ha dejado más de un 8% en los últimos 12 meses, borrando más de un 6% en los últimos tres meses y situándose ahora en los 1,44 ‘billetes verdes’. Durante la mayor parte de 2024, el descenso se debió principalmente a la ampliación del diferencial entre los tipos de uno y otro país dada la divergencia de política monetaria entre la Reserva Federal de EEUU y el BoC. Hasta noviembre, esto estaba totalmente justificado desde el punto de vista macroeconómico: la menor inflación y el menor crecimiento de Canadá en relación con EEUU habían llevado a recortes más tempranos y rápidos del BoC.
Sin embargo, en noviembre algo más hizo ‘clac’: la elección de Donald Trump como presidente de nuevo en EEUU y su retórica belicista sobre la imposición de aranceles del 25% a Canadá han añadido un nuevo nivel de incertidumbre para la divisa. A eso se ha sumado en las últimas semanas una crisis política de alcance en el gobierno que encabeza Justin Trudeau y que tiene visos de acabar con el mismo.
En una nota para clientes previa a las Navidades, los analistas de divisas de ING ya alertaban del cráter que se estaba abriendo bajo el loonie. El informe escrito por el estratega Francesco Pesole señala como síntoma más claro del cambio de sentimiento en torno a la divisa canadiense el aumento de la volatilidad implícita de la misma en relación con la volatilidad histórica, una medida del riesgo percibido por el mercado de movimientos más amplios de las divisas en el futuro. Esa relación ahora mismo es más alta para el dólar canadiense (1,39) que para cualquier otra divisa del G-10 cuando se toma el plazo de seis meses. Esto contrasta fuertemente con el carácter generalmente bajo de la volatilidad del loonie. Si se excluye el shock inicial por el covid entre febrero y marzo de 2020, hay que remontarse 10 años atrás (octubre de 2014) para ver un ratio de volatilidad implícita/histórica del dólar canadiense igual o superior a 1,40.
En su análisis, Pesole empieza poniendo el dedo índice sobre Trump. Sus amenazas arancelarias, acusando a Canadá de no colaborar con EEUU en materias como el control migratorio o la lucha contra el tráfico de drogas, han generado una prima de riesgo que los analistas de ING estiman en aproximadamente un 2% a los niveles actuales del cruce dólar estadounidense/dólar canadiense. «Es decir, el exceso de apreciación del USD/CAD que no está justificado por factores de mercado como los tipos, la renta variable o las materias primas, sino que está relacionado con una fuerza bajista adicional que actúa sobre el loonie, en este caso, el riesgo arancelario», explica el experto.
Esta prima de riesgo hay que situarla en su contexto histórico. Actualmente se encuentra en el límite superior del nivel de desviación estándar de 1,5. Cuando las tensiones comerciales entre EEUU y Canadá aumentaron a mediados de 2018 antes de la renegociación del tratado de libre comercio TLCAN (luego renombrado USMCA), esa prima de riesgo alcanzó un máximo de alrededor del 2,5%. Esa vez, sin embargo, los aranceles estadounidenses solo afectaron al acero y al aluminio canadienses.
Ahora, los riesgos para el loonie son materialmente mayores esta vez en comparación con 2018, alerta Pesole: «Trump está sonando más agresivo en el proteccionismo y la amenaza explícita de aranceles del 25% sobre todas las exportaciones canadienses es un riesgo muy grave para la economía de Canadá, que depende en gran medida de las exportaciones a los EEUU. La opinión generalizada es que los aranceles estadounidenses enviarían a Canadá a la recesión, y la reacción de un Banco de Canadá cada vez más orientado al crecimiento podría ser recortar aún más los tipos».
El efecto ‘bola de nieve’
Los hecho lo confirman. Los últimos esfuerzos del BoC se han orientado a dar un respiro a una economía muy sensible a los tipos antes de cualquier posible impacto proteccionista. Ningún banco central del G-10 ha recortado los tipos más que el BoC este año (175 puntos básicos en total), y el mercado de swaps prevé otros dos recortes en 2025 hasta el 2,75%. «La flexibilidad del BoC en el lado acomodaticio, basada en las preocupaciones sobre el crecimiento, podría desencadenar fácilmente una nueva tendencia pesimista en la curva del dólar canadiense y una mayor depreciación del mismo en caso de que se materialicen los temores proteccionistas», enfatiza el analista de ING.
En un escenario a medio plazo, Pesole no descarta un movimiento hacia los 1,50 en los próximos meses si el diferencial de política entre la Fed y el BoC se amplía aún más, especialmente en un escenario de guerra comercial entre EEUU y Canadá. Sin embargo, agrega el experto, otro 4-5% de apreciación del USD/CAD llevaría al par a una sobrevaloración que superaría el límite superior de 1,5 desviaciones estándar. «Un salto repentino hacia la sobrevaloración de una divisa con una volatilidad históricamente baja como el loonie conlleva un mayor riesgo de una rápida corrección, a menos que vaya acompañado de un fuerte deterioro de los fundamentos económicos (los motores a largo plazo de una divisa)», puntualiza el estratega de divisas.
En su prospectiva, Pesole alerta del riesgo de llegar a un escenario con la divisa canadiense a 1,50 y una guerra comercial al rojo vivo (los aranceles del 25% deslizados por Trump). En esa coyuntura, «podríamos ver un efecto ‘bola de nieve’ en el que el BoC redujera aún más los tipos para apoyar una economía golpeada por los aranceles, añadiendo efectivamente una presión de depreciación sobre el loonie«. Trump podría, va más lejos Pesole, protestar entonces por la debilidad del dólar canadiense tildándolo de ventaja competitiva, como ya hizo con el yuan y China en 2018. Si eso resultara en más aranceles estadounidenses, el loonie continuaría depreciándose, potencialmente más allá de la marca de 1,50.
La política local, una carta peligrosa
Si las primeras voces de Trump, aún sin haber entrado en la Casa Blanca, han hecho daño al loonie (el presidente de electo de EEUU ha llegado a decir a Canadá que estaría mejor siendo un Estado más de EEUU), la crisis política interna que vive el país redondea la tormenta perfecta que se ha formado sobre la divisa. En diciembre, la dimisión por sorpresa de la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, por las fricciones con el primer ministro Trudeau, en torno precisamente a las medidas presupuestarias ante los riesgos arancelarios, ha elevado cuantiosamente las probabilidades de un anticipo electoral de unos comicios legislativos previstos para octubre de 2025.
Las cosas han seguido precipitándose en los días posteriores. Poco después de la dimisión de Freeland, el Ministro de Vivienda y estrella emergente del partido de Trudeau, Sean Fraser, anunció que no se presentaría a la reelección. A los pocos días, los liberales sufrieron una aplastante derrota en las elecciones especiales de la Columbia Británica, la tercera del año.
Ante todos estos ‘fuegos’, toda la atención se centra ahora mismo en si el liberal Trudeau, en el poder desde 2015, tirará la toalla y dejará la política o si optará por un cuarto mandato cuando la división en torno a su continuidad ya es patente en sus filas. Los medios de comunicación sugieren que al menos 60 diputados liberales estarían dispuestos a firmar una carta pidiendo su dimisión inmediata. Incluso si esa estrategia fracasa, el primer ministro podría enfrentarse a otra moción de censura en el Parlamento.
Las últimas encuestas insinúan con fuerza que el próximo Gobierno será conservador, con el líder de la oposición Pierre Polievre como primer ministro. «Las perspectivas de reelección del Partido Liberal están por los suelos. A falta de un gran cambio en las encuestas, ya no se trata de saber si los conservadores ganarán las elecciones federales previstas para octubre de 2025, sino por cuánto», escribe en un informe para clientes Bradley Saunders, analista de Capital Economics.
«Polievre es políticamente más cercano a Trump, lo que a largo plazo podría ser un buen augurio para la relación entre Canadá y EEUU, aunque recientemente se refirió a la amenaza arancelaria de Trump como injustificada y dijo que las represalias comerciales son una posibilidad», hacen un primer trazado desde ING. La agenda política de Polievre se centra en una política fiscal más laxa y en el aumento de la producción de recursos energéticos, ambos aspectos positivos para el dólar canadiense a medio plazo. Sin embargo, advierten desde ING, su capacidad para renegociar el USMCA y rebajar las tensiones comerciales con EEUU sería inevitablemente el principal canal para el impacto en las divisas.
«Cabe esperar que un gobierno conservador elimine el impuesto sobre el carbono y reduzca aún más la inmigración. Con el déficit presupuestario en gran medida bajo control, cualquier recorte del gasto probablemente se vería compensado en gran medida por recortes de impuestos, lo que daría lugar a una política fiscal algo más restrictiva. El resultado neto podría ser una política monetaria ligeramente más laxa de lo que habría sido el caso con los liberales», cierra Saunders desde Capital Economics. Paradójicamente, una laxitud que ayudaría a empujar hacia abajo al loonie.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
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En la sección: elEconomista Mercados