En las profundidades del castillo de Zorita de los Canes, situado en el serpenteante curso del río Tajo en Guadalajara, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un enigma envuelto en tierra y misterio. Entre los restos de 23 monjes, la figura de una mujer emerge, no como espectadora sino como partícipe de batallas medievales. Este hallazgo, descrito en un reciente estudio publicado en la revista “Scientific Reports”, desafía las convencionales narrativas históricas sobre los roles de género en la época medieval. La mujer, probablemente guerrera, fue encontrada en un cementerio asociado a la Orden de Calatrava, una orden militar creada para defender los reinos cristianos durante los turbulentos siglos XII a XV. Este descubrimiento arroja luz sobre los conflictos y la cultura de la península ibérica durante la Edad Media, y plantea preguntas intrigantes sobre la participación femenina en los conflictos armados de la época.
Castillo de Calatrava de la Nueva. Lourdes Cardenal / wikimedia
La orden de Calatrava
Durante los siglos XII a XV, la península ibérica fue un hervidero de tensiones políticas y religiosas marcadas por la Reconquista, un período prolongado de conflictos entre reinos cristianos y musulmanes. Esta época estuvo caracterizada por una constante lucha por el territorio, que se extendió gradualmente hacia el sur, buscando reafirmar el dominio cristiano sobre las regiones anteriormente bajo control islámico.
En este contexto, surgieron varias órdenes militares, entre ellas la Orden de Calatrava, fundada en 1158 bajo la protección del rey Sancho III de Castilla. La misión principal de esta orden era defender estratégicas fortalezas y pasos fronterizos contra las incursiones musulmanas. Situada en Calatrava la Vieja, una ubicación crucial en la línea fronteriza, la Orden jugó un papel crucial en la defensa y consolidación de los territorios reconquistados, ejemplificando el entrelazado de la fe y el militarismo que definía la época.
Zorita de los Canes. Romanoski / Wikimedia
Una tumba de monjes guerreros
En una excavación dentro del recinto del castillo de Zorita de los Canes, arqueólogos desenterraron un cementerio medieval que albergaba los restos de 24 individuos. Este grupo singular incluía a una mujer, cuya presencia entre monjes guerreros de la Orden de Calatrava sorprendió a los expertos. Situado estratégicamente en Guadalajara, el sitio vivió las tumultuosas batallas de la Reconquista.
Los esqueletos, alineados con cuidado, mostraban claras evidencias de muerte violenta, probablemente en combate. La guerrera, de unos cuarenta años, medía menos de metro y medio, una estatura modesta para la época. Sus huesos revelaban un manejo frecuente de la espada, compatible con los desgastes y marcas típicos de los combatientes entrenados. Este descubrimiento proporciona una visión única de las dinámicas de género y las prácticas militares de la Edad Media ibérica.
Soldados de una orden militar. Hamman / Wikimedia
¿Una mujer guerrera en la Edad Media?
Los análisis osteológicos y de isótopos estables han sido cruciales para desvelar los secretos que los esqueletos del castillo de Zorita de los Canes guardaban. Estos estudios permitieron determinar las dietas y estilos de vida de los monjes guerreros y la enigmática guerrera. Los isótopos de carbono y nitrógeno revelaron que, mientras los monjes consumían alimentos ricos en proteínas como aves y pescados marinos, típicos de las élites, la dieta de la mujer era menos rica en proteínas, sugiriendo un origen social más modesto.
Además, los estudios osteológicos mostraron que muchos de los esqueletos presentaban heridas traumáticas, indicativas de muertes violentas en combate. Las marcas en los cráneos y áreas pélvicas, típicamente vulnerables en batallas, apoyan la hipótesis de que estos individuos, incluida la mujer, murieron en enfrentamientos armados. Estos hallazgos no solo aportan información sobre la mortalidad en conflictos medievales, sino que también sugieren un papel activo de la mujer en estas luchas.
Un misterio por resolver
El hallazgo de una mujer enterrada junto a monjes guerreros en el castillo de Zorita de los Canes desafía las percepciones tradicionales sobre los roles de género en la Edad Media. Este descubrimiento plantea importantes cuestiones sobre la participación femenina en las estructuras militares y sociales de la época, tradicionalmente dominadas por hombres. ¿Era esta mujer una combatiente plenamente integrada en la Orden de Calatrava, o su presencia en este entierro colectivo obedece a circunstancias excepcionales?
Las hipótesis sobre su identidad varían: algunos sugieren que podría haber sido una sirvienta que asumió un papel combativo en un acto de defensa extrema, mientras otros plantean la posibilidad de que fuera un miembro no reconocido oficialmente de la orden debido a su género. La ausencia de evidencias claras sobre un trabajo físico extenuante típico de las sirvientas apoya la teoría de que participó activamente en combate, lo que podría indicar un estatus especial o incluso una excepción cultural dentro de su comunidad.
El cementerio del castillo de Zorita de los Canes (Guadalajara). Carme Rissech / URV.
Este hallazgo en Zorita de los Canes ofrece una ventana única al pasado, desafiando nuestras comprensiones de la historia medieval y los roles de género. Invita a los historiadores y al público a continuar explorando los enigmas arqueológicos para desentrañar más secretos de las civilizaciones antiguas.
Referencias:
- Pérez-Ramallo, P. et al. 2024. Unravelling social status in the first medieval military order of the Iberian Peninsula using isotope analysis. Scientific Reports 14, 11074. DOI: 10.1038/s41598-024-61792-y.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-06-28 11:00:00
En la sección: Muy Interesante