El yogur, alta y reiteradamente recomendado por instituciones como la Fundación Española de Nutrición, es un derivado lácteo versátil y sencillo para utilizar y combinar en la cocina, para sacarle todas sus propiedades nutricionales (que son muchas y muy buenas).
El yogur tiene la capacidad de intensificar o suavizar los matices de otros alimentos, aportando cierto toque de acidez y aportándoles su gran contenido en probióticos, esos microorganismos vivos que interaccionan con la microbiota intestinal reforzando las defensas, reduciendo la inflamación y favoreciendo el normal funcionamiento del sistema digestivo.
Pero es que, además de sus beneficios ampliamente demostrados, el yogur puede multiplicarlos si se acompaña de otro alimento natural, la miel. A continuación, y gracias a una reciente investigación, vamos a averiguar por qué.
Yogur con miel, la pareja saludable perfecta
La miel se utiliza en cocina para endulzar de una manera más natural y saludable (aunque no menos calórica) infinidad de recetas. Con el yogur, es un compañero también muy utilizado en la dieta mediterránea. Pero es que ahora se ha sabido, gracias a un estudio llevado a cabo en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y publicado en la revista científica The Journal of Nutrition, que añadir miel al yogur incrementa significativamente la cantidad y la supervivencia de los probióticos.

Los probióticos, como hemos explicado anteriormente, son esos microorganismos vivos que, al llegar al intestino, equilibran infinidad de funciones de éste, y del aparato digestivo. El único problema con el que nos encontramos en este caso es que, al estar vivos, estos microorganismos son perecederos y podrían no llegar en la cantidad saludable necesaria para cumplir su objetivo por culpa de los ácidos con los que se encuentra en el estómago.
Pues bien, este estudio científico ha puesto de manifiesto que la miel es un ingrediente natural capaz de mejorar la cantidad de probióticos que llegan al intestino, así como la supervivencia de éstos. Porque los probióticos son saludables, pero si no forman las correspondientes colonias en el aparato digestivo su efectividad desaparece.
Resultados positivos también en la salud emocional
Por si fuera poco el descubrimiento de los beneficios que aporta la miel en el yogur para la proliferación de probióticos en el organismo, la investigación apunta al mismo tiempo a una reacción positiva de esta mezcla de ingredientes en el estado de ánimo de quienes se sometieron a la prueba. Así pues, desde la Universidad de Illinois, aseguran que combinar yogur y miel podría tener repercusiones en lo que se refiere a la reducción de la percepción del estrés.

Así pues, parece ser que los alimentos fermentados, como es el caso de este derivado lácteo y sus probióticos, en sinergia con la miel, podría aportar beneficios que van más allá del aparato digestivo. No en vano, se habla en ciencia del eje microbiota-intestino-cerebro, puesto que parecen ser conceptos íntimamente relacionados.
Algunos puntos básicos que se desprenden de la investigación
El yogur griego y otros derivados lácteos contienen cepas probióticas como bifidobacterium animali, además de los cultivos presentes en el yogur de forma convencional. El consumo de ciertos probióticos puede promover la salud digestiva y los movimientos intestinales regulares, y puede tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la cognición.

«Las enzimas de la boca, el estómago y los intestinos ayudan a la digestión y facilitan la absorción de nutrientes, pero también reducen la viabilidad de los microbios. Eso es bueno cuando se trata de patógenos, pero no necesariamente cuando se trata de bacterias beneficiosas”, expone Hannah Holscher, profesora asociada en el departamento de Ciencias de la Alimentación y la Nutrición. Y añade: “Queríamos ver si la miel podía ayudar a las bacterias probióticas a sobrevivir en el intestino”.
“Nuestros hallazgos demostraron que combinar miel con yogur favorecía la supervivencia de las bacterias probióticas del yogur en el intestino, por lo que los resultados del estudio de laboratorio se tradujeron en una aplicación real en humanos”, afirma Holscher.

“La investigación ha descubierto que una cucharada de miel en una ración de yogur ayuda a mantener la supervivencia de los probióticos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la miel es un azúcar añadido y la mayoría de las personas deben tener en cuenta la cantidad de azúcar que ingieren, para mantener un peso corporal saludable”, afirmó. “En cualquier caso, queda demostrado que añadir un poco de miel al yogur sin azúcar es una buena combinación culinaria para incorporar en la rotación de menús”.
«También puedes agregarle aderezos para hacer un parfait de yogur y ayudar a la salud intestinal y al microbioma al incluir más fibra en tu dieta. Por ejemplo, puedes agregar bayas y semillas, o nueces, y rociar un poco de miel por encima», concluye Holscher.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-09-25 01:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía