Se podría decir que la berenjena es uno de esos productos que ya a nivel visual te conquistan. Esa piel morada tan tersa y brillante que esconde una carne suave y esponjosa con la que preparar infinidad de elaboraciones.
Rellenas, en acordeón, como base de mini pizzas, en parmigiana, con bechamel… maneras de preparar berenjenas existen infinitas, aunque sin duda una de las más populares en nuestro país es rebozadas y fritas, un plato sencillo y fácil de preparar que conquista a pequeños y mayores.
Aunque las berenjenas rebozadas son un plato delicioso, es una de las formas de preparar esta hortaliza de la que tampoco debemos abusar, ya que al cocinarse en aceite y con un rebozo absorberán más aceite del deseado, aportando a nuestra dieta una cantidad de grasas que tal vez no necesitamos.
Otra manera de poder comer esta receta de berenjenas de una manera mucho más ligera y digestiva es intentando evitar que el rebozado absorba exceso de aceite. ¿Cómo podemos conseguirlo? Te lo contamos.
Cerveza, huevo o sal para evitar que la berenjena absorba aceite
Es posible en tu casa exista ya un truco para evitar el exceso de grasa en esta receta, aunque si todavía no has descubierto cómo conseguirlo, toma nota de estas tres maneras de controlarlo.
La primera opción es pasar las berenjenas por el horno antes de rebozarlas y freírlas. Si las horneamos previamente durante unos minutos a baja temperatura, la textura y consistencia del alimento no cambiará, pero conseguiremos que al freírlas absorban menos aceite.
Además de para bajar el amargor de la berenjena, la sal nos sirve también para conseguir que el rebozado se empape menos de aceite. ¿Cómo proceder? Cortamos las berenjenas en rodajas, espolvoreamos un poco de sal y las dejamos reposar durante media hora aproximadamente. Al haber soltado el agua de la pulpa con ayuda de la sal, absorberá menos aceite.
El tercer truco consiste en utilizar huevo o cerveza para bañar las berenjenas antes de freírlas. De esta manera se creará una capa protectora que evitara que cojan demasiado aceite.
Propiedades de la berenjena
El color morado de las berenjenas se debe a las antocianinas, un grupo de pigmentos vegetales presentes en vegetales y frutas. Se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y antioxidantes. Aunque no contiene muchas vitaminas, posee sustancias que estimulan el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar. Favorece la eliminación de líquidos, rebaja los niveles de colesterol en sangre, reduce la presión arterial y es buena para el sistema nervioso.
Desde la Fundación Española de Nutrición explican que su valor energético y nutritivo es pequeño comparado con el de otras verduras y hortalizas, siendo el componente mayoritario en su peso el agua: «Es de contenido fibroso medio, pero más localizado en piel y semillas. La piel de la berenjena contiene una antocianina, la nasunina, con acción antioxidante. Además, la berenjena contiene cierta cantidad de un alcaloide tóxico llamado solanina, que aparece mucho más en las partes verdes de la planta y en los frutos poco maduros. La solanina desaparece con el calor, de modo que una berenjena madura, bien preparada y cocinada no supone el más mínimo riesgo», explican desde su web.
Por cada 100 gramos, la berenjena contiene:
- Calorías: 27
- Proteínas: 1,2 gr
- Hidratos de carbono: 4,4 gr
- Grasas: 0,2 gr
- Agua: 93 gr
- Fibra alimentaria: 3 g
- Proteínas: 1,2 gr
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-11-15 07:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía