Este monumento parece un pequeño Stonehenge pero está en España

¿Sabías que España alberga su propio monumento megalítico similar a Stonehenge? Fue construido 1.000 años antes que la pirámide de Saqqara, la primera pirámide de Egipto (que se construyó entre 2700 a.C. y 2600 a. de C., al principio de la III Dinastía). Es uno de los dólmenes más grandes del Neolítico y se encuentra en el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, en Andalucía. Hablamos del Dolmen de Menga y es una impresionante estructura prehistórica del Neolítico peninsular (3.800-3.600 a.C.).

El Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera  está compuesto por los dólmenes de Viera, El Romeral y Menga, en la población malagueña de Antequera. Hoy nos centramos en este último al ser una de las mayores proezas de ingeniería del Neolítico.

Un pequeño Stonehenge

A pesar de que Stonehenge, situado en la llanura de Salisbury, Inglaterra, suele ser el monumento megalítico que más centra la atención en todo el mundo, en España contamos con esta maravilla prehistórica que es una de las estructuras megalíticas más grandes e impresionantes de toda Europa.

Consiste en enormes losas de piedra dispuestas formando una cámara, cubierta por un montículo de tierra. Lo primero que vemos es el descomunal trilito (dos losas verticales y una de cubierta) de la entrada del sepulcro que identifican el monumento. La cámara central mide alrededor de 25 metros de largo, 5 metros de ancho y 4 metros de alto, y fue construida con enormes piedras que pesan hasta 180 toneladas cada una. La longitud total del conjunto alcanza los 27,5 metros.

Si bien el propósito exacto de Stonehenge sigue siendo un tema de debate, aunque se cree que sirvió como sitio ceremonial y observatorio astronómico, la función principal de este otro monumento probablemente fue funeraria, sirviendo como un lugar de enterramiento comunitario. Los hallazgos arqueológicos, incluidos restos humanos y ajuares funerarios, respaldan esta teoría. Solo la cámara funeraria ocupa casi tres cuartas partes del edificio conservado. Está compuesta por 7 ortostatos (bloque o losa vertical que forma la hilada inferior de un muro) en cada lateral como soporte de las losas de la cobertura, y una gran losa que configura, al fondo, la cabecera del sepulcro.

Una de sus curiosidades más llamativas es precisamente su orientación. A diferencia de muchos otros dólmenes que están orientados hacia la salida del sol o hacia eventos celestes específicos, el Dolmen de Menga es único, ya que está orientado hacia el noreste (acimut de 45º) hacia La Peña de los Enamorados, un peñón calizo cercano de 874 metros de altura que se asemeja al perfil del rostro de una persona, algo totalmente anómalo en el contexto cultural en el que se sitúa.

¿Cómo se construyó?

Un reciente estudio desarrollado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Sevilla y publicado en la revista Scientific Reports, revela la aplicación de nuevas tecnologías de madera y piedra que permitieron la construcción de este gran monumento que no tenía precedentes en la época que fue construido entre hace 3.800 y 3.600 a.C.

En la construcción del dolmen de Menga se utilizaron más de 30 megalitos y el reciente trabajo mostró que las gigantescas piedras, de decenas de toneladas de peso (la más grande, la Cobija 5, pesa 150 toneladas aproximadamente) fueron transportadas desde unas canteras ubicadas en el Cerro de La Cruz, situado un kilómetro en línea recta al Oeste de Menga. Tendrían que haber construido rampas para poder transportar estas enormes piedras, en su mayoría calcarenitas (comparables a las ‘piedras blandas’ que se usan en la ingeniería civil moderna).

La investigación, bajo el liderazgo de José Antonio Lozano, del Instituto Español de Oceanografía (IEO/CSIC), se basa en un minucioso mapeo geológico de alta resolución y en análisis petrográficos y estratigráficos de todas las piedras que integran este conjunto megalítico andaluz.

Este estudio sugiere que el empleo de piedra blanda en Menga demuestra cómo los humanos aplicaron innovadoras tecnologías de madera y piedra, lo que posibilitó la creación de un monumento de una magnitud y complejidad nunca antes vistas. La construcción del Dolmen de Menga, aunque de diseño más sencillo que el de Stonehenge, requirió de notable ingenio y coordinación para transportar y erigir las enormes piedras.

La orientación de estos monumentos refleja las diferentes prioridades culturales de sus constructores. La alineación solsticial de Stonehenge sugiere una preocupación por los ciclos celestiales y su impacto en las prácticas agrícolas y ceremoniales. La del Dolmen de Menga hacia La Peña de los Enamorados sugiere una profunda conexión con la geografía y la mitología locales.

Las labores de conservación que llevan realizándose desde mediados del siglo XX no han modificado su estructura original, por lo que lo vemos tal y como se construyó hace más de 5.500 años.

Referencias: