Menú Cerrar

entre la leyenda y la realidad

entre la leyenda y la realidad

El canibalismo siempre ha sido un tema que ha suscitado gran interés a la par que ha aterrado a la población, especialmente tras el descubrimiento de América. La palabra caníbal fue uno de los primeros neologismos que se originó en el Nuevo Mundo. Esta deformación del vocablo indígena «caríbal» tomó gran relevancia simbólica y llegó a identificar, desde una visión eurocentrista, las tierras descubiertas. A partir del segundo viaje de Colón, en 1493, se reportaron varios casos de antropofagia, aplicándose el término caníbal, primero, en las Antillas para, después, desplazarse al continente, en concreto, al área amazónica, donde era una práctica ritual muy común. No obstante, gracias al trabajo de los antropólogos, conocemos un poco más sobre este fenómeno y su contextualización en la cosmovisión de estos pueblos.

Grabado (1848) que recrea la expedición de Francisco de Orellana por el Amazonas en 1541.Album

Los primeros contactos con los caníbales en América

La inmensidad de la Amazonia, repartida actualmente entre nueve países de los cuales Brasil y Perú poseen gran parte de su extensión, comprende la mayor cuenca fluvial y selva tropical del mundo. Su nombre se debe a la expedición del español Francisco Orellana en 1542, quien al frente de unos sesenta hombres exploró y navegó por el gran río en busca de la mítica ciudad de El Dorado. Su cronista, el dominico fray Gaspar de Carvajal, dio noticias sobre la geografía y las comunidades indígenas con las que se toparon, resaltando la existencia de un pueblo de mujeres guerreras, por lo que río y selva fueron bautizados con el nombre de las míticas amazonas. También detalló su enfrentamiento con algunas tribus que practicaban la antropofagia. Sin embargo, este encuentro europeo con grupos caníbales no fue el primero, ya que el contacto se produjo años antes en las Antillas Menores con el pueblo «caribe», con los que entraron rápidamente en conflicto.

Tras los informes de Colón sobre las prácticas de estos indígenas, la reina Isabel la Católica dictó un real decreto en 1501 por el cual declaraba guerra justa la llevada a cabo contra los caribes. A partir de esta orden real se legitimó el extermino y esclavitud de numerosas tribus indígenas, ya que cualquier nativo del Caribe se convirtió a ojos de los colonizadores en devorador de hombres. A partir de entonces, el término caníbal fue usado como sinónimo de «salvaje».

Estos primeros grupos caníbales pertenecían a la familia lingüística caribe y agruparon un conjunto de pueblos expansionistas que, además de las Antillas Menores, ocuparon el norte de Colombia y el noreste de Venezuela, penetrando en la región amazónica. La interacción con estos pueblos se produjo en el siglo XVI, a partir del momento en que los europeos irrumpieron en estas tierras selváticas tomando el control de las zonas costeras y principales ríos. Este inmenso e inaccesible territorio fue propicio para la creación de numerosos mitos y leyendas, vinculados con la búsqueda de ciudades «perdidas» y tesoros, como la del famoso sanguinario Lope de Aguirre, quien murió asesinado por sus hombres en el corazón de la selva.

Una de las primeras expediciones por el Amazonas fue la de Gonzalo Jiménez de Quesada, en 1537, quien luchó en la selva colombiana con los pueblos panches, descritos en las crónicas como temibles guerreros y muy similares culturalmente a los caribes, incluyendo la práctica de la antropofagia ritual.

Un caso similar al de los panches fue el de la nación pijao, localizada también en Colombia, la cual sostuvo una prolongada guerra contra el Imperio español que concluyó con su desaparición en 1608. El descubridor de esta cultura fue Sebastián de Belalcázar, en 1538, quien como el resto de los explotadores de esta zona andaba a la caza de El Dorado. El conquistador alegó que los pijao estaban en permanente guerra con sus vecinos, a quienes ejecutaban para practicar el canibalismo, en consecuencia, eran objeto de guerra justa. Pese a todos estos relatos de salvajes y sanguinarias tribus, no cabe duda de que los cronistas solían exagerar los hechos, dado que estos pueblos representaban una amenaza para la expansión del imperio colonial.

En términos generales, la presencia europea tuvo un impacto tremendamente negativo para la población autóctona, ya que comenzó a disminuir drásticamente a causa de las enfermedades y la esclavitud a la que fueron sometidos. Aquellos indígenas que lograron sobrevivir se adentraron cada vez más al interior de la selva, prolongando su aislamiento, en algunos casos, hasta los siglos XVIII y XIX.

Mapa de El Dorado y la Amazonia, siglo XVI. Adaptación de uno anterior obra de Jodocus Hondius.AGE

Canibalismo en las culturas amazónicas

La selva del Amazonas, desde el punto de vista cultural, es una las regiones más diversas del planeta y estuvo poblada por un conjunto de pueblos heterogéneos desde tiempos inmemorables. Los antropólogos los han clasificado en diversos grupos formados por varias tribus que, aunque tienen diferencias entre sí, guardan ciertas similitudes lo suficientemente importantes como para ser considerados del mismo grupo. Entre los elementos comunes que comparten están la lengua, el territorio que ocupan o la cultura material. Asimismo, estos pueblos amazónicos se caracterizaron por su aislamiento y belicosidad, así como por una cosmovisión y unas prácticas muy parecidas, entre ellas el ritual del canibalismo.

El pensamiento más extendido entre los primeros antropólogos fue que esta costumbre se debía a su gusto por la carne humana o, en todo caso, a una solución alimentaria ante la falta de proteínas de origen animal. Si bien con el tiempo se asoció más a un ritual sociocultural con una gran variedad de significados y no con una práctica alimentaria; tampoco faltaron aquellos que negaron la existencia del canibalismo en América por ser parte del discurso colonial europeo. Sin embargo, aceptar esta teoría sería negar las abundantes fuentes escritas y arqueológicas que atestiguan dicha práctica.

A pesar de no ser posible realizar muchas generalizaciones sobre el ritual de la antropofagia, ya que cada grupo operaba de manera particular dotándolo de diferente significación, se pueden distinguir, principalmente, dos tipos de canibalismo, el de guerra y el funerario.

La cultura más representativa que practicó el canibalismo de guerra o exocanibalismo, es decir, la ingesta de personas ajenas al grupo, fueron los tupinambá, ubicados en el litoral brasileño. Al igual que los guaraníes, que se localizan geográficamente en Paraguay, Brasil, Argentina y en algunas zonas de Uruguay, tomaban cautivos de tribus enemigas para ser asesinados en una ceremonia y consumidos en un banquete. Según la historia, así murió, en 1516, el explorador Juan Pedro Díaz de Solís, quien cayó en combate a manos de los guaraníes, en lo que hoy en día es Uruguay, para ser sacrificado, asado y devorado por estos indígenas.

A diferencia de estas etnias que se comían a sus prisioneros, el canibalismo funerario o endocanibalismo era realizado cuando los miembros de la propia tribu fallecían. Una de las culturas que lo practicó fue la wari’, actualmente asentada alrededor de siete Puestos de la FUNAI (Fundación Nacional del Indio) en Brasil. Su ritual comenzaba dejando que los cuerpos de sus parientes muertos se pudriesen, para después ser comidos. De esta forma, buscaban la diferenciación entre vivos y muertos. Mediante esta ceremonia no solo se apropiaban de las virtudes del difunto, sino que también daban por finalizado el periodo de luto al identificarlo ya no como humano, sino como presa. Asimismo, los amahuacas, establecidos en Perú, también ingerían la carne de sus parientes, los cuales exhumaban pasado un mes de su enterramiento. Este pueblo consideraba que comer la carne del muerto era una forma de poder mantener dentro su alma. Por su parte, la cosmovisión de los arawaté, constantemente desplazados en el territorio brasileño, implicaba a sus dioses, quienes devoraban a los difuntos para transformarlos también en inmortales. Este canibalismo divino permitía que los humanos muertos se emparentaran con los dioses, posibilitando una alianza entre el cielo y la tierra.

Entre este sinfín de pueblos amazónicos había otros que tenían hábitos muy particulares como por ejemplo el practicado por la tribu uitoto, en la selva colombiana y peruana, que realizaba el vómito ritual. Esta costumbre consistía en expulsar al día siguiente la carne que se había ingerido envuelta en los cabellos de la víctima.

Por último, la cultura jíbara o shuar, como ellos se autodenominan, localizada en la frontera Perú-Ecuador, fue una de las más numerosas del Amazonas y se granjeó la fama de temibles guerreros, puesto que ni los incas ni los españoles lograron controlarlos. Sin ser caníbales, en sentido estricto, se les integró dentro de este campo de significación. No obstante, fueron más conocidos por su antigua práctica de cortar la cabeza al enemigo y reducirla mediante un elaborado proceso. Mediante este ritual el espíritu del vencido quedaba recluido en la cabeza y no podía vengarse de sus asesinos. El cráneo pasaba a ser, entonces, un trofeo para los guerreros y era usado en determinadas ceremonias. 

Esta costumbre también fue característica de los mundurukús, en Brasil, que seccionaban las cabezas de sus enemigos derrotados para momificarlas y atribuirles poderes mágicos. En general, dada la concepción animista de todos estos pueblos amazónicos, comer un cuerpo humano proporcionaba parte de sus cualidades espirituales, por lo que el ritual, de gran complejidad, debía seguir unas estrictas pautas.

Escena de canibalismo. Grabado en color de Theodor de Bry (1528-98) publicado en el año 1562
en Americae Tertia Pars. Memorabilem provinciae Brasiliae historiam continens.
Album

La práctica caníbal de la nación Tupinambá

En el ámbito amazónico se ha estudiado principalmente la antropofagia de la cultura tupinambá, perteneciente al grupo lingüístico tupi-guaraní, dada la abundancia de noticias por su interacción con portugueses y franceses desde las primeras décadas del siglo XVI, así como por la narración de algunos europeos que estuvieron bajo su cautiverio, por tanto, se han convertido en ejemplo prototípico de dicha práctica.

El primer encuentro con estos indígenas se produjo cuando el portugués Pedro Alvares Cabral tocó tierra en la costa de Brasil en 1500 y describió al grupo destacando su piel oscura, su desnudez y que iban armados con arco y flechas. Sin embargo, debido a su breve acercamiento no mencionó que fuesen caníbales; esa apreciación vendría unos años después con la conquista y colonización de la zona.

Este pueblo, localizado en la costa brasileña, no era homogéneo, sino que estaba dividido en varias tribus enfrentadas constantemente entre sí. En estas guerras crónicas, motivadas por el deseo de venganza de los muertos, capturaban a sus enemigos para después sacrificarlos en ceremonias caníbales. Conforme a la cosmovisión tupinambá, este sacrificio y el consumo de la carne del rival restituía la integridad del espíritu del miembro de la comunidad muerto, es decir, se trataba de una recuperación mística de los muertos. Por tanto, constituía un mecanismo para restaurar el equilibrio y supervivencia individual y colectiva, donde el grupo devorador adquiría cierto dominio mágico sobre la tribu vencida. Además de ser una estrategia ritual, era un medio para reforzar los lazos sociales entre los comensales de la tribu y con las tribus aliadas, ya que estas últimas también eran invitadas al banquete.

Sobre estas líneas, Preparativos para una comida caníbal en Brasil en tiempos de la conquista
(1844). Grabado francés coloreado basado en un dibujo del artista René Louis Demoraine.
Album

Este rito venía marcado por la sociedad guerrera de los tupinambás, en la que sus miembros eran educados desde pequeños para convertirse en fieros combatientes. El paso a la adultez se producía con la captura del primer prisionero, que además proporcionaba honor y prestigio. El cautivo era alimentado y convivía con sus captores durante un periodo variable, incluso de varios meses o años, hasta ser identificado con uno de ellos, es decir, era asimilado en la propia comunidad. No hacía falta vigilarlos ni limitar sus movimientos, puesto que nunca huían por el temor a ser despreciados por su tribu, ya que morir a manos del enemigo y en un ritual caníbal era una de las muertes más honrosas.

Una vez decidida la fecha para efectuar la ceremonia, se llevaba a cabo una serie de rigurosos preparativos donde participaba toda la comunidad. El cautivo era ejecutado por un verdugo con una macana o maza mediante un golpe en la nuca. Este verdugo, que no podía comer la carne del sacrificado, tenía que someterse posteriormente a un proceso de purificación aislándose de la aldea para anular la venganza de su víctima. Tras la ejecución del prisionero, las ancianas bebían su sangre, las mujeres cocinaban el cuerpo, se cortaban las cuatro extremidades, se despedazaba el tronco y se hervían las entrañas. Como se observa, se seguía un estricto código, ya que era necesario comerse todo el cuerpo y no desperdiciar nada. Los huesos también eran aprovechados para collares, flautas o silbatos y el cráneo se colocaba en una pica frente a la choza del guerrero que lo había capturado como señal de prestigio.

En el proceso de conquista europeo, las tribus rivales de los tupinambás comenzaron a desaparecer, de modo que si no había guerra tampoco había ceremonia del canibalismo. Esto supuso, dentro de su cosmovisión, un problema para la continuidad y el equilibrio de la vida, por lo que buscaron alternativas. La solución fue exhumar los cadáveres de las aldeas enemigas abandonadas para practicarles, como se había hecho hasta el momento, el ritual de ejecución. Paralelamente, la desaparición de los enemigos naturales llevó, como es natural, a la guerra contra el hombre blanco invasor.

El pueblo tupinambá fue uno de los primeros que se enfrentó a la irrupción europea, sin embargo, no lograron escapar al sometimiento durante el proceso de colonización. Hoy en día siguen luchando por sus derechos, sus tierras y para que se escuche su voz.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-06-29 13:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp