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Principios de minimización y de proporcionalidad en el tratamiento de datos personales

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El principio de minimización y el principio de proporcionalidad en el tratamiento de datos personales son conceptos fundamentales dentro de las normativas de protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea. Ambos principios están diseñados para garantizar que las organizaciones manejen los datos personales de manera responsable, ética y conforme a la ley, limitando su obtención, su uso y la conservación de los mismos, reduciéndolo a lo estrictamente necesario.

El principio de minimización establece que los datos personales recopilados y procesados deben ser adecuados, pertinentes y limitados a lo necesario en relación con los fines específicos para los cuales se tratan. Esto implica que una organización no debe recoger más datos de los necesarios, ni tratar datos personales que no tengan un propósito claramente definido.

Este principio exige a las organizaciones que en sus procesos de recopilación y tratamiento determinen las razones existentes para identificar y justificar qué datos necesitan, cómo los usarán, y si es posible alcanzar los mismos objetivos con menos datos o de forma anónima, para asegurarse de que no estén recogiendo información innecesaria o excesiva.

Desde una perspectiva eminentemente práctica, este principio de minimización en los tratamientos de datos personales exige el desarrollo de una serie de actuaciones concretas, que son las siguientes: a). Definir los fines del tratamiento, y con ello, antes de recoger cualquier dato, las organizaciones deben determinar claramente el propósito específico del tratamiento. Esto evita una recopilación excesiva o indiscriminada de datos personales. b). Eliminar aquella información que sea redundante. c). El uso de herramientas y medidas técnicas, siendo recomendable el uso de aquellas que permitan anonimizar o seudonimizar los datos personales siempre que sea posible, ya que estas técnicas reducen la exposición al riesgo, y, cumplen con el principio de minimización.

Por otro lado, el principio de proporcionalidad complementa al de minimización, y, establece que las medidas y acciones adoptadas en el tratamiento de datos personales, deben ser proporcionadas al objetivo que se persigue. Este principio busca garantizar que el tratamiento de los datos sea razonable y no excesivo en relación con los fines perseguidos, el cual tiene una dimensión más amplia, ya que no solo se centra en la cantidad de datos recopilados, sino también en las medidas empleadas durante el tratamiento, como la seguridad, las herramientas de monitoreo y las políticas de conservación.

Es decir, cualquier obtención, uso, transferencia o almacenamiento de datos debe ser razonable en relación con los fines legítimos que motivan dicho tratamiento. Esto implica que las organizaciones no pueden justificar el uso de métodos intrusivos o excesivos para recopilar o procesar datos personales si existen alternativas menos invasivas para alcanzar el mismo propósito.

Desde una perspectiva práctica el principio de proporcionalidad presenta las siguientes características: a). La relación entre los medios y los fines. En este sentido, las organizaciones deben evaluar si los medios utilizados para recopilar y tratar los datos son proporcionados en relación con el propósito perseguido. Esto incluye limitar el acceso a los datos únicamente a las personas que realmente los necesiten para cumplir con su función. b). La duración del almacenamiento. El principio de proporcionalidad exige que los datos se conserven únicamente durante el tiempo necesario para los fines del tratamiento. Los datos que ya no son útiles deben eliminarse de forma segura. c). El tratamiento de los datos personales debe ser equilibrado en términos de intrusión en la privacidad.

La importancia de estos principios radica en su papel para proteger la privacidad de las personas, garantizar la ética en el manejo de información personal y prevenir abusos en el tratamiento de los datos.

Su cumplimiento no solo protege a las personas frente a riesgos como la pérdida de privacidad, discriminación o uso indebido de su información, sino que también refuerza la confianza del público en las entidades que manejan sus datos. Además, el respeto a estos principios permite a las organizaciones cumplir con las normativas legales, evitando sanciones legales y daños reputacionales.

En la práctica, para aplicar estos principios, las organizaciones deben implementar medidas como la realización de evaluaciones de impacto de privacidad, diseñar procesos y sistemas que limiten el acceso y el uso de datos únicamente a lo necesario, y establecer políticas claras sobre la eliminación de datos personales una vez que ya no sean requeridos. Consecuentemente con ello, puede afirmarse que los principios de minimización y proporcionalidad son pilares esenciales para garantizar que el tratamiento de datos personales sea justo, transparente, y respetuoso con los derechos fundamentales de las personas.

En lo que se refiere a la relación entre ambos principios, debe indicarse que, aunque el principio de minimización y el principio de proporcionalidad son diferentes, están profundamente interrelacionados. Ambos buscan equilibrar los derechos de privacidad de las personas con las necesidades legítimas de las organizaciones.

Mientras que el principio de minimización se centra en reducir al mínimo la cantidad de datos tratados, el principio de proporcionalidad asegura que las medidas empleadas en dicho tratamiento no excedan lo necesario. Ambos principios están diseñados para proteger los derechos de los individuos, específicamente su derecho a la privacidad y a la protección de sus datos personales, y reducen el riesgo de discriminación, abusos o violaciones de los datos sensibles.

El hecho de reducir la cantidad de datos tratados, y, garantizar que el tratamiento sea proporcionado minimiza los riesgos de fugas de información, ciberataques, y, otros incidentes de seguridad. Debe indicarse, que ambos principios promueven el uso responsable de la tecnología, ya que al fomentar prácticas como la anonimización, la seudonimización, y, el almacenamiento selectivo, las organizaciones pueden innovar sin comprometer la privacidad.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-12-22 19:32:00
En la sección: elEconomista Seleccion

Publicado en Economía y Finanzas

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