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Zanahorias asadas con gremolata de eneldo, una receta ideal como entrante

Zanahorias asadas con gremolata de eneldo, una receta ideal como entrante

Amo las zanahorias en todas sus formas: cocidas, crudas, asadas o en ensaladas, siempre son un acierto. Seguramente ya estás imaginando unas zanahorias naranjas, deliciosamente condimentadas, listas para disfrutar. Pero, ¿sabías que las zanahorias no siempre fueron naranjas?

Originalmente, las zanahorias eran moradas, blancas, rojas o amarillas. Las más antiguas, como la morada, se cultivaban hace más de 5.000 años en regiones como Afganistán, Irán y Pakistán. Sin embargo, existen registros históricos que indican que las primeras zanahorias naranjas ya aparecieron en el siglo VI, aunque eran más duras y fibrosas que las actuales. No fue hasta los siglos XVI y XVII cuando los agricultores holandeses seleccionaron y perfeccionaron esta variedad, haciendo que fuera más dulce y tierna.

Según la leyenda, esta nueva zanahoria se convirtió en un símbolo nacional en los Países Bajos porque coincidía con el color de la Casa Real de Orange-Nassau, la dinastía gobernante. Aunque la variedad naranja se impuso en todo el mundo, en los últimos años las zanahorias moradas, blancas y amarillas han vuelto a ganar popularidad por su riqueza en antioxidantes y su llamativa apariencia.

Con esta historia en mente, te invito a probar esta deliciosa receta de zanahorias asadas con gremolata de eneldo, que resalta el increíble sabor y versatilidad de este vegetal. Solo necesitas 30 minutos y unos pocos ingredientes para disfrutar de unas zanahorias asadas tiernas, caramelizadas y llenas de sabor.

Ingredientes 

  • 2 manojos de zanahorias (aproximadamente 700 g), lavadas y con las hojas recortadas a 2-3 cm.
  • 120 ml (8 cucharadas) de aceite de oliva virgen extra, dividido.
  • ½ cucharadita + ⅛ cucharadita de sal marina integral o sal celta, dividida.
  • 2 cucharadas de eneldo fresco picado.
  • Ralladura de 1 limón (aproximadamente 1 cucharadita).
  • 1 diente de ajo finamente picado (entre ½ y 1 cucharadita según el gusto).
  • 30 g de queso feta desmenuzado.
  • 20-30 g de pistachos pelados y picados (opcional).

Notas sobre los ingredientes

  • Zanahorias: Es preferible usar zanahorias de manojo, ya que suelen ser más delgadas, sabrosas y de cocción uniforme. Si no las encuentras, puedes sustituirlas por zanahorias normales, cortándolas en bastones similares en tamaño.
  • Eneldo fresco: Sustituye al perejil que tradicionalmente lleva la gremolata, aportando un toque primaveral que combina muy bien con las zanahorias.
  • Pistachos: Son opcionales, pero su textura crujiente complementa perfectamente la suavidad de las zanahorias.

Elaboración

  1. Precalienta el horno a 220 °C (calor arriba y abajo).
  2. Coloca las zanahorias en una bandeja grande para hornear. Rocíalas con 60 ml (4 cucharadas) de aceite de oliva y espolvorea con ½ cucharadita de sal. Usa las manos para cubrirlas bien con el aceite y la sal. Extiéndelas de forma que no se superpongan y hornéalas durante 25 minutos, o hasta que estén tiernas y ligeramente caramelizadas.
  3. Mientras las zanahorias se asan, en un bol pequeño mezcla el resto del aceite de oliva (60 ml / 4 cucharadas), el eneldo picado, la ralladura de limón, el ajo picado y la ⅛ de cucharadita de sal. Si la mezcla está demasiado espesa, añade 1 o 2 cucharadas más de aceite de oliva hasta que tenga una textura menos pastosa.
  4. Cuando las zanahorias estén listas, colócalas en una fuente o un plato grande. Vierte la gremolata de eneldo por encima, distribuyéndola de manera uniforme.
  5. Espolvorea las zanahorias con el queso feta desmenuzado (deshaz los trozos grandes) y los pistachos picados, si los usas.

Consejo

  • Si prefieres una gremolata diferente, experimenta con cilantro fresco en lugar de eneldo para darle un toque único.
  • Acompaña estas zanahorias con una ensalada fresca o como guarnición para carnes, pescados o legumbres.
  • Para una opción vegana, sustituye el queso feta por una alternativa vegetal o simplemente omítelo.

Propiedades de la zanahoria

Las zanahorias son una excelente fuente de vitaminas y minerales: un recurso muy recomendable para incorporar con frecuencia en la dieta. Entre sus beneficios principales encontramos:

Anti-envejecimiento: El betacaroteno que contienen actúa como antioxidante, protegiendo la piel contra los radicales libres que aceleran el envejecimiento. Además, contribuye a mejorar la apariencia del cutis.

Prevención contra el cáncer: Los carotenoides disminuyen la probabilidad de padecer ciertos tipos de cáncer , como el de pulmón . Estudios señalan que los suplementos de betacaroteno no brindan la misma protección que ingerir alimentos ricos en carotenoides.

Salud visual: Los carotenos -especialmente los betacarotenos- ayudan a mantener una buena visión. Según una investigación, las personas con niveles reducidos de betacaroteno en la sangre tienen hasta cinco veces más riesgo de desarrollar cataratas. Asimismo, las zanahorias aportan luteína y zeaxantina, dos carotenoides que pueden ayudar a retardar la degeneración mácula.

Una porción de 100 gramos de zanahorias crudas: ofrece una excelente fuente de vitamina A, además de vitaminas K, B1 y potasio. También aporta cantidades relevantes de vitamina C, B2, B6, ácido fólico, hierro, magnesio, fósforo, zinc, manganeso y fibra.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es

Publicado el: 2025-01-31 07:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía

Publicado en Gastronomía

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