La desigualdad económica no es un invento moderno. Hace más de dos mil años, en dos de los imperios más poderosos que ha visto la humanidad —Roma y la China Han— las diferencias entre ricos y pobres ya marcaban profundamente la vida de sus ciudadanos. Pero lo que muy pocos sospechaban es que la antigua China era, en muchos aspectos, mucho más desigual que el Imperio Romano.
En los últimos años, un grupo de investigadores europeos y estadounidenses ha realizado un análisis pionero que compara, con las herramientas de la economía moderna, cómo se distribuía la riqueza en estos dos gigantes históricos. El resultado, publicado en Nature Communications, ha dejado boquiabierto a más de un historiador: la Dinastía Han no solo era más desigual que Roma, sino que esta desigualdad pudo ser clave en su colapso.
Dos imperios gigantes, dos maneras de gestionar la riqueza
El Imperio Romano y la Dinastía Han coincidieron en el tiempo durante unos 250 años. Roma controlaba gran parte de Europa, el norte de África y Oriente Próximo. China, bajo los Han, dominaba lo que hoy conocemos como su territorio actual y parte de Corea, Vietnam y otras regiones vecinas. Ambos sistemas políticos duraron unos 400 o 500 años y controlaban poblaciones similares, de entre 60 y 70 millones de personas.
Sin embargo, sus métodos para gestionar los recursos y controlar el territorio eran muy distintos. En Roma, el poder se apoyaba mucho en las élites locales. Estas familias ricas gobernaban las ciudades y regiones, y aunque extraían impuestos de la población, también reinvertían parte de su riqueza en infraestructuras, espectáculos o seguridad local.
La Dinastía Han, en cambio, desconfiaba profundamente de las élites regionales. Según el estudio, «una de las principales estrategias de los emperadores Han fue trasladar forzosamente a las familias más poderosas de las provincias a la capital». Así conseguían mantener el control centralizado, pero dejaban a las provincias empobrecidas y sin líderes locales fuertes.

Un dato clave: cuánto ganaba un ciudadano medio
El estudio ofrece cifras muy concretas sobre el nivel de vida de los ciudadanos de ambos imperios. Para medirlo, los investigadores usaron una unidad de referencia: el nivel mínimo necesario para sobrevivir, que ellos llaman “mínimo de subsistencia”.
Los resultados son llamativos. En Roma, el ingreso medio era de 2,25 veces ese mínimo. En China, solo de 1,88. Es decir, un romano medio vivía mejor que un ciudadano medio de la Dinastía Han.
Pero lo más llamativo es cómo se distribuía la riqueza en las capas altas de la sociedad. En Roma, el 1 % más rico de la población controlaba el 19 % de toda la riqueza. En China, ese mismo 1 % acumulaba el 26 %. Una diferencia enorme.
Los autores lo resumen de forma clara en su artículo: “El Imperio Han fue, en conjunto, más desigual y extractivo que el Imperio Romano”.

El índice Gini, la medida que lo revela todo
Para medir esta desigualdad, los investigadores recurrieron al conocido índice de Gini. Este sistema da un valor entre 0 (igualdad total) y 1 (máxima desigualdad) a la distribución de la riqueza en una sociedad.
El resultado sorprende: Roma alcanza un índice de Gini de 0,46, mientras que la Dinastía Han llega a 0,48. Puede parecer una diferencia pequeña, pero en este tipo de mediciones es muy significativa.
Además, los expertos fueron un paso más allá y calcularon el llamado “ratio de extracción”. Este indicador muestra cuánto de toda la riqueza disponible en un imperio iba a parar a las élites más ricas. Roma tenía un ratio del 69 %. China, del 80 %.
Según el paper, “un ratio de extracción tan elevado indica un sistema económico profundamente orientado a beneficiar a una pequeña minoría en el centro del imperio”.

Cómo afectaba esto a la vida cotidiana de las personas
La desigualdad no solo se mide en cifras abstractas. Tiene consecuencias reales en la vida de las personas. En el caso de la Dinastía Han, esta desigualdad extrema se traducía en provincias pobres, poco desarrolladas y sometidas a una explotación fiscal severa.
Los emperadores Han, al concentrar las élites en la capital, potenciaban el desarrollo de esa zona central (llamada Sili) en detrimento del resto del imperio. Allí vivían los burócratas mejor pagados y las familias más poderosas, mientras que las provincias apenas recibían inversiones ni protección militar.
Por el contrario, el Imperio Romano mantenía una red de ciudades con cierto grado de autonomía y con capacidad de autofinanciación. Los soldados romanos, pagados por el Estado, también actuaban como un mecanismo de redistribución de la riqueza, llevando dinero a las provincias fronterizas.
El precio de la desigualdad: revueltas y colapso
Una de las conclusiones más inquietantes del estudio es que esta desigualdad económica extrema pudo debilitar gravemente a la Dinastía Han frente a las crisis.
Según los autores, “un alto nivel de desigualdad interna podría ayudar a explicar la crisis a la que se enfrentó la dinastía Han desde la primera década de nuestra era y su baja capacidad de resistencia ante los choques externos”.
Y así fue. A partir del año 9 d.C., China vivió revueltas campesinas, hambrunas, inundaciones y una profunda crisis política que desembocó en el colapso de la dinastía en el año 220 d.C.
En Roma, aunque también hubo crisis y conflictos, el sistema basado en élites locales más fuertes y una menor desigualdad permitió una mayor estabilidad durante más tiempo.
¿Por qué estudiar la desigualdad de hace 2000 años?
Puede parecer que estos datos son solo una curiosidad histórica. Pero el estudio tiene implicaciones mucho más actuales. Como recuerdan los autores, las sociedades desiguales son más vulnerables a las crisis, tanto en el pasado como hoy.
“El estudio ofrece apoyo histórico a la idea de que existe una relación positiva entre niveles de desigualdad y la inestabilidad sociopolítica”, aseguran los investigadores.
Incluso advierten que las desigualdades entre regiones dentro de un mismo país —algo que también ocurre en democracias modernas— pueden alimentar tensiones y resentimientos. Es el caso, por ejemplo, del Reino Unido y el llamado “Brexit”.
Referencias
- Guido Alfani, Michele Bolla, Walter Scheidel. A comparison of income inequality in the Roman and Chinese Han empires. Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-58581-0.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2025-04-10 02:01:00
En la sección: Muy Interesante