Casi 2800 kilómetros de océano lo separan de la tierra firme. Ubicado en el Atlántico Sur, el archipiélago Tristan da Cunha es el lugar habitado más remoto del mundo y Edimburgo de los Siete Mares, su población principal, enarbola el título de la ciudad más solitaria. ¿Por qué se fundó este núcleo de población en un lugar tan inhóspito y cómo sobreviven en la isla en el presente?
Un largo viaje para llegar a Tristan da Cunha
Imaginemos que queremos visitar Edimburgo de los Siete Mares partiendo de Madrid. Es probable que empecemos nuestro periplo cogiendo un avión hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Esa primera etapa del viaje nos llevará entre 10 y 12 horas.
Una vez allí, tendremos que tomar un barco hasta la isla. Quizás nos tengamos que armar de paciencia: las naves parten con una frecuencia de entre 8 y 10 veces al año, y la travesía dura unos 7 días. Si tenemos suerte, algún barco comercial o dedicado a la investigación oceanográfica nos permita embarcar. Si no, habrá que esperar a que zarpe la próxima nave de las líneas regulares gestionadas por el propio gobierno de Tristan da Cunha. Eso sí, los barcos solo pueden atracar cuando las condiciones climáticas se muestran favorables. Poe eso, aunque hayamos seguido todos los pasos previstos, es posible que lleguemos con retraso a nuestra isla.
Del descubrimiento a la fundación de Tristan da Cunha
De Portugal a Reino Unido
En 1506, el navegante portugués Tristão da Cunha avistó la isla principal del archipiélago durante una expedición en el Atlántico Sur. Los portugueses le dieron nombre a aquel paraje, pero no llegaron a colonizarlo: les previno su entorno inhóspito y la falta de recursos naturales. A pesar de ello, en los siglos posteriores su ubicación estratégica atrajo la atención de las potencias marítimas europeas.
Así, en 1816, el Reino Unido formalizó su dominio sobre Tristan da Cunha. La isla se utilizó, inicialmente, como una guarnición estratégica. Desde allí, se podía prevenir cualquier intento de rescatar a Napoleón Bonaparte, quien se encontraba exiliado en la isla de Santa Elena, a unos 2400 kilómetros al norte. Se destinó a la isla una guarnición militar británica que, un año después, en 1817, se retiraría, no sin antes dejar algunos colonos civiles que acabarían formando una comunidad permanente.

Edimburgo de los Siete Mares, la única ciudad de Tristan da Cunha
El asentamiento principal, Edimburgo de los Siete Mares, se fundó en el siglo XIX a partir de un asentamiento mixto de marineros, mujeres procedentes de Santa Elena e individuos de otras nacionalidades. Las actividades económicas principales fueron la agricultura de subsistencia y la pesca, pues la naturaleza remota del lugar dificultaba el abastecimiento y el intercambio con el exterior.
Desde su fundación, Edimburgo de los Siete Mares, el único asentamiento permanente de Tristan da Cunha, ha crecido con extrema lentitud. Se estima que el máximo demográfico alcanzó los 300 habitantes en algunos momentos del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad la población ronda las 250 personas. Todas ellas descienden del pequeño núcleo conformado por las familias fundadoras. La emigración, sobre todo de los jóvenes que buscan oportunidades en el extranjero, representa un desafío para la sostenibilidad a largo plazo.
Un paisaje imponente en la ciudad más solitaria del mundo
Tristan da Cunha se compone de varias islas volcánicas, de las que la principal toma el nombre del archipiélago. Su superficie ronda los 98 kilómetros cuadrados, dominados por un volcán central que alcanza los 2062 metros sobre el nivel del mar. Este volcán, conocido como Queen Mary’s Peak, permanece inactivo, pero ha experimentado erupciones en el pasado. De hecho, en 1961 hubo que evacuar temporalmente a toda la población de la isla a Inglaterra.
El paisaje de Tristan da Cunha se caracteriza por imponentes acantilados costeros, praderas y zonas de tundra alpina en las partes altas. La flora incluye especies endémicas como la Phylica arborea, un arbusto que domina las laderas inferiores. También se encuentran pastizales y helechos adaptados a las condiciones húmedas y ventosas de la isla.
En lo que respecta a la fauna, las aguas circundantes albergan una biodiversidad marina excepcional, con especies que, como la langosta Tristan, son una fuente de ingresos para sus habitantes. La isla, además, sirve de hogar a colonias de aves marinas como los albatros, los petreles y los pingüinos de penacho amarillo. Mamíferos marinos como los lobos marinos y las focas también son comunes en sus costas.

Cómo es vivir en Tristan da Cunha
La economía
Hoy en día, Tristan da Cunha tiene una población de unas 250 personas. Las actividades económicas principales incluyen la pesca de langosta, la agricultura y el comercio limitado de sellos y artesanías. La langosta Tristan, apreciada a nivel internacional, es el principal producto de exportación y constituye la base de la economía local.
La comunidad es autosuficiente en muchos aspectos, pero depende del comercio con Sudáfrica para bienes esenciales como combustibles, ropa y productos tecnológicos. Debido al terreno montañoso y las condiciones climáticas, la agricultura se ha desarrollado de forma limitada. Se cultivan vegetales y se cría ganado a pequeña escala. Además, el gobierno local gestiona los recursos de manera sostenible. Las autoridades protegen el entorno natural y mantienen un equilibrio entre las actividades humanas y la conservación ambiental, algo esencial para asegurar la supervivencia en un lugar de recursos limitados.

Una organización social eficiente a pequeña escala
En Tristan da Cunha no existen partidos políticos. Las decisiones importantes se toman comunitariamente mediante un Consejo Insular compuesto por representantes de las familias locales. La educación es gratuita y obligatoria hasta los 16 años, y el acceso a la atención médica está garantizado. En situaciones críticas, sin embargo, se debe trasladar a los pacientes a Sudáfrica.
La comunidad es predominantemente angloparlante y mantiene tradiciones británicas, aunque también ha desarrollado una cultura única derivada de su aislamiento y los diversos orígenes de sus fundadores. Las actividades de ocio incluyen fiestas y eventos comunitarios, deportes como el críquet y la música.

El futuro de Tristan da Cunha
El aislamiento de Tristan da Cunha plantea no pocos desafíos para la comunidad. El acceso limitado a los servicios externos, el impacto potencial del cambio climático y las amenazas a la biodiversidad local hacen peligrar la supervivencia de la localidad. Además, la emigración de jóvenes en busca de oportunidades en el extranjero podría afectar la sostenibilidad a largo plazo. A pesar de esto, los habitantes de Tristan da Cunha han demostrado una notable capacidad de adaptación y resiliencia que les ha hecho prosperar en la localidad habitada más solitaria del mundo.
Referencias
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-12-02 08:30:00
En la sección: Muy Interesante