La bella Italia siempre es todo un reclamo para los amantes de la gastronomía. Mucho más allá que la pasta o la pizza, la región italiana guarda auténticos platos deliciosos con ingredientes propios de la cocina Mediterránea. Así como pasa en España o Grecia, el sur de Europa cuenta con una de las mejores materias primas, por lo que resultados en las mesas siempre tienen las mismas características: son vistos, huelen bien y están muy ricos. Quizás a la hora de viajar, sin desprestigiar al turismo, lo que se busca también es comer bien.
De todos los lugares que puede ofrecer el país italiano, no hay dudas de que Florencia es una de esas ciudades con mucho encanto. Su impresionante catedral de Santa María de Fiore o reclamos artísticos como el David de Miguel Ángel le hacen ser merecedora capital de la región de la Toscana, donde la buena comida abunda. Es precisamente en estas calles florentinas donde se encuentran algunos de los mejores restaurantes italianos. En uno de ellos probamos la mejor pasta al tartufo.
Osteria Pastella y su especilidad: pasta al tartufo

Llegar a la osteria Pastella se siente como viajar a la antigua Italia, aquella en la que ese local ahora lleno de mesas y comensales, antes era una hospedería. A la vista de todos, una mesa llena de harinas y formas mientras una de sus empleadas preparan pasta fresca de todo tipo: rigatoni, ravioli, pappardelle o gnocchi. Pero, basta con un echar solo un pequeño vistazo para ver que tienen una especialidad por encima de todo.
Una rueda gigante de Grana Padano espera en un carrito, aunque no por mucho tiempo, ya que la pasta al tartufo es la más solicitada. Para ser más exacto, en su carta se puede leer Tagliatelle flambé al tartufo fresco in crosta di Grana Padano. Aunque su precio, 28 euros el plato, puede parecer elevado en el momento, su sabor disipa cualquier duda.
Cómo preparan esta pasta con trufa y Grana Padano
Una vez elegida la especialidad, es hora de los camareros empezar el espectáculo. Para ello, el carrito con la rueda de Grana Padano se sitúa cerca de la mesa y el camarero comienza a flambear el queso para seguidamente rascar la superficie e ir sacando lascas de queso. Una vez el queso ligeramente derretido tapan con un paño y van en busca de la pasta fresca ya hidratada.
Los tallarines se funden en la rueda con una manteca de nata, agua de cocción y aceite de oliva, donde se termina de cocinar la pasta integrando bien todos los ingredientes. Con sumo cuidado y mano italiana, los tallarines pasan a un plato enrollados donde se pone la guinda final. Primero muelen la pimienta al momento y coronan con una trufa blanca abierta y rayada frente a los comensales. A partir de ese instante solo queda disfrutar.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2025-06-09 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía