Isabel y Colón: Un vínculo histórico

El escritor Juan Eslava Galán, Premio Planeta 1986, dio una charla magistral en Science Fest Muy de Madrid el 23 de noviembre de 2024. A continuación tienes la transcripción completa.

Transcripción editada de la charla de Juan Eslava Galán

Vamos a hablar sobre Juego de Tronos. Aunque parezca curioso, esto tiene que ver con el siglo XV. En esa época, el feudalismo estaba en declive y comenzaban a surgir en Europa reyes importantes que buscaban engrandecer sus reinos. En Inglaterra, Francia y España había tres reinos principales: Castilla, que ocupaba la mayor parte del centro de la península, Portugal y Aragón.

El rey Enrique IV, conocido como «el Impotente», decidió casar a su hija, Juana «la Beltraneja», con el heredero del trono de Portugal para unir ambos reinos. Juana era llamada «la Beltraneja» porque se rumoraba que no era hija del rey, sino de don Beltrán de la Cueva, su valido y hombre de confianza. Sin embargo, en Castilla había sectores de la nobleza y del clero que preferían apoyar a Isabel, la hermana del rey. Esta sería conocida más tarde como Isabel la Católica.

Isabel era, técnicamente, una reina intrusa. La legítima heredera era Juana, pero Isabel logró imponerse y su causa se consolidó como la vencedora. Esto desencadenó una guerra entre los partidarios de Isabel y los de Juana, que no solo se desarrolló en Castilla, sino también en las costas de África.

Por aquel entonces, las especias eran tan valiosas como el oro. Eran esenciales para conservar la carne, ya que no existían frigoríficos, y también se usaban en medicina y para mejorar el sabor del vino. Los turcos habían bloqueado la ruta terrestre hacia Oriente, lo que obligó a los europeos a buscar alternativas. Portugal lideró la exploración marítima bordeando África, gracias a la invención de la carabela, un barco ligero y maniobrable.

Un obstáculo importante en esas exploraciones era el cabo Bojador, un lugar temido por los marinos debido a sus peligrosos bajos fondos y vientos impredecibles. Gil Eanes, un marino portugués, decidió alejarse de la costa para superar el cabo Bojador. Lo logró, y con ello cambió el curso de la exploración marítima. Aunque los portugueses trataron de mantener el secreto, este se filtró y los marinos castellanos comenzaron también a explorar las costas africanas.

Mientras tanto, Castilla se centraba en la conquista de las Islas Canarias, ya que según el Tratado de Alcáçovas, Portugal tenía exclusividad en las rutas al sur del cabo Bojador, mientras que Castilla se quedaba con las islas del Atlántico norte. En este contexto aparece Cristóbal Colón, un marino genovés que proponía llegar a Oriente cruzando el Atlántico en lugar de rodear África. Los cosmógrafos portugueses rechazaron su plan, argumentando que las distancias eran imposibles de cubrir con los barcos de la época.

Colón llevó su propuesta a Castilla, donde también fue inicialmente rechazada. Sin embargo, gracias al apoyo de la reina Isabel, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, que otorgaban grandes beneficios a Colón si lograba su objetivo. En su primer viaje, Colón tuvo dificultades para reunir tripulación, recurriendo incluso a condenados a muerte para completar la expedición.

Cuando llegó a América, Colón creyó estar en Asia. Sin embargo, no encontró las riquezas que esperaba, sino una población indígena humilde. Intentó justificar su viaje enviando esclavos taínos a España, pero la reina Isabel prohibió su esclavización, argumentando que eran súbditos de Castilla. Este enfoque contrastó con las ambiciones de Colón.

Más adelante, el Tratado de Tordesillas redefinió las áreas de influencia entre España y Portugal, trazando una línea que otorgaba a Portugal territorios al este, incluyendo Brasil, y a España los del oeste. Los castellanos se obsesionaron con encontrar un paso que conectara el Atlántico con el Pacífico para llegar a la especiería. Ese paso sería finalmente descubierto por Magallanes y Elcano en el estrecho de Magallanes durante el reinado de Carlos V.

Sobre Colón, aún existen incógnitas. Una de ellas es cómo obtuvo el conocimiento necesario para planificar su viaje. Se especula que pudo haber escuchado de un «prenauta» que llegó a América antes que él o que aprendió sobre las corrientes marítimas durante su estancia en Porto Santo. Sus cálculos sobre la distancia entre Europa y Asia eran erróneos, pero su tenacidad cambió la historia.

Finalmente, aunque Colón era genovés, trató de ocultar sus orígenes humildes para escalar en la sociedad castellana. Su figura, exaltada más tarde por emigrantes italianos en Estados Unidos, ha sido revisada en tiempos recientes, y su legado se debate entre la admiración y la crítica.