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El origen del papel higiénico te dejará con la boca abierta

El origen del papel higiénico te dejará con la boca abierta

El papel higiénico ha sido históricamente uno de los elementos más requeridos en cualquier hogar. Incluso verás lo que sucedió en plena pandemia, en donde el papel de baño fue comprado en grandes cantidades, causando escases por el déficit de producción del mismo. Pero antes de que se comercializara, este producto tuvo idas y vueltas. Incluso, estuvo a punto de fracasar. Sigue leyendo y conoce su origen.

¿Cuál es el origen del papel higiénico?

De acuerdo a historiadores, hay constancia de que el papel de baño se usaba en China hacia el siglo II d.C (aunque puede que existiese antes), inventado probablemente por el consejero imperial Cai Lun, pues durante su administración se perfeccionó su fabricación. Y a lo largo de la historia, el papel higiénico no fue justamente de papel, ya que se utilizaban sustitutos tales como paños de lana, lino, cáñamo, hojas, piedras, arena, nieve, pieles de frutas y hasta musgo, teniendo en cuenta el país en cuestión, así como sus condiciones climáticas.

OTRAS VERSIONES:

Tanto en la civilización sumeria o la de los antiguos egipcios, se sabe que hubo esclavos que atendían a sus señores palangana en mano, en este tipo de detalles. El agua era un eficaz papel higiénico, pero lo normal hasta tiempos no muy lejanos fue prescindir de esa higiene. Las personas refinadas del antiguo mundo grecolatino, utilizaron para limpiarse una esponja natural humedecida. Su uso que dio a este comercio gran prosperidad y auge en la Antigüedad; también se empleaban trozos de tela desechada.

Se sabe que Heliogábalo (noble y sacerdote romano), murió ahogado por un miembro de su guardia pretoriana, el año 222, con la misma esponja que utilizó para realizar la higiene de esta zona. El historiador romano Petronio dice que entre las personas refinadas lo que más se agradecía era el cuidado puesto en atender ciertas necesidades…, entre ellas ésta.

Quién inventó el papel higiénico

El inventor del papel higiénico es el estadounidense Joseph Gayetty (1810-1890) en el año 1857 en Nueva York (EE.UU.). Este inventor padecía de hemorroides y los papeles de periódico que muchos empleaban le producían dolor. Por ello, puso todo su ingenio en crear el denominado “papel medicado Gayetty”.

Joseph Gayetty, el padre del papel higiénico

Se trataba de un papel de tacto bastante suave, que contaba con una fina capa de “medicamento” que evitaba así las rozaduras en tan sensible zona de la anatomía humana. Era un producto vendido en paquetes de hojas individuales (todavía no existía el rollo de papel de wáter).

Pero no tuvo éxito. Aunque figuraron entre los productos de limpieza, las tiendas dejaron de venderlo porque nadie comprendía que fuera necesario gastar dinero en una cosa así. Sobre todo cuando se podía echar mano de periódicos atrasados o catálogos viejos que además ofrecían la posibilidad de lectura.

Quién inventó el rollo de papel de wáter

El inventor del rollo de papel higiénico es el empresario británico Walter Alcock (1871-1947), en el año 1879 en Londres. Alcock, introdujo una importante novedad: en vez de vender el papel higiénico en láminas individuales inventó el rollo de hojas para arrancar separando cada porción mediante puntos perforados.

quién es el inventor del rollo de papel de wáter

Pero como no se le permitía publicitar el invento no lograba resultados en ventas en una época como la victoriana, en la que hablar de ciertas cosas resultaba difícil. En las dos últimas décadas del XIX, los neoyorquinos Edward y Clarence Scott perfeccionaron el rollo de papel higiénico inventado en Londres, por Alcock.

Los Scott, que habían desarrollado una fábrica de manipulados del papel en Filadelfia, invirtieron en el desarrollo del producto que siempre pensaron que les haría millonarios. Su idea coincidió con la generalización en las casas, hoteles y restaurantes de un elemento importante: duchas, baños y retretes en habitaciones.

Evolución y expansión del papel higiénico

A finales el siglo XIX, en la década de 1880-1890, las casas con retrete eran ya numerosas en las grandes ciudades. Para entonces, las tazas de váter competían en los salones de diseño sanitario celebrados en América: en 1884 un modelo de taza llamado Pedestal Vase, de cerámica de una sola pieza, se convertía en objeto de deseo.

Evolución y expansión del papel higiénico

Los hermanos Scott, se dieron cuenta de que faltaba un detalle en aquellos retretes aristocráticos, algo que facilitara la innombrable operación que necesariamente debía llevarse a cabo en ellos para, según Clarence Scott, no dejar horribles huellas en la fina ropa interior. Los rollos de Scott se vendían en las tiendas en envoltorios de papel corriente, cerrados, con esta leyenda: “Para el cuarto más pequeñito de la casa”, que es como eufemísticamente se aludía al retrete, lo que hacía que su publicidad no fuera fácil.

Los tabúes en torno a ciertas cosas han sido muy fuertes a lo largo del tiempo. Scott sabía que la publicidad era clave. Prestigió cuanto pudo el producto, llamándolo de muchas maneras: Waldorf Tissue, en alusión al prestigioso hotel neoyorquino; papel higiénico digno de la taza de váter marca Pedestal Vase.

Luego se le llamó sencillamente Scott Tissue o papel de seda. Uno de los reclamos más efectivos decía: “Scott Paper: fino como lino viejo”. No se tardó en caer en la cuenta de que lo mejor era llamar a las cosas por su nombre, aunque de manera inteligente.

¿Cómo conseguirlo? Se puso en boca de una niña la siguiente frase: “La casa de mi amiguita Leslie es preciosa, mamá, pero su papel higiénico lastima”. Y con ese anuncio tan anodino se multiplicaron las ventas, el producto remontó el vuelo y se introdujo en todas las casas. Su triunfo definitivo tuvo lugar en Francia décadas más tarde, llegando a ser considerado como refinamiento al alcance de todos. En parte se habló de él debido a una graciosa anécdota:

Cuando los zares de Rusia visitaron París en 1901, un funcionario del Departamento de Exteriores galo, llevado de su celo por hacer bien las cosas y de su natural deseo de agradar a sus jefes, ordenó imprimir el escudo del zar en el papel higiénico que los ilustres huéspedes iban a utilizar. Afortunadamente, tan grave indiscreción fue abortada a tiempo. Menos suerte tienen las cabras de los beduinos, que se comen el papel higiénico usado y sin usar: después de todo es celulosa.

 

Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasaldiayalahora.co

Publicado el: 2023-05-07 08:29:09
En la sección: Curiosidades del mundo | Últimas curiosidades | Noticias al dia y a la hora

Publicado en Humor y Curiosidades

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