excavaciones, prospecciones y arqueología urbana

Necrópolis, viejas fábricas, santuarios rupestres… todos son lugares fascinantes de cuyo estudio se encarga la arqueología. Esta disciplina que aborda el estudio del pasado a través de los restos materiales utiliza, en su desarrollo, un amplio espectro de metodologías y enfoques adaptados a las características de cada yacimiento. Es lo que denominan las intervenciones arqueológicas, el conjunto de acciones que los arqueólogos llevan a cabo para investigar, documentar y proteger el patrimonio arqueológico. Estas intervenciones varían significativamente en función de los objetivos de la investigación, las características del sitio y el contexto en el que se desarrollan. En este artículo, exploraremos tres tipos principales de intervenciones arqueológicas: las excavaciones, las prospecciones y la arqueología urbana.

La excavación arqueológica: desenterrando el pasado

Si tuviésemos que destacar la intervención más emblemática y conocida, sin duda sería la excavación arqueológica. Consiste en la remoción controlada de sedimentos y otros materiales que cubren un sitio arqueológico, con el fin de exponer y documentar los restos que se encuentran debajo.

Este proceso se realiza de manera meticulosa. Para ello, se recurre a una variedad de herramientas que van desde picos y palas hasta pinceles y espátulas, dependiendo de la naturaleza del terreno y la fragilidad de los hallazgos.

La excavación arqueológica no se limita a la simple extracción de objetos. Cada hallazgo, desde una herramienta de piedra hasta un fragmento de cerámica, se registra cuidadosamente en su contexto original. Se documenta su ubicación, orientación y relación con otros elementos. Esta información es crucial para interpretar la función del objeto y su significado dentro del sitio.

Dos enfoques principales en la excavación arqueológica

La excavación en extensión

Prioriza la exposición de grandes áreas del sitio, lo que permite una visión amplia de la distribución de los restos y las relaciones espaciales entre ellos. Este enfoque es especialmente útil para investigar asentamientos completos, áreas de actividad o paisajes arqueológicos.

La excavación por sondeos

Se centra en la profundización en áreas limitadas, generalmente mediante cortes cuadrados o rectangulares. Este método es valioso para establecer secuencias estratigráficas, es decir, la superposición de capas de sedimentos que representan diferentes periodos de ocupación. El análisis estratigráfico permite a los arqueólogos reconstruir la historia del sitio y datar los hallazgos.

Prospección arqueológica: buscando rastros en la superficie

Una herramienta no invasiva

La prospección arqueológica alude a una técnica no invasiva que se utiliza para identificar y evaluar sitios arqueológicos sin necesidad de excavar. Consiste en el reconocimiento sistemático de un área determinada con el fin de buscar evidencias de actividad humana en la superficie del terreno. Estas evidencias pueden incluir restos de estructuras, fragmentos de cerámica, herramientas de piedra u otros artefactos.

La prospección arqueológica es una herramienta esencial para la gestión del patrimonio arqueológico. Permite identificar aquellos sitios en peligro de destrucción por obras de construcción, agricultura u otras actividades. Además, también proporciona información valiosa para la planificación de excavaciones y otras intervenciones.

Prospección superficial

Implica la inspección visual del terreno. Los arqueólogos caminan a través del área y registran cualquier hallazgo. Este método resulta muy útil en áreas con buena visibilidad y donde los restos arqueológicos son abundantes en la superficie. Sin embargo, tiene sus limitaciones, ya que no detecta los sitios enterrados o aquellos que están cubiertos por vegetación densa.

Prospección con métodos geofísicos

Utiliza instrumentos para detectar variaciones en las propiedades físicas del subsuelo que puedan indicar la presencia de estructuras enterradas. Los métodos geofísicos más comunes incluyen la resistividad eléctrica, la conductividad magnética y el radar de penetración terrestre (GPR). Estos métodos son valiosos para identificar sitios arqueológicos ocultos, así como para mapear la distribución de los restos subterráneos sin necesidad de excavar.

Arqueología urbana: investigando el pasado en la ciudad

La arqueología urbana alude a una rama especializada de la arqueología que se enfoca en el estudio de las ciudades y los centros urbanos. Las ciudades son lugares complejos y dinámicos, donde los siglos de ocupación han dejado una rica y variada estratigrafía arqueológica. Por este motivo, ña arqueología urbana se enfrenta a desafíos únicos, como la presencia de infraestructuras modernas, la alta densidad de población y la necesidad de equilibrar la investigación arqueológica con las demandas del desarrollo urbano.

Las intervenciones arqueológicas en contextos urbanos a menudo se realizan en el marco de proyectos de construcción o renovación urbana. En estos casos, los arqueólogos deben trabajar en estrecha colaboración con arquitectos, ingenieros y otros profesionales para garantizar que el patrimonio arqueológico se documente y proteja de manera adecuada.

La arqueología urbana puede proporcionar información valiosa sobre una amplia gama de temas. Entre ellos, se incluye la evolución de la planificación urbana y la arquitectura a lo largo del tiempo y la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad. Otro de los campos que permite estudiar la arqueología urbana es el impacto de determinados eventos históricos, como las guerras, los incendios o los desastres naturales, en la ciudad y sus habitantes.

Un tipo de intervención para cada contexto

En resumen, las excavaciones, prospecciones y la arqueología urbana son herramientas esenciales para descubrir y comprender el pasado. Cada una de ellas, a través de los s métodos y enfoques que les son propios, contribuye a la construcción de una historia más completa y precisa de la humanidad.

Referencias

• Barba Colmenero, Vicente y Alberto Fernández Ordóñez. 2021. Todo lo que hay que saber de arqueología. Una introducción a la ciencia del pasado. Madrid: Pinolia.