Menú Cerrar

10 figuras clave de la Revolución rusa (II)

10 figuras clave de la Revolución rusa (II)

Desde el zar caído y un siniestro personaje de su corte, hasta los propios artífices de la Revolución que lo derrocó y algún antibolchevique que emprendió la lucha contrarrevolucionaria, los encontrarás a todos en esta selección (II) de protagonistas de la historia rusa en torno a aquel octubre de 1917.

Figuras clave de la Revolución Rusa: Mólotov, Kámenev, Bujarin, Kolchak, y KérenskiCopilot / Pablo Mora

6. Mólotov, el rostro del régimen

Testigo de todos los vaivenes históricos de su país a lo largo del siglo XX, Viacheslav Mijailóvich Scriabin nació el 9 de marzo de 1890 en Sovetsk y manifestó su compromiso revolucionario desde edad muy temprana. Cuando cursaba sus estudios de secundaria en Kazán, ingresó en el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y participaría en numerosas actividades subversivas, que le costaron en 1909 el arresto y el destierro durante dos años a la región de Vologda.

Cumplida su condena se trasladó a San Petersburgo y cursó estudios universitarios en el Instituto Politécnico a la vez que continuaba su intensa actividad política: participó en la fundación del periódico bolchevique Pravda, donde firmaba sus artículos con el sobrenombre Mólotov (gran martillo), con el que se le conoció desde entonces.

  • Ministro de Exteriores y aliado de Stalin

Nuevamente apresado en 1913, fue exiliado a Siberia; regresó a la capital a tiempo de participar activamente en la Revolución de 1917 como miembro del Comité Revolucionario Militar. Se convirtió en uno de los hombres fuertes del régimen bolchevique y uno de los mejores aliados de Lenin y Stalin.

Fue precisamente su incondicional apoyo al segundo y a sus purgas lo que propició que, durante más de tres décadas, se convirtiera en uno de los políticos con más poder de la Unión Soviética, a cargo de la política exterior.

En 1930, Stalin le agradeció los servicios prestados nombrándolo presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, cargo que ejerció hasta 1941. Más allá de su activa participación en la represión estalinista, fue uno de los principales promotores del proceso de colectivización de la agricultura, pero ha pasado a la Historia fundamentalmente por su papel como ministro de Asuntos Exteriores, cargo que desempeñó desde 1939 y desde el cual se encargó de gestionar las relaciones con la Alemania nazi, firmando el 23 de agosto de ese mismo año el célebre tratado Ribbentrop-Mólotov.

Este pacto de no agresión entre las dos potencias, según algunoshistoriadores, incluía el reparto de esferas de influencia en el Báltico, Finlandia y Polonia. La invasión alemana de Rusia en 1941 empujó al ministro a alinearse con el bando aliado y firmar un tratado con el embajador británico, Richard Cripps, para hacer causa común contra Hitler. Terminada la guerra, Mólotov jugó un papel determinante en las numerosas conferencias internacionales de pazque configuraron el nuevo tablero político global.

Stalin (izda) y Mólotov (dcha)Getty Images

  • Sus últimos años en política

Poco a poco fue perdiendo el favor de Stalin, que planeaba deshacerse de toda la vieja guardia. En 1948 su esposa fue arrestada y condenada al exilio y un año después el propio Mólotov fue cesado. A la muerte de Stalin, volvió a la primera línea de la política como ministro de Exteriores de Kruschev, con el que no tardó en enemistarse. Fue embajador ruso en Mongolia antes de ser expulsado del PCUS en 1961. Murió en 1986.

7. Kámenev, la mano derecha de Lenin

Fue uno de los pilares de la Revolución, pero acabó devorado por el monstruo que él mismo había creado. Su trágico destino es, de hecho, un compendio de los peores horrores del régimen soviético y la evidencia de sus aparatosas disfunciones.

Natural de Moscú, donde nació el 18 de julio de 1883, Lev Kámenev, como muchos otros líderes del movimiento revolucionario, pertenecía a una familia acomodada de clase media. Sus padres eran activistas políticos y Lev siguió desde joven su ejemplo. Ingresó en el Partido Obrero Socialdemócrata con 18 años y se decantó por la facción bolchevique, a la que se adscribió desde 1903.

Fundamental en su proceso de formación fue su viaje a Europa en 1908, donde coincidió con Lenin y su ardor revolucionario explotó definitivamente.

Fue entonces cuando conoció a Olga Bronshtein, hermana de Trotski, que habría de convertirse en su esposa poco antes de emprender el camino de regreso a Rusia en 1914 por expreso deseo de Lenin, de quien se había convertido en discípulo aventajado.

Uno de los principales cometidos de Kámenev debía ser liderar la oposición bolchevique a la participación rusa en la I Guerra Mundial, pero, en el momento de dirigirse a la Duma a la cabeza de sus camaradas para defender su postura, fue detenido y enviado al exilio en Siberia.

Cumplió sus tres años de condena y regresó a la capital en 1917, poco después de la Revolución de Febrero, con el país inmerso en el caos y el desconcierto. Kámenev dio un paso al frente haciéndose cargo, mano a mano con Stalin, de la dirección de los bolcheviques en Petrogrado.

Dadas las circunstancias, ofreció un apoyo condicional y con muchas reservas al nuevo gobierno provisional, pero fue desautorizado por Lenin a su llegada a Rusia en abril de 1917. Desde entonces Kámenev encarnó los ideales moderados del bolchevismo, discutiendo incluso el plan de Lenin de hacerse con el poder derrocando al gobierno. A pesar de todo, formó parte del primer Politburó y fue presidente del Comité Ejecutivo Central del Congreso de los Soviets de Todas las Rusias.

A medida que se deterioraba la salud de Lenin, Kámenev era uno de los mejor posicionados para sucederle.

Figura emblemática
de las
terribles contradicciones
soviéticas, pasó
de delfín
de Lenin a víctima
de Stalin
Getty Images

Finalmente hubo de encajar en el delicado equilibrio de un fugaz triunvirato, formado por Stalin, Zinóviev y él mismo. Entre los tres derribaron a Trotski, pero Stalin era insaciable y acto seguido comenzó a maniobrar para deshacerse de sus dos incómodos camaradas.

En 1934, Serguéi Kírov, uno de los líderes del partido, fue asesinado. Kámenev y Zinóviev fueron acusados sin prueba alguna del crimen en uno de los primeros procesos de la Gran Purga. Kámenev ofreció al tribunal una falsa confesión con el único propósito de salvar a su familia. El 24 de agosto de 1936 murió ejecutado. El acérrimo enemigo de Stalin había caído finalmente.

8. Bujarin, un teórico en el Soviet

Gran teórico de la causa bolchevique, Nikolái Bujarin nació en octubre de 1888 y, como muchos de sus correligionarios, dio inicio a una frenética actividad política en su época de estudiante. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Estatal de Moscú, y fue entonces cuando estalló la Revolución rusa de 1905, cuyo primer acto fue el trágico Domingo Sangriento.

Fue este acontecimiento el que inflamó el ardor revolucionario del joven Bujarin, que decidió adscribirse en 1906 al movimiento bolchevique, mostrando una capacidad de iniciativa extraordinaria desde el primer momento. Bujarin fue acumulando méritos e inevitablemente, en junio de 1911, fue finalmente arrestado por actividades subversivas y condenado al exilio en la costa ártica.

Con todo, logró eludir su cautiverio y escapar a Europa, en primera instancia, y posteriormente a Estados Unidos. Desde el exilio se convirtió en uno de los motores intelectuales del movimiento, en uno de sus teóricos más dinámicos y brillantes, publicando numerosos libros, clásicos de la literatura política revolucionaria como Teoría de la clase ociosa o La economía mundial y el imperialismo, entre otros.

Tras el estallido de la Revolución de Febrero en 1917 Bujarin finalmente regresó a Rusia y asumió un papel protagonista desde el principio, como miembro del soviet de Moscú y como editor de la revista bolchevique Spartacus.

  • Intelectual de referencia

Pronto aumentaron las fricciones doctrinales con Lenin. El líder bolchevique defendía poner fin a la participación rusa en la I Guerra Mundial con un tratado bilateral con Alemania; Bujarin, apoyado por Trotski y otros pesos pesados del movimiento, abogaba por aprovechar la inercia de la guerra para convertirla en una revolución paneuropea. 

Estas desavenencias no evitaron que Bujarin siguiera siendo el intelectual de referencia del bolchevismo y, en calidad de tal, se ocupó de la edición de numerosos medios de comunicación, muy especialmente el periódico Pravda, del que fue director. A la muerte de Lenin, muchos, empezando por Stalin, veían a Bujarin como el líder del ala conservadora del Partido Bolchevique. Lo cierto es que en este período tendió a suavizar sus ideas más incendiarias, abogando por un reformismo económico de medio-largo plazo.

Sus libros políticos alimentaron
la Revolución, pero fue
devorado por la sed de poder
de Stalin, como tantos otros
ASC

  • Un encargo-trampa de Stalin

La caída de Kámenev y Trotski le tocó de cerca y en 1929, tras haber criticado duramente la insaciable sed de poder de Stalin, fue señalado como cabecilla de la llamada “oposición de derecha” y cesado de todos sus cargos. Bujarin se las apañó para sobrevivir claudicando y agachando la cabeza ante Stalin. Gracias a ello logró un puesto en el Comité Central del Partido y el encargo de redactar la Constitución soviética.

Era un espejismo: Stalin quería deshacerse de él y se fabricaron falsas acusaciones de conspiración contra el gobierno. Acusado de alta traición en 1937, fue condenadoa muerte y ejecutado el 15 de marzo de 1938.

9. Kolchak, el golpista frustrado

Fue “el hombre que pudo reinar”, el campeón de la causa antibolchevique, el contrarrevolucionario que más quebraderos de cabeza causó a Lenin. Nacido en los alrededores de San Petersburgo en 1874, Aleksandr Kolchak fue uno de los militares rusos más brillantes de su tiempo.

Graduado en el Cuerpo de Cadetes de la Marina, prestó sus primeros servicios en el lejano Oriente y en el Pacíffico antes de ser ascendido a teniente. Kolchak era un marino ilustrado al que apasionaban la oceanografía y la hidrología. Por ello recibió con entusiasmo, en 1899, la invitación a unirse a una expedición alrededor del Ártico. De regreso a San Petersburgo, presto a celebrar su boda con Sofia Omirova, recibió noticias del estallido de la Guerra Ruso-Japonesa. Kolchak cambió de ruta y puso rumbo a Siberia, donde, tras un matrimonio exprés, se embarcó para combatir a los nipones.

  • Un hombre ilustre del ejército

Tras prestar servicio en diferentes barcos, cayó en las garras del enemigo y sufrió cuatro meses de cautiverio en Nagasaki hasta el fin de la guerra. El comienzo de la I Guerra Mundial significó el ascenso de Kolchak al vértice del escalafón militar. Comandó múltiples operaciones en el Báltico con magníficos resultados, lo que precipitó su nombramiento como contraalmirante y almirante en jefe de la flota del mar Negro.

Era, pues, uno de los nombres más ilustres del ejército ruso cuando estalló la Revolución de Febrero de 1917. Kolchak no vaciló en ponerse al servicio del gobierno provisional, mientras trataba de evitar un desastre en el mar Negro con los marinos amotinados. Indignado y decepcionado con la pasividad del nuevo gobierno, presentó su renuncia.

Huyó del ruido de la Revolución, con el beneplácito de Kérenski, y se refugió temporalmente en EE UU, donde asesoró al ejército norteamericano, que urdía una operación secreta en Constantinopla.

Los británicos quisieron
usar a Kolchak
(aquí,
retratado al
óleo) para
derrocar a los
bolcheviques
de Lenin.
Getty Images

Preparado para embarcar en San Francisco, de regreso a casa, llegaron las noticias del estallido de la Revolución de Octubre que implicaba, entre otras cosas, un acuerdo de paz con Alemania. El furibundo Kolchak decidió continuar la guerra por su cuenta, ofreciendo sus servicios en Asia Central a la Royal Navy británica, pero los ingleses pronto entendieron que tenían al hombre idóneo para intentar derrocar al régimen bolchevique.

Kolchak se puso manos a la obra y fue nombrado ministro de Defensa por el Directorio de Omsk (el gobierno antibolchevique constituido en otoño de 1918). Pero el Directorio no era respuesta suficientemente enérgica contra la amenaza bolchevique, por lo que, con apoyo británico y el respaldo de los cosacos, Kolchak ejecutó un golpe de Estado y se convirtió en Gobernante Supremo y Comandante en Jefe de los ejércitos.

El nuevo dictador fue reconocido por diversas regiones y gozaba de una ventaja estratégica: en su poder estaba la mayoría de reservas de oro del país. Pese al extraordinario ímpetu inicial y los enormes recursos a su disposición, Kolchak fue perdiendo terreno poco a poco a manos del Ejército Rojo. El régimen se deshizo y a comienzos de 1920 fue arrestado y, por orden directa de Lenin, condenado a muerte y ejecutado sin juicio el 7 de febrero.

10. Kérenski, la Revolución blanda

Fue el músculo “blando” de la Revolución rusa, el agitador moderado, el elegido para liderar la transición suave que nunca fue. Aleksandr Kérenski nació en Simbirsk, tierra natal del propio Lenin, el 22 de abril de 1881. Estudió Derecho en la Universidad de San Petersburgo, y fue entonces cuando entró en contacto con ideas subversivas, atraído por los postulados del movimiento revolucionario.

Se graduó en 1904 e inmediatamente ingresó en el Partido Socialista Revolucionario, donde trabajó ejerciendo la abogacía en defensa de camaradas perseguidos por el aparato estatal.

Unos años después, en 1912, decidió presentarse a las elecciones a la IV Duma, logrando su escaño y significándose por su incansable lucha en pro de los derechos civiles. Como consecuencia de dichas actividades fue encarcelado hasta en dos ocasiones, a pesar de que su espectro político era el de la izquierda moderada, lejos de la radicalidad de Lenin y sus adláteres. Kérenski no cuestionaba, y eso lo diferenciaba del ala más izquierdista del movimiento, la participación de Rusia en la I Guerra Mundial; eso sí, era abiertamente crítico con Nicolás II y, cuando la mecha ardió en febrero de 1917, se posicionó inequivocamente al lado de quienes abogaban por la caída de la monarquía.

Fue un socialdemócrata que intentó un imposible: contentar a todos a la vez, a los liberales y a
los bolcheviques
Getty Images

Cuando el último zar fue depuesto, Kérenski era uno de los mejor preparados para asumir puestos de responsabilidad en el gobierno provisional. Él, entre tanto, se esforzaba por mantener un delicado equilibrio, compaginando su ardor revolucionario como miembro del comité ejecutivo del Soviet de Petrogrado con un perfil más institucional, en calidad de nuevo ministro de Justicia.

El reto más sustancial, con todo, llegó con su nombramiento en el mes de mayo como nuevo ministro de Guerra, que lo convirtió en uno de los hombres fuertes del gobierno de coalición liberal-socialista. En un principio, el nuevo ministro fue un revulsivo para las tropas, pero en julio de 1917 lanzó la llamada Ofensiva Kérenski contra los ejércitos alemán y austrohúngaro y, tras un inicio prometedor de la campaña, la iniciativa acabó por revelarse como un perfecto fracaso.

Con todo, tras la crisis de gobierno desatada en el mes de julio, su perfil moderado y sus excepcionales dotes como orador, que aún le granjeaban el apoyo de las masas, propiciaron su nombramiento como primer ministro.

Sus esfuerzos por unir a las diferentes facciones del movimiento revolucionario sólo le llevaron a despertar los recelos tanto de los moderados como de los radicales, quedando en una posición muy comprometida.

Así, cuando los bolcheviques se hicieron con el poder en la Revolución de Octubre, Kérenski ya estaba definitivamente marcado. Escapó hacia el frente y trató de organizar a las tropas para defender la legitimidad de su gobierno, pero no tuvo éxito.

Finalmente se rindió a la evidencia y en mayo de 1918 emprendió el camino del exilio hacia Europa occidental, desde donde trató sin éxito de articular un movimiento de oposición internacional al bolchevismo. En 1940 se mudó a Estados Unidos, donde residió hasta su muerte, el 11 de junio de 1970.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-08-18 06:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp