En España es habitual escuchar entre la gente eso de “yo sin pan no sé comer”. Y es que este producto es uno de los más consumidos, ya que, dejando de lado lo bueno que está recién sacado del horno, es el acompañante perfecto y necesario para untar salsas, hacer bocadillos, o simplemente usar a modo cuchara para ir comiendo el plato principal.
Sin embargo, como con todo, hay una parte negativa: pasados unos días se pone duro, pierde su textura y es imposible comerlo. Pero eso era hasta hoy, porque existe un truco que se ha hecho viral en redes sociales que promete recuperar el pan duro y que parezca recién hecho.
Así que, si tú también quieres saber cómo hacerlo, sigue leyendo.
Ni tostadora ni freidora de aire: agua y un horno
El truco es súper sencillo y eficaz. Consiste en aprovechar la humedad que le aporta el agua y el calor del horno para rehidratar el pan y devolverle su textura original; una corteza crujiente y una miga mullida.
Lo primero que hay que hacer es precalentar el horno a 200º y mientras tanto, vamos humedeciendo el pan duro, pasándolo por debajo del grifo rápidamente. También podemos mojarnos las manos e ir frotando el pan para que absorba el agua. Es importante que no tenga un exceso de agua, solo queremos humedecerlo suavemente.
Después, cuando el horno haya llegado a la temperatura, metemos nuestra barra de pan humedecida en la bandeja del horno y la dejamos durante unos minutos, más o menos 6-7, pero hay que vigilarlo porque estos tiempos puede variar dependiendo de la potencia del electrodoméstico y del tamaño del pan.
Cuando veamos que el pan está dorado de nuevo y crujiente, lo sacamos del horno con cuidado de no quemarnos, lo dejamos que atempere, y ya lo tenemos como si estuviese recién hecho y listo para comer.
¿Por qué funciona este método?

Este truco es eficaz porque el pan, con el paso de los días, se seca y se endurece debido a la pérdida de agua. Por eso, al reintroducir humedad en la corteza y luego calentarlo en el horno, el pan se rehidrata y vuelve a recuperar su estado natural.
De la misma forma, el calor del horno no solo ayuda a distribuir esa humedad que hemos introducido de manera uniforme por toda la barra, sino que también revive la corteza, haciéndola crujiente, y le aporta jugosidad a la miga, quitándole así esa textura chiclosa que tanto le caracteriza cuando han pasado varios días.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-08-20 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía