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Así es el kongamato, el supuesto monstruo volador que algunas culturas africanas describen como un reptil prehistórico real

Así es el kongamato, el supuesto monstruo volador que algunas culturas africanas describen como un reptil prehistórico real

El kongamato no deja de ser, por así decirlo, un pariente pobre de otras criaturas mucho más populares, como el monstruo del lago Ness o el mokèle-mbèmbé. Los tres serían animales de existencia no probada cuyo origen puede rastrearse hasta el folclore centenario de los lugares donde habitan, y sus descripciones recuerdan a la de especies prehistóricas que habrían logrado sobrevivir hasta nuestros días.

Así, Nessie tiene todos los atributos del reptil acuático extinto conocido como plesiosaurio, mientras que el mokèle-mbèmbé sería muy similar a un brontosaurio o un diplodocus. En el caso del kongamato, nos encontraríamos ante alguno de los reptiles voladores de la era de los dinosaurios, los pterosaurios, que habría establecido su hábitat actual en zonas muy concretas de África.

La forma de esta criatura, a tenor de las descripciones y los dibujos esbozados por quienes la han visto o, incluso, han sido atacados por ella, no deja demasiadas dudas sobre su parecido con los pterodáctilos, uno de los pterosaurios extintos más conocidos, que vivieron en África y Europa a finales del periodo jurásico. Por supuesto, esto solo se ha detectado después de que la paleontología descubriera e identificara al animal prehistórico: los testimonios anteriores hablaban, previsiblemente, de dragones, que es a lo que más podría recordar la visión de uno de estos monstruos.

kongamato
Temido por los pueblos del África ecuatorial, el Kongamato ha sido señalado como responsable de ataques misteriosos a embarcaciones y viajeros en regiones remotas. Ilustración artística: DALL-E.

Temibles mordiscos

En su libro «Relatione del reame di Congo» (1591), el explorador y matemático italiano Filippo Pigafetta recogió los testimonios del portugués Odoardo Lopes, afincado en lo que entonces era el reino bemba. El geógrafo y explorador italiano aseguraba que allí había ciertos animales que, “grandes como carneros, tienen alas como las de los dragones, con largas colas, varias filas de dientes, y se alimentan de carne cruda.

Son de color azul y verde, su piel está pintada como escamosa, y tienen solo dos patas. Los negros solían adorarlos como a dioses, y todavía hoy puedes ver varios de ellos que son considerados como una maravilla. Y porque son muy raros, los jefes de las tribus curiosamente los respetan y obligan a la gente a adorarlos, lo que afecta a sus beneficios debido a los regalos y ofrendas que están obligados a ofrecerles”.

Serpientes aladas

En el siglo XVIII, John Barbot, antiguo agente de la Real Compañía Africana Francesa –o, dicho más claramente, comerciante de esclavos–, habló en sus memorias de sus viajes a las costas de Guinea del Sur y recordó: “Algunos negros me aseguran que […] hay serpientes aladas o dragones de cola bífida y una boca increíblemente ancha llena de dientes afilados, que son extremadamente dañinos para los seres humanos, muy especialmente para los niños pequeños”.

Pero el kongamato entró en la era moderna gracias a la aparición de la criptozoología, la pseudociencia dedicada a localizar animales vivos supuestamente extintos.

Uno de sus representantes más conspicuos, Frank Melland, formalizó en el libro «África encantada» (1923) su presunta existencia e informó de que era llamado kongamato por los nativos de la zona, término que puede traducirse por ‘volcador de canoas’. Estableció su radio de acción en Zambia, Angola y el Congo y lo describió como un peligroso reptil similar a un ave, que no vacilaba en atacar animales más grandes, seres humanos o incluso embarcaciones.

Sin embargo, es dudoso que, de existir, tuviera la fuerza suficiente como para darle la vuelta a una canoa, algo que sí hacen con bastante facilidad los hipopótamos. Resulta más lógico que sus ataques repentinos provocaran ataques de pánico entre los tripulantes, que se arrojarían al agua en busca de protección.

kongamato ilustración artística.
Con su silueta semejante a la de un pterosaurio, el Kongamato alimenta leyendas donde lo mítico y lo zoológico se entrelazan en relatos ancestrales. Ilustración artística: DALL-E.

Terror en el río

Y eso es precisamente lo que le ocurrió a otro criptozoólogo, Ivan T. Sanderson, en 1932, cuando navegaba en canoa como parte de la expedición de Percy Sladen. Él mismo contó: “Dejé escapar un grito e inmediatamente me metí bajo el agua, porque, viniendo directamente hacia mí a unos pies por encima del agua, había una cosa negra del tamaño de un águila. Solo puede verle la cara por un instante, pero fue más que suficiente, pues su mandíbula inferior estaba abierta y dejaba ver un semicírculo de afilados dientes blancos. Cuando emergí, se había ido”.

Pero no para siempre: regresó a la caída de la tarde y estuvo a punto de atrapar al compañero de Sanderson, que se agachó a toda velocidad. Tras narrar el episodio a los nativos de la zona, estos les preguntaron dónde lo habían visto, e inmediatamente salieron corriendo aterrorizados en dirección opuesta.

Parte del folclore

Es obvio que el kongamato forma parte del folclore de los pueblos de la zona, aunque las investigaciones de Melland revelaron que no le atribuyen ningún poder u origen sobrenatural. Para ellos existe, pero es solamente una bestia especialmente feroz y peligrosa, desprovista de cualquier atributo místico. De todos modos, sí hay misticismo en las precauciones que toman contra él. Así, los miembros de la tribu kaombe, en la zona noroccidental de Zambia, solían llevar amuletos –llamados muchi wa konganato– como protección en determinados cruces de ríos. Algunas tribus consideran que ver uno es un presagio de muerte.

Una creencia extendida en la zona de Kenia –corroborada hasta una fecha relativamente reciente, 1998– es que el kongamato se alimenta de carne humana en descomposición, y que llega a desenterrar los cadáveres no sepultados a la profundidad suficiente. Un guardia de ganado llamado A. Blaney Percival apuntó que los nativos kambas creían en una gran criatura cuyas huellas solo indicaban la presencia de dos patas y una pesada cola. Vivía en la cima del monte Kenia, desde donde descendía volando todas las noches.

kongamato ilustración artística.
Una criatura que desafía la ciencia y fascina a la criptozoología, el Kongamato se alza como símbolo de los misterios aún sin resolver en la vasta sabana africana. Ilustración artística: DALL-E.

Retrato robot

Existen más testimonios de avistamientos, pero el caso más llamativo fue el del hombre que ingresó en 1957 en el hospital de Fort Rosebery –localidad hoy rebautizada como Masa– con una grave herida en el pecho y una gran cantidad de arañazos por todo el cuerpo. Declaró que le había atacado una criatura “grande, como un pájaro, con un pico largo y grandes alas”. Cuando se le pidió que dibujara al atacante, esbozó un animal muy parecido a un pterodáctilo. En su día, Melland esgrimió como prueba de la existencia del kongamato que todos los nativos consultados lo describían con precisión sin indicaciones previas, y que dichas descripciones coincidían.

Algo hay que reconocer en favor de este mito: frente a la fantasía desplegada por ciertas películas y cómics, donde variantes de reptiles voladores prehistóricos atrapan a seres humanos entre sus garras y se los llevan por los aires, los relatos sobre el kongamato nunca han caído en un error científico de semejante calibre. Porque ni siquiera un ejemplar de Quetzalcoatlus, el género de pterosaurio más grande, con alas de diez metros de envergadura, habría podido con un hombre adulto.

Además, tampoco se le atribuyó un origen demoníaco. Las posibilidades de que exista realmente son tan escasas como las de cualquier otro animal en el punto de mira de los criptozoólogos, pero no deja de ser curioso que la leyenda, por una vez, se guíe por unos parámetros medianamente racionales.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2025-03-15 14:14:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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