Aunque intentaron mantenerse neutrales, Alemania invadió los Países Bajos en la primavera de 1940. A diferencia de otros países europeos, en suelo holandés no había habido una guerra en muchísimo tiempo; a priori, estaban en una evidente inferioridad de condiciones. Estaba claro que la población no estaba preparada para enfrentarse al todopoderoso Ejército alemán y, además, el territorio era extraordinariamente plano y no facilitaba lugares para esconder las posiciones guerrilleras. La única posibilidad parecía, pues, la resistencia pasiva. De ese modo, los holandeses escuchaban constantemente los programas de radio procedentes de Londres y solían abandonar las salas cuando se proyectaba algún cortometraje realizado por el Ministerio de Propaganda alemán. Se empezaron asimismo a publicar periódicos clandestinos, actividad que costó la vida a muchos patriotas.
¿Cómo respondieron los ciudadanos holandeses a la ocupación nazi? Foto: Midjourney/Juan Castroviejo.
Uno de los principales desafíos frente a los invasores llegó cuando Arthur Seyß-Inquart, comandante en jefe de la Holanda ocupada nombrado por el mismo Hitler, prohibió los colores y símbolos nacionales. Como protesta, el 29 de junio de 1940 los holandeses se echaron a la calle en masa luciendo en las solapas pequeñas cintas naranjas. Otro método habitual de protesta fueron las huelgas organizadas por el Partido Comunista, que consiguió en ocasiones paralizar el transporte. Eso fue precisamente lo que ocurrió en febrero de 1941.
Acciones contra la ocupación
En el momento de la invasión, la Resistencia era casi inexistente, pero fue creciendo y diversificándose: falsificación de billetes y documentos, publicaciones clandestinas, sabotajes en líneas de comunicación germanas y de distribución de alimentos… Estaba compuesta por numerosas células independientes entre sí. También se dedicaban a esconder a judíos perseguidos y a pilotos aliados derribados, y llegaron a aislar zonas de un hospital para poder atender a los heridos. Pese a todo, sus principales actividades estaban relacionadas con tareas de información sobre el tránsito de las tropas germanas, en especial desde 1944, y con la defensa de la zona costera para intentar evitar posibles desembarcos.
En Breda, en 1944, dos combatientes de la Resistencia holandesa conversan. Foto: Getty.
En comparación con otras Resistencias, la holandesa dio escasos resultados. Sin embargo, ayudada por los equipos y el material facilitados por los británicos, logró unos pocos hitos, entre ellos el asesinato de algunos oficiales alemanes.
La trampa mortal
Otra táctica bastante habitual de la Resistencia neerlandesa era captar mujeres cuya misión consistía en coquetear con los colaboradores nazis hasta conseguir llevarlos al bosque, sin que sospecharan que se trataba de una trampa mortal, pues una vez allí eran ajusticiados a tiros por los antifascistas. Normalmente se trataba de mujeres muy jóvenes, para evitar que llamaran la atención y pudiera sospecharse de ellas. Dos hermanas se hicieron famosas por ello, convirtiéndose en heroínas de la guerra: Freddie y Truss Oversteegen, que solamente tenían 14 y 16 años, respectivamente, cuando empezaron su actividad clandestina con el permiso de su familia.
La huelga de Ámsterdam de 1941
El 25 de febrero de 1941, los tranvías no funcionaban en Ámsterdam, pero tampoco los astilleros, las oficinas, las escuelas ni muchos comercios. La noche anterior se había convocado una huelga general como protesta contra las medidas antisemitas adoptadas por los ocupantes alemanes. El día 11, un miembro del Partido Nazi local había sido gravemente herido por pelear con un grupo de jóvenes judíos. Su muerte unos días después provocó la intensificación de los ataques a la población judía. El 22, unos 400 judíos fueron deportados a campos de concentración. Por eso, los trabajadores de los tranvías y miembros del Partido Comunista decidieron ir a la huelga. Otras ciudades se hicieron eco de la protesta.
Acto conmemorativo de la huelga de 1941 durante la ocupación nazi, celebrado en Ámsterdam en 2017. Foto: Getty.
Esa acción civil sin precedentes de miles de holandeses paralizó el país. Aunque les pilló por sorpresa, los ocupantes no tardaron en reaccionar con una brutal represión. El país volvió a funcionar, pero algunos grupos de la Resistencia neerlandesa siguieron en huelga algunas semanas. El castigo para los apresados fue de prisión y ejecución sumaria.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-09-06 03:00:00
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