Es como ir a un museo

Martín Berasategui es uno de los cocineros de mayor renombre en España. Es el chef que puede presumir de tener más Estrellas Michelin, pero también el que posee más Soles Repsol. Conocido mundialmente por la calidad excelente que se ofrece en sus restaurantes de alta cocina, ha podido demostrar su perfección en los fogones tras mucho años en el sector. Por los 13 locales que forman parte del imperio del vasco pasan cada día cientos de personas que buscan probar sus delicia. 

Una de esas tantas personas que ha visitado uno de sus locales ha sido Arturo Lemman. El famoso tiktoker gastronómico conocido como El Arturito (@soyelarturito), que cuenta con más de dos millones de seguidores, ha estado en el restaurante de Bersategui en Lasarte-Oria (San Sebastián), con tres Estrellas Michelin, para probar su menú degustación de 395 euros. 

La experiencia de Arturo Lemman en el restaurante de Berasategui 

El primer plato que probó el tiktoker es un corso con algas y caviar que consiguió conquistar su paladar, al igual que la falsa oliva marinada. Tampoco se quedó atrás el milhojas caramelizado de anguila ahumada con foie, cebolleta y manzana verde, del que El Arturito destacó que fue el plato que les hizo conquistar su primera Estrella Michelin y que, a pesar de que actualmente es una combinación muy común, «en el 93 fue algo muy arriesgado».

Tras estos primeras elaboraciones, llegó el momento otras recetas de la alta concina de Berasategui como, por ejemplo, la guilda con tartar de atún, el balfego cremoso de anchoas y el canelón de crustáceos con pepino dulce, salmón y jubo de hierbas. Durante la comida, van ofreciendo diversos tipos de panes como, por ejemplo, el brioche con tocineta ibérica que, según Arturo Lemman, estaba delicioso pero «esperaba mucho más». 

El rape negro sorprendió al tiktoker gastronómico debido a su textura porque estaba «toda carnosa» y en su punto. El cordero lechal es el encargado de cerrar los platos salados del menú degustación de Berasategui. Una elaboración que para Lemman estaba espectacular. 

Le quedó hueco para los postres. Empezó con el helado de gin frío y caliente con fresas y lima que le encantó por esa increíble mezcla. Más elogios para el falso limón con jugo de albahaca, judía verde y almendra y la esponja helada de cacao. 

Después de su experiencia, Arturo Lemman no tuvo dudas y aseguró que «estos lugares no son para todos y no es un tema económico». De hecho, fue más allá: «Ir a un restaurante así es como ir a un museo donde te puedes comer todo, pero es ir a apreciar el arte de la alta cocina».