La dama del misterio y el suspense

Agatha Christie, conocida como la “dama del misterio” o la “reina del suspense” es una de las escritoras más prolíficas y populares de la literatura inglesa universal. Su obra, reconocida mundialmente por sus enigmáticas novelas policíacas y de misterio centradas en investigaciones y complejas tramas de crímenes, ha cautivado a lectores de diversas generaciones.

Del mismo modo, algunos de sus personajes más icónico como el detective belga Hercule Poirot o la sagaz Miss Marple, han dejado una huella indeleble en imaginario colectivo. Por ambos motivos, no resulta extraño que sea considerada por el Libro Guinness de los Records como la escritora más vendida de la historia, tan solo por detrás de la Biblia y del universal William Shakespeare.

Primeros años e inicios en la escritura

Nacida el 15 de septiembre de 1890 en la localidad costera de Torquay (Inglaterra), Agatha Mary Clarissa Miller fue la menor de los tres hijos que tuvo el matrimonio formado por Frederick Alvah Miller, hombre de negocios neoyorkino, y Clarissa Margaret Boehmer. Aunque la posición acomodada de su familia le permitió disfrutar de una buena educación, durante su niñez Agatha mostró una personalidad tímida y reservada que le llevó a pasar mucho tiempo jugando con sus mascotas y leyendo libros.

Uno de los primeros reveses de su vida se produjo cuando, con tan sólo 11 años, su padre falleció a causa de una neumonía dejando a la familia en una situación económica muy comprometida a causa de sus deudas, contraídas en gran parte por su adicción al juego.

La soledad y el interés temprano por la lectura permitieron a la joven desarrollar una gran imaginación. Así, a pesar de un primer momento en el que pensó en dedicarse a la música -recibió formación musical durante su juventud y llegó a trasladarse a un internado de París en 1905 para aprender canto y piano-, optó finalmente por la escritura sin ser consciente de que llegaría a convertirse en una de las más célebres autoras de la literatura universal.

A su vuelta de Francia, realizó su primer viaje a Egipto junto a su madre, cuya débil salud precisaba de un clima seco. Esta primera estancia de tres meses en El Cairo no estimuló especialmente su interés por la arqueología y la egiptología, disciplinas que, años más tarde, se convertirían en dos de sus pasiones. Sin embargo, a su vuelta a Inglaterra y bajo el pseudónimo de Monosyllaba escribiría una primera novela de carácter romántico ambientada en la capital egipcia, Snow upon the desert, que no pudo publicar.

De enfermera de guerra a escritora

En diciembre de 1914, el mismo año en el que estalló la Primera Guerra Mundial, Agatha contrajo matrimonio con Archibald Christie, un aviador del Royal Flying Corps -su fusión con el Royal Naval Air Service en 1918 supuso la creación de la célebre Royal Air Force (RAF)- que había conocido en una recepción dos años antes y de quien tomó el apellido con el que acabaría siendo conocida en todo el mundo.

Durante el conflicto, Agatha trabajó como enfermera en el Destacamento de Ayuda Voluntaria, viviendo experiencias que le proporcionarían un sustrato fundamental para sus posteriores relatos. De hecho, la información que adquirió en aspectos tan específicos como, por ejemplo, los venenos, le sirvió de inspiración a la hora de escribir durante aquellos años convulsos su primera novela: El misterioso caso de Styles. Publicada en 1920 tras varios rechazos, en ella presentó por vez primera a su icónico detective belga, Hercule Poirot, encargado de esclarecer el envenenamiento de Emily Inglethorp, la rica propietaria de la mansión Styles.

¿Una pionera del surf?

Los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, fueron años felices e intensos para el matrimonio Christie. En agosto de 1919, Agatha dio a luz a su primera y única hija, Rosalind Margaret Clarissa Hicks. Asimismo, fue durante esta época cuando la familia recorrió buena parte del mundo, llevando a cabo numerosos viajes que incluyeron lugares tan alejados entre sí como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda o Hawái.

A raíz de esta estancia en el americano estado insular y en otros enclaves costeros del resto del globo surgió una de las anécdotas más llamativas de la vida de la célebre escritora, de la que se dice que fue la primera británica en aprender a surfear. Fuera o no una pionera en este deporte, de su afición al surf dan fe las fotos en las que aparece junto a su tabla o las aguas de las islas Canarias, que fueron testigo de su habilidad surcando las olas en 1927.

Una “célebre” desaparición

Un año antes, tras publicar su sexta novela El asesinato de Roger Acroyd (1926), la vida de Agatha Christie se vio afectada por dos traumáticos sucesos: la muerte de su madre el 5 de abril y la separación de Archibald, que se había enamorado de otra mujer. Ambos episodios afectaron profundamente a la escritora inglesa, que llegó a desaparecer durante días sin dejar rastro (su coche apareció abandonado con varias pertenencias personales y restos de sangre), conmocionando al Reino Unido.

Miles de policías, voluntarios -unos 15.000- y hasta una médium llamada por Arthur Conan Doyle pusieron todo su empeño en localizar a la escritora. Finalmente, tras once jornadas, dieron con su paradero: un balneario de Harrogate (Yorkshire) en el que se había registrado con el nombre de la nueva pareja de su exmarido, Nancy Neele.

Este incidente, cubierto ampliamente por la prensa de la época, demostró la magnitud de su figura ya en épocas tempranas y se convirtió en un tema tabú para Agatha quien, a pesar de ser preguntada en numerosas ocasiones por ello, nunca dio demasiados detalles al respecto.

Con los viajes y la arqueología llegan las grandes obras

Tras este traumático episodio por el que tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico, para alejarse de las preocupaciones que le habían atormentado durante los últimos años, viajó a bordo del mítico Orient Express hasta Estambul y, posteriormente, Bagdad. Fue en el Hotel Pera Palace de la ciudad turca donde, tras su inspirador viaje, escribió una de sus novelas más famosas: Asesinato en el Orient Express (1934).

En septiembre de 1930 Agatha volvió a casarse, en esta segunda ocasión, con el arqueólogo Max Mallowan, catorce años más joven que ella, a quien conoció en un viaje a Irak con motivo de su visita a varias excavaciones arqueológicas. Una de las frases de Agatha Christie más célebres y socarronas está directamente relacionada con su segundo matrimonio: “Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará”.

La relación con el arqueólogo fue duradera -hasta la muerte de la propia Christie- y juntos llevaron a cabo numerosos e interesantes viajes a enclaves exóticos y yacimientos arqueológicos de Oriente Medio durante casi tres décadas en los que la escritora británica se convirtió en una más del equipo de trabajo.

Los ambientes y las experiencias vividas en ellos le sirvieron de gran inspiración, enriqueciendo notablemente su obra. A esta época pertenecen algunas de sus novelas más conocidas como Asesinato en Mesopotamia (1936), Muerte en el Nilo (1937) o Cita con la muerte (1938), historias en las que los elementos asociados con la arqueología y el Antiguo Egipto tienen una presencia destacada.

Reconocimientos y premios

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Christie volvió a ejercer, al igual que lo había hecho durante el conflicto anterior, como enfermera voluntaria.  En esta ocasión trabajó en el University College Hospital de Londres, institución donde, además de curar a los heridos durante la contienda, siguió ampliando su bagaje de experiencias médicas y, especialmente, sus conocimientos sobre venenos, elementos que le servirían de manera indudable a la hora de escribir relatos. Un claro ejemplo de ello es El misterio de Pale Horse (1961).

A partir de la década de los años 50 su producción literaria fue descendiendo paulatinamente. Por el contrario, los reconocimientos y distinciones empezaron a hacerse habituales. En vida, Agatha Christie fue nombrada Comendadora de la Orden del Imperio Británico en 1956, miembro de la Real Sociedad de Literatura en 1961 y, cinco años antes de su muerte, Dama de la Orden del Imperio Británico. A estos reconocimientos habría que sumar la concesión del Premio Edgar Gran Master y el New York Drama Critics’ Circle Award a la Mejor Obra Extranjera en 1955 y, de manera póstuma, del Premio Anthnoy al Mejor Escritor del Siglo en el año 2000.

Muerte y legado de Agatha Christie

Agatha Christie murió el 12 de enero de 1976 por causas naturales en su residencia de Winterbrook House (Oxfordshire), dejando un legado literario que sigue fascinando a lectores y cineastas por igual. Un año antes había publicado dos novelas en las que se despidieron sus dos mayores compañeros de vida: Hercule Poirot (Telón) y Miss Marple (Un crimen dormido).

El legado de Agatha Christie es inmenso. Sus libros (más de 80 novelas y otras tantas obras de teatro y relatos cortos) han vendido más de dos mil millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a más de 100 idiomas, convirtiéndola en una de las autoras más leídas de todos los tiempos. Su influencia perdura no solo en la literatura, sino también en el cine, el teatro y la televisión. Las tramas y personajes que creó siguen siendo referencia para escritores y cineastas del género de misterio.

Christie revolucionó la literatura con su habilidad para tejer tramas llenas de intriga y tensión psicológica. Su obra sigue vigente porque explora los recovecos de la mente humana, permitiendo que lectores y espectadores disfruten del desafío de resolver los enigmas junto a sus carismáticos detectives hasta el último capítulo. Sin duda, Agatha Christie sigue siendo la indiscutible “dama del crimen”.

Libros más famosos de Agatha Christie

Al hablar de los libros más famosos de Agatha Christie, surgen varios títulos que destacan por sus ingeniosas tramas y la astucia de sus protagonistas. Diez Negritos (1939), también conocido como Y no quedó ninguno, es una de sus novelas más populares. En ella, diez personas son invitadas a una mansión situada en una isla de la costa de Devon, donde poco a poco empiezan a ser asesinadas siguiendo los versos de una antigua canción infantil. La novela es un clásico de suspense, donde el lector debe adivinar quién es el asesino antes de que el último personaje caiga.

Asesinato en el Orient Express (1934) es otra de sus obras más célebres. Protagonizada por Hercule Poirot, en esta historia el detective aborda el famoso tren de lujo, donde se comete un asesinato. La novela es famosa por su sorprendente desenlace y la construcción de cada personaje, todos con posibles motivos para cometer el crimen.

Muerte en el Nilo (1937) también es un título imprescindible, ambientado en Egipto y lleno de intriga, pasiones y celos. Poirot, nuevamente como protagonista, debe resolver a bordo del barco fluvial Karnak un caso donde los límites de la moralidad y la venganza se desdibujan. Otros títulos como El asesinato de Roger Ackroyd (1926) y Cita con la muerte (1938) consolidaron la fama de Christie como una escritora que revolucionó el género policiaco y de misterio.

Agatha Christie y las novelas de misterio

Las novelas de misterio de Agatha Christie son un claro ejemplo de su maestría para construir enigmas complejos. Christie sentó las bases del género policiaco con una estructura que ha sido imitada posteriormente por generaciones de escritores. Su estilo distintivo incluye pistas falsas, personajes complejos con motivos ambiguos y, en muchos casos, soluciones sorprendentes que desafían las expectativas del lector. Sus novelas de misterio no solo se centran en el crimen, sino en la naturaleza humana, los vicios y virtudes de las personas, explorando hasta dónde puede llegar la mente humana para ocultar secretos y mentiras.

Christie también se destacó en el género teatral. Su obra La ratonera, estrenada en 1952, es la obra teatral con mayor tiempo de permanencia en cartelera en la historia (tan sólo interrumpida por la pandemia del COVID-19), lo cual reafirma su popularidad y la habilidad de Christie para mantener la intriga y el suspense en diversos formatos.

Poirot y Miss Marple

Christie fue la creadora de dos de los detectives más emblemáticos de la literatura: Hercule Poirot, un belga excéntrico, obsesionado con el orden y la lógica; y Miss Marple, una mujer mayor que, con su discreta presencia y conocimientos sobre la naturaleza humana, logra resolver los crímenes más complejos. Ambos personajes reflejan distintos enfoques del método deductivo en la resolución de misterios y permitieron a Agatha Christie explorar diferentes facetas del misterio y de la psicología criminal.

Poirot, presente en más de 30 novelas desde su primera aparición en 1920 en El misterioso caso de Styles, es el arquetipo del detective meticuloso y perspicaz, un hombre de origen belga cuya mente lógica y habilidades deductivas le permiten resolver los casos más complejos.

En contraste, Miss Marple, una anciana que vive en el pequeño pueblo de St. Mary Mead, representa la intuición y la experiencia en la observación de la conducta humana. Ella no sigue un método deductivo convencional, sino que basa sus conclusiones en patrones de comportamiento que ha observado a lo largo de su vida en su comunidad. Miss Marple protagonizó una docena de novelas y numerosos cuentos cortos y su primera aparición tuvo lugar en la novela Muerte en la vicaría (1930). A diferencia de Poirot, quien se involucra activamente en la investigación, Miss Marple parece actuar de forma más pasiva, aunque siempre está alerta a las incongruencias y se vale de su intuición.

Adaptaciones al cine y la televisión

Lo interesante y atractivo de las tramas y personajes creados por Agatha Christie pronto llamó la atención de los productores de cine y televisión, como así lo demuestran las múltiples adaptaciones que se han realizado a partir de sus obras, ampliando su legado más allá de la literatura. La famosa Asesinato en el Orient Express es un claro ejemplo de ello.

La primera y exitosa adaptación de esta célebre novela se llevó a cabo en 1974, en vida de la propia escritora británica. Fue dirigida por Sidney Lumet y entre el elenco principal de actores sobresalieron estrellas de renombre de Hollywood como Albert Finney, Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Sean Connery y Anthony Perkins. Una nueva versión de Asesinato en el Orient Express llegó a la gran pantalla en 2017 de la mano de Kenneth Branagh. Con el propio Branagh en el papel de Poirot, esta nueva cinta basada en la obra de la dama del misterio fue bien recibida por la crítica y contó con un reparto de lujo: Willem Dafoe, Penélope Cruz, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer…

Con la misma dirección y el mismo Poirot se llevó a cabo en 2022 la adaptación de Muerte en el Nilo, en este caso secundado por Gal Gadot, Letitia Wright, Ammie Hmamer y Annette Bennign, entre otros. En 1978 fue Peter Ustinov el encargado de dar vida al famoso detective bajo la dirección de John Guillermin.

La televisión también ha sido un medio donde las novelas de Christie han encontrado una audiencia global. La serie Agatha Christie’s Poirot (1989-2013), protagonizada por David Suchet, es probablemente la más destacada. Además de abordar la mayor parte de las historias de la escritora inglesa en las que aparece Hercule Poirot a lo largo de más de 20 años, consolidó al propio Suchet como la encarnación definitiva del personaje. Del mismo modo, también ha habido varias adaptaciones de Miss Marple, siendo Joan Hickson y Geraldine McEwan las actrices más reconocidas en el papel de la detective aficionada.