Mallorca es un destino soñado en cualquier época del año, y es que sus costas que bañan el paisaje, el encanto de sus pueblos y ciudades, y por supuesto su gastronomía hacen de esta isla un lugar con una magia especial.
Como en cualquier otra ciudad del mundo, descubrir Palma con el paladar es una de las maneras más deliciosas de entender su producto, su tradición y su recetario, y si hay alguien que, a pesar de su origen tiene la gastronomía mallorquina estudiada el dedillo, ese es Simon Petutschnig, el chef de Fera.
A pesar de ser austriaco de nacimiento, Petutschnig lleva más de 25 años en España de los cuales los últimos diez los ha pasado afincado en Mallorca, donde ha desarrollado una sensibilidad especial con el producto que esta tierra nos regala. Aunque ha terminado en la isla prácticamente por azar, el chef ejecutivo de Fera es un enamorado del producto mallorquín y de la artesanía del mismo, motivo por el cual parte de los ingredientes que se sirven en el local los producen ellos mismos, y los que no los sirven los proveedores locales de confianza.
Un oasis de naturaleza en pleno centro de Palma
En un callejón colindante con el paseo Jaume III de Palma de Mallorca encontramos un antiguo palacete sobre el que se levanta Fera, un restaurante dividido en dos espacios donde, con un espectacular jardín interior donde homenajean a la cultura mallorquina tanto con su gastronomía como con su entorno.
En este espacio podemos encontrar una decoración que rezuma así aires del Mediterráneo en conexión con el arte local, como la escultura de Lin Utzon, artista con taller en Santanyí, hasta las obras plásticas con hilos del artista de Sóller Toni Garau o los lienzos del pintor menorquín Antoni Pedraza.
Sus propios productos
Desde el propio restaurante aseguran que «la propuesta gastronómica de Fera se define como un homenaje a los orígenes payeses y a la cocina tradicional mallorquina, desde sus montes, hasta sus costas mediterráneas, una cocina arraigada al territorio de la isla con recetas que ponen en valor los productos y productores autóctonos».
Por ello, para este restaurante los productores que sirven los ingredientes que utilizan tanto en su menú como en su carta son fundamentales, por lo que algunos de ellos como la miel, el vino o el aceite, los producen ellos mismos.
«Fera cuenta con ingredientes de producción propia en la Finca de Son Naava, como el aceite de oliva, el vino, la miel, los cítricos y las almendras, que se producen en régimen biodinámico. Una producción certificada con el sello de Biodynamic Federation Demeter International», aseguran desde este local sobre sus propios productos.
Su menú: Aixó ès Mel
Aunque en Fera tenemos la opción de comer de carta, sin duda su menú es uno de los atractivos del lugar. «Este menú se alza como una oda a la tierra y el mar que han alimentado a los mallorquines durante siglos y donde el respeto a la autenticidad y el foco en la calidad de la materia prima se alzan como pilares fundamentales de la propuesta», aseguran desde el local donde confiesan que el nombre que le han dado (Això és Mel) viene de una expresión local que elogia aquellas recetas percibidas como exquisitas y aquellos entornos que resultan reconfortantes, en consonancia con lo que busca transmitir.
El menú consta de diez pases donde encontramos productos como el cordero criado en la sierra de Tramuntana, el tomate o la berenjena de huertos de proximidad, o los pescados del mar Mediterráneo que baña sus costas, hasta productos tan arraigados al territorio como la sobrasada mallorquina o los quesos locales.
El menú tiene un precio de 145 euros con opción a maridaje de vinos selección por 185 euros más o a vinos clásicos por 95 euros extra. También existe la opción de añadir un pase de wagyu Mudéjar con un coste extra de 59 euros, o de wagyu Miyazaki por 69 euros. Además, podemos elegir un extra de queso de las Islas Baleares con texturas por 16 euros más.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2025-01-31 03:45:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía